Sisley, Campos en Veneux-Nadon, 1881 |
Alfred Sisley fue uno de los
fundadores del Impresionismo. Salía a pintar con Monet, Bazille y Renoir a la
foresta de Fontainebleu, para sacarse de encima las reglas de la academia y, de
paso, revolucionar a la Pintura, sin proponérselo.
Renoir, Sislet y sra., 1868 |
Sisley era de familia inglesa, aunque nacido en París. Anhelaba ser ciudadano francés, pero, a pesar de haber hecho los trámites una y otra vez, nunca lo logró. Su padre había sido un empresario textil inglés, muy importante, con negocios en Francia. Nunca le perdonó que se fuera a vivir con Marie Louise y casi ni se hablaban entre ellos. Después de la guerra franco-prusiana (1870), Mr. Sisley cayó en la ruina y al poco tiempo murió. Alfred, que al principio gozaba de una renta generosa, pagada por su padre, se vio en la más dura miseria. No era el único: Renoir y Monet andaban en las mismas. Pero, a diferencia de éstos, nunca consiguió el éxito. La pobreza fue su eterna compañera.
Por suerte, tenía a su lado a
Durand-Ruel, que trataba de ubicarle los cuadros. Pero éste también tenía a su
cargo la venta de las obras de los otros impresionistas. Sobrevivía como podía.
El pastelero Murer le daba comida a cambio de pinturas (una manera muy barata
de hacerse de una colección). Faure, el barítono al que Manet alguna vez
retrató, también lo ayudaba. De hecho, la única vez que pudo viajar fue cuando
el cantante le pagó el viaje a Inglaterra (donde finalmente pudo casarse con su
compañera de toda la vida). Sisley también acudía a Charpentier, el mecenas de
Renoir, editor y crítico. Y Monet y Renoir, ya con un buen pasar, también salían
en su auxilio, en recuerdo de esos años en que sólo podían comer legumbres y no
podían encender la calefacción.
Sisley, Puente de Villeneuve-La Garenne, 1872 |
Tuvo 2 hijos, Pierre y Jeanne. En
su afán por reducir gastos se fue a vivir a Louveciennes y más tarde a Moret.
Como no tenía dinero para viajar a París a ver a sus amigos, se fue aislando
cada vez más. Sin embargo, recibía gente en su casa. A pesar de la miseria, era
muy buen anfitrión, con maneras elegantes, propias de un inglés. A Geffroy,
crítico y periodista, en una de esas visitas, le sorprendió su dignidad en
medio de la desgracia.
Sisley, Efecto de nieve en Louveciennes, 1874 |
¿Por qué nunca pudo hacer valer
su pintura? ¿Pasó desapercibido? No. Si recorres su obra, es el impresionista
más auténtico y el que fue fiel a esta técnica hasta el final. ¿Poco original o
repetitivo? Puede ser. Quizás haya sido un problema de personalidad: tímido,
siempre esperando pasar inadvertido. Sin embargo, a pesar de los problemas
económicos, nunca dudó de su vocación y siguió empeñándose en su objetivo hasta
el final.
Sisley, Vista de St.Mammés, 1880 |
En 1898 muere su mujer por cáncer
de laringe. Sisley nunca había tenido buena salud, pero la desaparición de su
esposa fue un golpe demasiado fuerte para él. Estaba roto por el dolor, ya no
tenía energías para seguir luchando. Su salud se deterioró vertiginosamente;
contrae también cáncer de laringe. Tuvo que dejar de pintar. En enero de 1899 le
pide a Monet que lo vaya a ver y le encarga a su amigo el cuidado de sus hijos
(quienes en ese entonces tenían 32 y 30 años). Monet no reparó en que, en
realidad, su amigo se estaba despidiendo.
“(…) El pobre Sisley me pidió que
viniéramos a verle hace ocho días, y aquel día comprendí que lo que quería era
despedirse. ¡Pobre amigo, pobres hijos!” (A Geffroy, 29 de enero de 1899)
Murió el 29 de ese mes, con 59
años. Al funeral sólo fueron Monet, Renoir, Alexandre, Tavernier y Cazin.
