Velázquez es considerado el mejor
pintor del Barroco español, que ya es decir mucho. Para mí, el mejor de toda la
Historia de la Pintura, aunque, claro, habrá quien me lo discuta. Sin embargo,
sabemos poquísimo de él. No ha dejado ningún escrito, ni siquiera alcanzó a
hacer testamento. Otros, como Pacheco, su suegro, o Palomino, en su Parnaso español, nos cuentan un poco
sobre él. Tenemos cartas de Felipe IV dirigidas a otras personas, en las que lo
menciona en relación con algún encargo u orden emitida para el artista. Rubens,
que lo conoció cuando vino a Madrid, también lo menciona en alguna carta. Y
luego están los documentos notariales. Y nada más.
Por eso, hablar de cómo era la
vida cotidiana de este artista se basa en puras elucubraciones, a partir de
estos documentos o de las costumbres de la época.
Velázquez, Autorretrato, 1643 |
Velázquez, Francisco Pacheco, 1618 |
Como verás, sus comienzos fueron
duros, pero estaba en el lugar correcto. Pacheco era un erudito, tenía su
propio método de enseñanza y su casa era el lugar de encuentro de intelectuales
y gente importante de Sevilla. En 1617, con 17 años, aprobó su examen de
pintor. Esto le permitía abrir su propio taller, contratar a ayudantes y
aprendices, en cualquier parte del Reino. Al año siguiente, se casa con la hija
de su maestro, Juana. Él tenía 19 y ella, 16: la gente en esos tiempos se
casaba muy joven. Hicieron una gran fiesta y Juana aportó su dote al
matrimonio: un ajuar, muebles y una casa sencilla en Sevilla que era de sus
padres. No sabemos qué fue lo que entregó Diego. Tuvieron 2 hijas: Francisca e
Ignacia, que murió siendo muy pequeña.
Martínez del Mazo, La familia del artista, 1660 |
Velázquez, El aguador de Sevilla, 1620 |
Velázquez, Conde Duque de Olivares, 1622 |
Como ya te conté una vez (pincha aquí), Velázquez tuvo diferentes cargos en la Corte, además del de pintor del
rey. El rey solía pagar con empleos y se podía vender su titularidad sin
problemas: era una manera de conseguir dinero. Siempre había algún familiar
necesitado de trabajo o alguien que quisiera estar en la Corte. Nuestro artista,
que gozaba de la confianza y amistad de Felipe IV, recibía cada vez mejores
cargos y dejaba el anterior. Así fue cómo colocó como ujier de cámara a Martínez
del Mazo, su discípulo, mano derecha y yerno: una manera de asegurar la manutención
de su hija Francisca. Por otra parte, la dote de la joven fue bastante austera:
no hay muebles, no hay objetos personales; su vestuario, decente pero nada
ostentoso; un collar de perlas y 2 anillos de oro. Evidentemente, Velázquez,
quien no había cobrado todavía ni lo atrasado ni lo presente, no podía
permitirse regalar una dote a su hija como la que había entregado su suegro.
Pero, dicho sea de paso, años más tarde, para la boda de su nieta Inés, la dotó
con una fortuna en ducados de plata: los tiempos habían cambiado.
Velázquez, La fragua de Vulcano, 1630 |
Velázquez, La familia de Felipe IV (Las Meninas), 1656 |
Nos podemos imaginar cómo vivían
a través del inventario que se hizo después de la muerte del artista y Juana (ella
murió a la semana siguiente). Los objetos que se detallan nos muestran una vida
de lujo, aunque sin ostentación. Juana tenía 2 buenos vestidos para participar
en las fiestas de la Corte y joyas: medallas de oro, un reloj con diamantes,
relicarios, rosarios de perlas. Diego tenía una espada, espuelas y petacas de
plata, mecheros (pues sí, Velázquez iba muy a la moda y fumaba) . Parece que a
él le gustaba vestir bien, pues su ropa era de telas caras: naturalmente tenía
que vestirse acorde con su cargo, pues se codeaba con reyes, cardenales y papas.
Velázquez, La dama del abanico, 1635 |
Velázquez había partido de
Sevilla con muy poco. Y ya ves, en Madrid, en la Corte, junto a Felipe IV,
había logrado un buen pasar para él y su familia.
Los datos están tomados de
Bennassar, B.
Velázquez.Vida. Cátedra, Madrid, 2012
Brown, J.-Garrido, C.
Velázquez. The technique of genius. New Haven-London, Yale, 1998
No hay comentarios :
Publicar un comentario