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jueves, 24 de marzo de 2022

Las promesas se cumplen

Sisley, Campos en Veneux-Nadon, 1881

 

Monet y la subasta por Sisley

Alfred Sisley fue uno de los fundadores del Impresionismo. Salía a pintar con Monet, Bazille y Renoir a la foresta de Fontainebleu, para sacarse de encima las reglas de la academia y, de paso, revolucionar a la Pintura, sin proponérselo.

Renoir, Sislet y sra., 1868

Sisley
era de familia inglesa, aunque nacido en París.
Anhelaba ser ciudadano francés, pero, a pesar de haber hecho los trámites una y otra vez, nunca lo logró. Su padre había sido un empresario textil inglés, muy importante, con negocios en Francia. Nunca le perdonó que se fuera a vivir con Marie Louise y casi ni se hablaban entre ellos. Después de la guerra franco-prusiana (1870), Mr. Sisley cayó en la ruina y al poco tiempo murió. Alfred, que al principio gozaba de una renta generosa, pagada por su padre, se vio en la más dura miseria. No era el único: Renoir y Monet andaban en las mismas. Pero, a diferencia de éstos, nunca consiguió el éxito. La pobreza fue su eterna compañera.





Por suerte, tenía a su lado a Durand-Ruel, que trataba de ubicarle los cuadros. Pero éste también tenía a su cargo la venta de las obras de los otros impresionistas. Sobrevivía como podía. El pastelero Murer le daba comida a cambio de pinturas (una manera muy barata de hacerse de una colección). Faure, el barítono al que Manet alguna vez retrató, también lo ayudaba. De hecho, la única vez que pudo viajar fue cuando el cantante le pagó el viaje a Inglaterra (donde finalmente pudo casarse con su compañera de toda la vida). Sisley también acudía a Charpentier, el mecenas de Renoir, editor y crítico. Y Monet y Renoir, ya con un buen pasar, también salían en su auxilio, en recuerdo de esos años en que sólo podían comer legumbres y no podían encender la calefacción.

Sisley, Puente de Villeneuve-La Garenne, 1872


Tuvo 2 hijos, Pierre y Jeanne. En su afán por reducir gastos se fue a vivir a Louveciennes y más tarde a Moret. Como no tenía dinero para viajar a París a ver a sus amigos, se fue aislando cada vez más. Sin embargo, recibía gente en su casa. A pesar de la miseria, era muy buen anfitrión, con maneras elegantes, propias de un inglés. A Geffroy, crítico y periodista, en una de esas visitas, le sorprendió su dignidad en medio de la desgracia.

Sisley, Efecto de nieve en Louveciennes, 1874


¿Por qué nunca pudo hacer valer su pintura? ¿Pasó desapercibido? No. Si recorres su obra, es el impresionista más auténtico y el que fue fiel a esta técnica hasta el final. ¿Poco original o repetitivo? Puede ser. Quizás haya sido un problema de personalidad: tímido, siempre esperando pasar inadvertido. Sin embargo, a pesar de los problemas económicos, nunca dudó de su vocación y siguió empeñándose en su objetivo hasta el final.

Sisley, Vista de St.Mammés, 1880


En 1898 muere su mujer por cáncer de laringe. Sisley nunca había tenido buena salud, pero la desaparición de su esposa fue un golpe demasiado fuerte para él. Estaba roto por el dolor, ya no tenía energías para seguir luchando. Su salud se deterioró vertiginosamente; contrae también cáncer de laringe. Tuvo que dejar de pintar. En enero de 1899 le pide a Monet que lo vaya a ver y le encarga a su amigo el cuidado de sus hijos (quienes en ese entonces tenían 32 y 30 años). Monet no reparó en que, en realidad, su amigo se estaba despidiendo.

“(…) El pobre Sisley me pidió que viniéramos a verle hace ocho días, y aquel día comprendí que lo que quería era despedirse. ¡Pobre amigo, pobres hijos!” (A Geffroy, 29 de enero de 1899)

Murió el 29 de ese mes, con 59 años. Al funeral sólo fueron Monet, Renoir, Alexandre, Tavernier y Cazin.

