Vermeer, La callecita, 1658 |
"¿Ud. vende?"
Otra etiqueta más: la de los artistas muertos de hambre.
Vamos a ver: ¿es cierto o no? Vamos, convengamos que no es una actividad
rentable. Los materiales son caros, cuesta ubicar el producto (aunque al no ser
perecible se puede almacenar por años), no hay compras recurrentes por el mismo
cliente (salvo que sea tu mecenas o un coleccionista).
El Greco, Caballero con la mano en el pecho, 1580 |
En la Historia de la Pintura ha habido artistas de todo tipo, como en la
vida. Y actualmente, sigue siendo así. Hay pintores que hicieron fortuna con
sus pinceles; otros, la derrocharon. Por el otro lado, están aquéllos que, a
pesar de ser famosos, nunca lograron un buen pasar, o aquéllos que tuvieron que
reclamar que les pagasen.
Velázquez, Autorretrato, 1643 |
Alguna vez te conté la situación económica de Velázquez (por aquí). Otra
vez te comenté los pleitos de El Greco (aquí) y también, cómo Hals se llenó de
deudas (por aquí). Casos de grandes artistas, cuyos cuadros cuelgan en museos.
Paradigmático es el caso de van Gogh, que vendió un solo cuadro en su vida,
vivió en la pobreza, dependiendo del dinero que le mandaba su hermano, y
actualmente sus obras valen una millonada. (Te conté hace poco aquí cómo fue
que se hizo famoso.)
Hals, Pieter van der Broecke, 1633 |
También te conté el caso de Rubens (aquí y aquí): un artista reconocido y
admirado en toda Europa, con labores diplomáticas, artífice de la paz entre
Inglaterra y España, cultísimo y un gran gestor de su taller. Éste funcionaba
con tareas asignadas a sus ayudantes, aprendices o colaboradores, que
trabajaban en los cuadros a partir de los bocetos del maestro. Él podía
ausentarse, mientras ellos continuaban con la producción. No era nada extraño
en la época; lo increíble del caso de Rubens fue su gestión como empresario. En
el caso de la venta o encargo, él no engañaba a nadie. En el contrato se
estipulaba el precio según la cantidad de superficie pintada por el maestro en
la obra, con todo detalle. Los clientes se iban satisfechos: el producto tenía
una marca, se llevaban un Rubens. Obviamente, en el caso de reyes, Rubens los
pintaba él solito, todo entero. Ganó mucho dinero. Supo invertirlo muy bien.
Murió siendo rico, en un castillo que había comprado para pasar sus últimos
días.
Rubens, El castillo de Steen, 1635 |
Rembrandt, en cambio, fue un administrador desastroso. Ganó mucho dinero,
tenía muy buenos clientes, un gran taller…. pero vivía por encima de sus
posibilidades. Compraba arte sin ton ni son y finalmente tuvo que declararse
insolvente por no poder afrontar sus deudas. Tuvo que venderlo todo e irse a
vivir a una casa más sencilla. Su mujer y su hijo tuvieron que asumir las
riendas de la economía familiar y a él, hacerlo pasar como un empleado de ellos,
para, como quien dice, salvar los muebles.
Rembrandt, Autorretrato con cadena de oro, 1633 |
Vermeer murió dejándole deudas inmensas a la viuda (lo vimos por aquí).
Pintaba muy lentamente, le tocó vivir una recesión tremenda en Holanda, y él y
su familia subsistían gracias a la suegra, en cuya casa vivían todos juntos.
(No sabemos cómo se llevaba con la suegra, pero, aparentemente, nada bien.)
Sabemos que al principio regenteó una taberna que era de su padre, después
trabajó como marchante (parece que era muy bueno en eso), pero los cuadros no
se vendían y pintaba poco.
