Vermeer, La joven de la perla, 1665 |
Vermeer nos atrae. Sus cuadros
son serenos y misteriosos a la vez. Ya
hablamos varias veces de él: te mostré “Vistas de Delft” y te conté sobre el
gran engaño de van Meegeren.
Bueno, en realidad, no se puede hablar mucho
porque sabemos muy poco de él, cosa que aumenta el misterio. Se lo llama “La
Esfinge de Delft”, por eso mismo.
¿Quién era realmente?
Maria Vermeer?, Muchacha con sombrero rojo, 1666 |
Quedan de él muy
pocas obras, unas 30 ó 36. ¿Pintaba poco o es que se han perdido? No solía
firmar; Jan Vermeer en Delft había unos cuantos, también pintores, y también
había van der Meer y otras posibles combinaciones. Durante siglos sus obras
fueron atribuidas a otros artistas holandeses. Hoy, sin embargo, la duda
permanece. Algunas son con seguridad suyas, porque aparecen en la colección de
su patrono van Ruijven o en la sucesión de su suegra, María Thins. Cuando
muere, deja a su esposa Catalina sumida en deudas y se hace un inventario de
los bienes. Las otras, las que no están en los documentos, son muy difíciles de
identificar como de su autoría y los críticos discrepan sobre cuál dejar en la
lista o no. No es un tema fácil: hay millones de dólares en juego.
Vermeer, Mujer pesando perlas, 1662 |
Por otro lado, su producción es
bastante diversa. ¿Qué tienen que ver “La joven de la perla”, “Vista de Delft”
o “La mujer pesando perlas” con “La muchacha con flauta”, “El sombrero rojo” o
“La muchacha con velo”? No huelen a Vermeer, parecen estar hechos por otra
mano. Pensando en esto, me topé con la teoría de Benjamin Binstock.
Maria Vermeer?, Muchacha con flauta, 1665 |
Ya que no hay documentos casi
sobre la vida de Vermeer, sólo queda hacer conjeturas y echar a volar la
imaginación. Las obras están ahí y son expresión del alma de un artista.
Binstock hace casi un trabajo de detective, analizando cada cuadro y tratando
de ver qué nos dicen sobre su persona, vida cotidiana, formas de trabajar, etc.
Los cuadros están colgados en museos de aquí y allá, y no es fácil tener una
visión global de ellos.
Maria Vermeer?, Muchacha con laúd, 1664 |
Para ayudarse, Binstock tapiza la pared amarilla de su
departamento con reproducciones de los cuadros, en sus medidas originales.
Trata de ponerlos en una sucesión cronológica coherente, por estilo, por datos
que se tengan de cada uno, etc. Pero, sin embargo, le quedan 8 que no encajan.
Y no le encajan tampoco a varios estudiosos; sin embargo, éstos admiten que
puedan ser Vermeer, pero no atacan el problema.
Vermeer pintaba siempre los
mismos objetos, los que había en su casa; las mismas personas (Catalina, la
criada Tanneken, su suegra Maria, su cuñado Willem…); las habitaciones de su
casa (¡con tanto detalle que hasta se puede reconstruir esos espacios!)
Maria Vermeer?, Muchacha tocando la guitarra, 1672 |
En estos extraños 8 cuadros aparecen los
mismos objetos; las tablas y los pigmentos son idénticos, pero la mano que
pinta es más insegura, es otra la técnica, la atmósfera es diferente, y cuando
se los somete a rayos X aparecen muchas correcciones. La luz viene de la
derecha, cuando Vermeer siempre la ubica del lado izquierdo. Debajo de “El
sombrero rojo” hay un retrato de hombre: el artista recicló la tabla. Todo muy raro,
porque no corresponde en nada con la técnica del Vermeer que conocemos.
¿Es un Vermeer
joven, que está aprendiendo? Aparece el uso de la cámara oscura, el claroscuro
es más contrastante: esto da la pauta de un aprendiz, que no sabe adecuar las
relaciones de luz que da la cámara a la imagen real que está pintando.
Vermeer, El concierto, 1665 |
Vermeer no tuvo aprendices. Si
los hubiese tenido, deberían estar registrados en el gremio. Binstock postula
que en realidad estos 8 cuadros dudosos han sido pintados por María, su hija
mayor. Las hijos solían ayudar a sus padres pintores, pero no se los
registraba, porque eran parte de la familia.
Aprendían el oficio, molían pigmentos, preparaban los lienzos y también
pintaban. La carrera de las hijas aprendices se terminaba cuando se casaban y
sus obras pasaban al olvido. ¿Les daría pena dejar la pintura? ¿Se sentirían
frustradas o aceptarían su destino sin más?
En este caso, en ningún documento u
obra aparece el nombre de María. Si era
aprendiz de su padre y pintaba, nadie lo sabía. En un pueblo se sabe todo. Era
un secreto familiar.
María es la joven de la perla. Uno de los cuadros
dudosos es un intento de copiar la técnica de su padre: “Muchacha con velo”; es
su hermana Elizabeth. “El sombrero rojo” y “Mujer con flauta” se pueden ver
juntos: ambos son autorretratos.
Maria Vermeer?, Muchacha con velo, 1667 |
“Muchacha con velo” aparece como
compañero de “La joven de la perla” en la lista de la sucesión de van Ruijven. ¿El
mecenas compró el cuadro de la aprendiz, que a la vez era la modelo de su padre? ¿O quiso tener el retrato de las 2 hermanas?
Catalina se encuentra en una
situación desesperada. ¿Cómo va a hacer para pagar su deuda con el panadero van
Buyten? Le deben una fortuna: casi 3 años de pan diario. Llega a un acuerdo: le
entrega 2 obras en pago, con la condición de que se las devuelva si consigue el
dinero. Entrega “Joven con un laúd” y
“Dama con criada”, ambos cuadros, también con inseguridades e imperfecciones,
muy dudosos.
Maria Vermeer?, Dama con criada, 1667 |
Si la tesis de Binstock es
cierta, María Vermeer no sólo pintaba a escondidas, sino que sus obras
sirvieron para paliar las angustias económicas de la familia. Su madre engañó
al panadero con los cuadros de su hija. Quizás por eso tenía tanto interés en
recuperarlas. Nadie podía revelar el secreto: su marido y el mecenas estaban
muertos. María se casó al año siguiente, dejó de pintar. Salvó a su familia. Su
madre, en su testamento, le dejó la mayor parte de la herencia.
¿Alguna vez se podrá corroborar
esta teoría? Ojalá.
Maria Vermeer?, Lección de música interrumpida, 1660 |
Si te interesa el tema, te recomiendo leer:
Binstock, B. Vermeer’s family secrets. New York, Routledge, 2009
Para leer más sobre Vermeer
(pincha en los títulos)
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