Sisley, El sendero de los castaños, 1867


“Querido amigo,

Recibí su carta dirigida a la casa de Sisley, pero no he tenido tiempo de verle, pues he tenido que ir en varias ocasiones a Moret para el entierro en primer lugar y para estar un poco cerca de los pobres hijos. Le agradezco el ofrecimiento de su colaboración; su ayuda nos será sin duda muy útil. De momento voy a encargarme de hacer una subasta a beneficio de los hijos; eso es lo más urgente, luego ya nos ocuparemos de hacer una hermosa exposición con las mejores obras de Sisley.

Le veré pronto y hablaremos de todo esto. Espero que esté usted mejor. Le echado mucho de menos, pues no había nadie en el funeral.

Con premura, cordiales saludos y recuerdos a los suyos.

Claude Monet.”

(Carta a Geffroy, 3 de febrero de 1899)

 

Sisley, Place du Chenil a Marly, efecto de nieve, sg. XIX

Monet enseguida cumplió con la promesa que le había hecho a su amigo. Organizó una subasta en beneficencia para los hijos de Sisley.

El problema era que en su taller no habían quedado suficientes cuadros como para una exposición: sólo unos 20. Monet se encargó de ir consiguiendo en donación algunos de otros artistas.

Sisley, Niebla, 1874


A Julie Manet le pidió alguna obra de su madre, Berthe Morisot, que ya había muerto; Julie entrega un retrato de mujer de perfil con sombrero de paja. Morisot le tenía mucho cariño a Sisley y habría apoyado totalmente la iniciativa. Por supuesto, Renoir y Pissarro colaboraron. Durand-Ruel se aseguró de que Degas no faltara. El hermano de Caillebotte, quien ya había muerto, también hizo su aporte. A la lista se sumaron Lebourg, Cazin, Besnard, Thaulow, Fantin-Latour, Lerolle, Guillaumin, Vuillard, Zandomeneghi, Carrière, Raffaëlli.

Más tarde se unen Rodin, Helleu, Ménard, Cassatt, Cézanne. Monet era muy convincente y tenía el respeto de todos. Nadie se negó.

Sisley, Moret-sur-Loing, 1891


La exposición se hizo en la Galería Petit, el 29 y 30 de abril. Se publicó un catálogo con prólogo de Geffroy y Alexandre. La prensa se hizo eco, con crítica muy favorable, y no era para menos: Monet había reunido a artistas de primer nivel y el propósito solidario atrajo a muchos clientes.

Julie Manet cuenta en su diario cómo resultó. Monet subió los precios de todos los cuadros para así poder recaudar más y la estrategia funcionó de maravillas. Escribe en su diario:

“Lunes, 1ro de mayo

Venta Sisley. Los Sisleys aumentan considerablemente, Mons. Monet los sube para arriba, se nota que le preocupa esta venta y se siente comprometido con esto. El cuadro de mamá se fue por 3200 francos a Durand-Ruel.”

Sisley, Debajo del puente de Hampton Court, 1874


Cosas de la vida: los hermanos Bernheim-Jeune organizaron una exposición poco después con 14 cuadros suyos y fue un éxito. Durand-Ruel llevó 28 a Nueva York y los vendió todos. El de La inundación en Marly fue revendido en 1900 por 43000 francos, cuando su primer dueño le había pagado al artista sólo 180. Un gran negocio para el vendedor… pero qué lástima que Sisley no haya podido ver los frutos de su trabajo y haber tenido que sufrir tanto durante su vida, ¿no?

 

Sisley, Villeneuve-La Garenne en el Sena, 1872

Fuentes: Monet, C. Los años de Giverny: Correspondencia. Madrid, Turner, 2010

Das Tagebuch der Julie Manet, Munich, Goldmann Verlag, 1990

Shone, R. Sisley. New York, Phaidon Press, 2015

(Traducción: C. del Rosso)



Si quieres conocer más sobre este artista, tienes aquí debajo los enlaces de artículos anteriores 

Una inundación

Después de la nieve





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