Rafael, Autorretrato, 1506 |
Si nos vamos más atrás en el tiempo, Leonardo, Miguel Ángel y Rafael
tuvieron un buen pasar económico. Se les asignaba una mensualidad cuantiosa y
sus obras se pagaban bien. Es cierto que, si vivían en palacios, bajo el alero
de algún mecenas, tenían casa y comida gratis. Otro mundo. Pero es un detalle
que da cuenta de cómo se apreciaba el talento y genio de estos personajes. De
Miguel Ángel sabemos que era muy tacaño, por sus cartas, aunque también tenemos
que leer esto entre líneas: estaba harto de que los parientes se colgaran de su
trabajo y le estuvieran pidiendo plata todo el rato.
Durero, Autorretrato, 1498 |
El gran Durero tuvo que viajar especialmente para defender su paga ante el
nuevo emperador. Mientras tanto, para solventar el costo del viaje, su señora
vendía en el mercado los cuadritos que habían llevado para tal fin (nada
denigrante, eso se solía hacer a menudo). (Te conté su viaje por aquí.) En su viaje a Italia lo homenajeaban como un señor, no como en Alemania, en la que se
sentía como un mendigo.
Tiziano, Autorretrato, 1566 |
Tiziano, el gran Tiziano, era el pintor de reyes, papas y emperadores. Sin
embargo, no cobraba. Los reyes tenían otros asuntos que atender: pagar a soldados,
conseguir municiones, p.ej. Los retrasos eran considerables. Tiziano escribía
cartas muy diplomáticas directamente al emperador, para que diera la orden, al
fin, del pago. Así, durante 20 años (nada menos). Sin embargo, en Venecia tenía
una asignación mensual. A sus 50 años le quitaron la exención de pagar
impuestos y tuvo que declarar todo lo que tenía: varias casas, campos, la
producción de éstos, por supuesto, declarados a menor valor del real. No
declaró su colección de antigüedades, cuentas ni ganancias de ventas de
cuadros. Digamos que sus reclamos tenían que ver con que “Oye, mi señor,
págueme por mi trabajo”. Por más que fuese Felipe II… pague por mi trabajo.
Holbein, Enrique VIII, 1534 |
Guido Reni se gastaba todo en las apuestas y para poder afrontar las deudas
terminó trabajando 24/7. Andrea del Castagno, otro lleno de deudas, pero no por
el juego, sino por querer vivir como un gran señor. Otro, Holbein, que invertía
mucho dinero en su buen vestir y en su amante, en Inglaterra, mientras había
dejado a esposa e hijos en Basilea, murió pobre y lo poco que dejó fue a parar
a manos de sus acreedores. (Uno más: Gauguin, que fue a buscar su utopía a la
Polinesia, dejó a su mujer y 5 hijos en Dinamarca, sin un duro.)
Gauguin, Autorretrato, 1889 |
No todos eran así. Muchos acudían al pluriempleo para poder subsistir. Van
Goyen, p.ej., era agente inmobiliario y especuló con los tulipanes: mala
inversión (lo vimos por aquí). Jan Steen tenía una cervecería y van Ruysdael
era barbero/cirujano. Piero della Francesca tenía muchas propiedades y se dice
de Giotto lo mismo. Vasari cuenta que, además de
varios cargos, poseía muchos terrenos y telares, que alquilaba y que le daban
una rentabilidad del 120% y sin tener que pagar impuestos, como ocurría con los
inmuebles.(Vamos, que lo de la elusión fiscal no lo hemos inventado ahora...)
van Goyen, Mar de Haarlem, 1656 |
Correggio pasa por avaro. Cuenta Vasari que, muy preocupado por el
bienestar de su familia, alquiló unos terrenos y que, por no confiar en
banqueros, trasladó él mismo por los caminos una bolsa con 60 escudos y murió
por insolación y fatiga, sin llegar a destino. Otro que no confiaba en los
bancos: Renoir.