Sisley, El sendero de los castaños, 1867 |
“Querido amigo,
Recibí su carta
dirigida a la casa de Sisley, pero no he tenido tiempo de verle, pues he tenido
que ir en varias ocasiones a Moret para el entierro en primer lugar y para
estar un poco cerca de los pobres hijos. Le agradezco el ofrecimiento de su
colaboración; su ayuda nos será sin duda muy útil. De momento voy a encargarme
de hacer una subasta a beneficio de los hijos; eso es lo más urgente, luego ya
nos ocuparemos de hacer una hermosa exposición con las mejores obras de Sisley.
Le veré pronto
y hablaremos de todo esto. Espero que esté usted mejor. Le echado mucho de
menos, pues no había nadie en el funeral.
Con premura,
cordiales saludos y recuerdos a los suyos.
Claude Monet.”
(Carta
a Geffroy, 3 de febrero de 1899)
Sisley, Place du Chenil a Marly, efecto de nieve, sg. XIX |
Monet enseguida cumplió con la
promesa que le había hecho a su amigo. Organizó una subasta en beneficencia
para los hijos de Sisley.
El problema era que en su taller
no habían quedado suficientes cuadros como para una exposición: sólo unos 20.
Monet se encargó de ir consiguiendo en donación algunos de otros artistas.
Sisley, Niebla, 1874 |
A Julie Manet le pidió alguna
obra de su madre, Berthe Morisot, que ya había muerto; Julie entrega un retrato
de mujer de perfil con sombrero de paja. Morisot le tenía mucho cariño a Sisley
y habría apoyado totalmente la iniciativa. Por supuesto, Renoir y Pissarro
colaboraron. Durand-Ruel se aseguró de que Degas no faltara. El hermano de
Caillebotte, quien ya había muerto, también hizo su aporte. A la lista se
sumaron Lebourg, Cazin, Besnard, Thaulow, Fantin-Latour, Lerolle, Guillaumin,
Vuillard, Zandomeneghi, Carrière, Raffaëlli.
Más tarde se unen Rodin, Helleu,
Ménard, Cassatt, Cézanne. Monet era muy convincente y tenía el respeto de
todos. Nadie se negó.
Sisley, Moret-sur-Loing, 1891 |
La exposición se hizo en la
Galería Petit, el 29 y 30 de abril. Se publicó un catálogo con prólogo de
Geffroy y Alexandre. La prensa se hizo eco, con crítica muy favorable, y no era
para menos: Monet había reunido a artistas de primer nivel y el propósito
solidario atrajo a muchos clientes.
Julie Manet cuenta en su diario
cómo resultó. Monet subió los precios de todos los cuadros para así poder
recaudar más y la estrategia funcionó de maravillas. Escribe en su diario:
“Lunes, 1ro de mayo
Venta Sisley. Los Sisleys
aumentan considerablemente, Mons. Monet los sube para arriba, se nota que le
preocupa esta venta y se siente comprometido con esto. El cuadro de mamá se fue
por 3200 francos a Durand-Ruel.”
Sisley, Debajo del puente de Hampton Court, 1874 |
Cosas de la vida: los hermanos
Bernheim-Jeune organizaron una exposición poco después con 14 cuadros suyos y
fue un éxito. Durand-Ruel llevó 28 a Nueva York y los vendió todos. El de La
inundación en Marly fue revendido en 1900 por 43000 francos, cuando su
primer dueño le había pagado al artista sólo 180. Un gran negocio para el
vendedor… pero qué lástima que Sisley no haya podido ver los frutos de su
trabajo y haber tenido que sufrir tanto durante su vida, ¿no?
Sisley, Villeneuve-La Garenne en el Sena, 1872 |
Fuentes:
Monet, C. Los años de Giverny:
Correspondencia. Madrid, Turner, 2010
Das Tagebuch der Julie Manet, Munich,
Goldmann Verlag, 1990
Shone, R. Sisley. New York,
Phaidon Press, 2015
(Traducción: C. del Rosso)
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