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jueves, 31 de marzo de 2022

Vestirse de negro

Laurens, La esposa en duelo, 1918


Funeral por el alma del difunto: todos de negro. Lo hemos visto en infinidad de películas, aunque hoy en día ya no se use. ¿Quién va de luto actualmente cuando muere un ser querido? No sé donde vives tú, pero por aquí no lo he visto. Salvo en el caso de los familiares directos, puede ser, pero los asistentes van de cualquier manera. ¿Una falta de respeto? ¿Relajación de los modales o de las costumbres? ¿Porque no se tiene a mano ropa adecuada? Dicen que la Reina Isabel II de Inglaterra viaja siempre con un atuendo negro, por las dudas. La sorprendió la muerte de su padre en pleno viaje y no tenía nada adecuado. No es que no le tengamos consideración a la tristeza de los allegados: es sólo que ya no lo consideramos necesario. En fin, todos tenemos algo negro en casa, seguro.

Friant, Todos los Santos, 1888

En fin, son cosas de costumbres y de protocolo. Dependiendo de dónde vivas será de una o de otra manera. Según las reglas, sólo de negro los familiares del difunto; el resto, azul o gris, nada de estampados o colores vivos. Lo mismo para los hombres: si vas de traje, corbata negra, gris o azul oscuro, sin diseños. Tampoco están permitidos los escotes, los brillos, las joyas importantes: que no dé la impresión de que vas a una fiesta. Y tampoco ropa demasiado informal, como los jeans o los shorts, pues corres el riesgo de parecer como que el asunto no te incumbe o no te importa nada de nada. En ciertos lugares, es imprescindible que la viuda se presente con abrigo de piel negro; las joyas, perlas o piedras negras, como el azabache. Y si te avisan justo cuando andas por la calle y llevas una chaqueta roja vibrante, ¿qué haces? ¿Vas igual o te excusas?

Krámskoi, Dolor inconsolable,
sg. XIX

En nuestra cultura asociamos el negro con la nada,
con el mal, con la muerte (y con muchas otras cosas más, lo vimos por aquí). Por el contrario, el blanco se asigna para la resurrección de las almas. Los ataúdes están recubiertos de blanco para acompañar al fallecido en su viaje final. Así que en caso de luto, negro: renunciamos a los colores de la vida. Sin embargo, no sólo es expresión de un estado anímico: si llevas negro de manera prolongada, influirá en tu alma, sin duda alguna. (Salvo que por elección personal o por profesión te vistas todo el rato de negro.)







Sánchez Coello, Felipe II, 1580

¿Ha sido siempre así? Pues no.
Los tintes negros, hasta que se inventaron aquellos basados en la anilina (1863), eran carísimos y sólo accesibles para unos pocos. Las personas de escasos recursos llevaban el luto como podían, con lo que tenían, que generalmente eran telas sin teñir, de color marrón.









En Oriente, en general, suele usarse el blanco como luto. En primer lugar, no es un blanco puro, sino la tela sin teñir, la fibra tal como sale en el tejido. Se aplica generalmente en lugares donde se cree en la reencarnación o bien, en aquéllas en las que el negro es símbolo de fertilidad.

Clouet, Reina María de Escocia
de luto, 1561

Sin embargo, también las reinas suelen llevar luto en blanco
como diferenciador de estatus social. En el caso de España, los Reyes Católicos decretaron el negro como color del luto oficial ante la muerte de su hijo Juan, en 1497.









Durante toda la historia se regló este duelo con especificaciones muy precisas. En el sg. XIX había toda una normativa a seguir, so pena de que te consideraran un insensible, irrespetuoso o sospechoso de algo. Las mujeres tenían un dress code determinado y debían cumplirlo durante un año y 4 días (en algunos lugares, hasta 4 años). A medida que se acercaba el término del período de duelo se podía ir incorporando otros colores: gris, blanco, violeta. El luto se extendía a los sirvientes, que debían llevar brazalete negro (como lo usan aún hoy los futbolistas cuando muere algún integrante del club); incluso se adornaba la puerta de la casa con un crespón negro o se marcaba la papelería personal con una raya negra. Si te llegaba una carta con un sobre de este tipo, ya sabías de antemano que era portador de una mala noticia.

Monet, Mme. Monet en un banco de jardín, 1873


David, Descendimiento, 1515


En España, en Viernes Santo, los cofrades suelen llevar riguroso negro y las mujeres, mantilla. ¿Cuántas veces habremos visto cuadros del Cristo muerto, con la Virgen María de luto?








Sorolla, Clotilde con vestido
negro, 1906

Pero bueno, vestir de negro también se ha convertido en signo de elegancia.
En el Barroco, los reyes españoles impusieron el negro en la moda, como signo de austeridad y recogimiento. También los protestantes lo adoptaron. Así, pronto se volvió signo de algo exclusivo. Un little black dress, puesto de moda por Mme. Coco, es el summum. Recientemente, las celebrities acordaron llevar vestidos negros en la alfombra roja a cuento del movimiento “#MeToo”. Pero no a todos nos queda bien el negro. Es cierto que combina con todo y que nos saca de un apuro, pero si tienes una piel de gama cálida (te lo expliqué aquí), evítalo. (Salvo que acudas a un negro con un matiz cálido...)









Goya, Duquesa de Alba
vestida de negro, 1797

El color con que nos vestimos dice mucho de nosotros mismos.
Sea por imposición del protocolo o por personalidad o por estado de ánimo, siempre estarás expresando algo con el color con el que te hayas vestido.










Nota: Y ahora mismo te estarás preguntando por qué los artistas se ponen a pintar a toda esta gente vestida de negro, ¿no? ¿Qué gracia tiene? Pues... porque lograr luces y sombras y distintos matices en el negro no es nada fácil. Un poco por curiosidad, otro poco por investigar y otro poco para demostrar el talento propio. (Aunque, la verdad, más difícil es con el blanco... )

Fuentes: Garnett, O. Color, a social history. London, The National Trust, 2000

 Heller, E. Wie Farben auf Gefühl und Verstand wirkenMünchen, Droemer V., 2000

Museo del Traje, Modachrome. Madrid, Min. de Cultura, 2007

Welsch,N.-Liebmann, C.Chr. Farben. München, Elsevier V., 2004



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