Degas, En la Bolsa de Valores, 1879 |
Si pensamos en los impresionistas, personajes más cercanos a nosotros en el
tiempo, tenemos de todo. Manet, Degas, Caillebotte, Bazille, Morisot, Cassatt
no tenían problemas económicos: habían tenido la suerte de nacer en familias de
buena posición. Monet y Renoir tuvieron que pelearla desde abajo, pasando
hambre y frío; sin embargo, al final de sus días alcanzaron la solvencia
económica, tanto como para despreocuparse del asunto. Sisley, que tuvo una
juventud sin problemas, fue desheredado por su padre, aunque dio igual, porque
la empresa familiar quebró y no había nada para repartir. Sisley murió en la
pobreza. (Te lo conté por aquí.) Guillaumin tuvo la suerte de ganar dos veces
la lotería (fíjate aquí).
Sisley, Otoño a orillas del Sena, 1873 |
Sorolla pasó de ser un huérfano, criado por sus tíos, cerrajeros ellos, a
recibir pagos millonarios por sus obras. Ganó muchísimos premios, supo ahorrar,
y se encontró con Huntington (“Se me apareció Dios”, dijo), que le dio el
empujón para acelerar su carrera. Con su fortuna logró mantener a sus hijos,
construir su magnífica casa en Madrid y dejarle una herencia considerable a su
familia. (El contrato de Huntington y Sorolla lo tienes aquí.)
Sorolla, Autorretrato con bata blanca, 1900 |
Picasso fue multimillonario. Se calcula (estimación probable, aunque vaya a
saber cuál es el número real) que su fortuna alcanzó a 214 millones de dólares.
Cuando murió poseía 2 castillos, 3 casas, 4 millones de dólares en efectivo y
otro millón en oro. Matisse tampoco se quedaba atrás, también ganó muchísimo
dinero.
Picasso, Autorretrato, 1907 |
También están los artistas pobres de mentira, simulados, ya sea para conseguir subsidios o no pagar impuestos. Mantegna en Mantua gozaba de una buena posición, con casa, leña y cereales gratis, más un salario y otros regalos; casó a sus hijas con buena dote y coleccionaba antigüedades. Sin embargo, no dudaba en llorar su miseria ante sus mecenas o ante el mismo Papa (lo vimos aquí).
Mantegna, Carro triunfal de Julio César, 1490 |
Como ves, hay para todos los gustos. ¿Y cómo es la situación actual? Es
cierto que es muy difícil vivir de la Pintura. Nadie dijo que esto fuera fácil.
Sabes dónde te metes. Pero, como nunca en la Historia del Arte, existen
numerosas ocasiones de hacer rentable esta actividad. Primero, si piensas en
que “vivir de la Pintura” significa tener un ingreso constante por la venta de
cuadros, sólo muy pocos lo logran. ¿Por qué? Los motivos son variados y dan
para otro artículo. Pero, si lo consideras más ampliamente, hay muchas
oportunidades ahí afuera: desde restauración o conservación, enmarcación,
trabajar en una galería, hacer diseños de objetos o gráfico, editar libros o
revistas de arte, organizar exposiciones, dar clase… O sea, eso de “artistas muertos de hambre” es
un tópico repetido hasta el cansancio, sin pensarlo demasiado.
Giotto, Anunciación de Santa Ana, 1302 (Capilla de los Scrovegni), fresco |
“¿Ud. vende?”, me preguntaron el otro día. Sí. Muchos de mis "hijos" han encontrado su hogar en Argentina, Chile, España, USA, Italia, Holanda, Luxemburgo, Francia...
Fuentes: van Mander, K. Le vite degli illustri
pittori fiamminghi, olandesi e tedeschi.
Sant’
Oreste, Apeiron, 2000
Vasari, G., Las vidas, Madrid, Tecnos, 2006
Wittkower R. y M. Nacidos bajo
el signo de Saturno. Madrid, Cátedra, 2020
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ResponderEliminarBuenísimo, Muchas gracias por este blog
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo!
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