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jueves, 20 de octubre de 2022

La luz se abre entre las tinieblas

 

Cuyp, Tormenta de relámpagos sobre Dordrecht, 1640


¿Qué es el Barroco?

Si le preguntaras a alguien qué es el Barroco, ¿qué te contestarían? Yo ya hice la prueba. Todos han oído hablar alguna vez de él, pero nadie se atreve a definirlo. Algunos te dicen: “Ah, es algo recargado, ¿no?”. Y sí, lo es, pero no es sólo eso.

Rembrandt, La ronda nocturna, 1642


En este blog te he traído muchísimos artistas y cuadros de este estilo, pero, ya que estamos, aprovechemos para explicarlo un poco mejor.

Caravaggio, El entierro
de Cristo, 1602

¿”Barroco”? ¿De dónde viene esta palabra?
Dicen que proviene de “barrueco”, que así se llamaban a las perlas que las ostras no fabricaban bien, o sea, perlas no perfectamente esféricas. Hoy en día puedes encontrar joyas con “perlas barrocas”, como rarezas de la naturaleza (y no son baratas). ¿Y por qué se le aplica a este estilo? En principio, de manera despectiva (después, con el tiempo, aprendimos a apreciarlo), y porque, en comparación con el Renacimiento, que era todo armonía, equilibrio y belleza, el arte del sg. XVI era todo eso, pero de manera tan rebuscada, que parecía todo lo contrario.

Abarca el período desde 1590 hasta 1690, año de la muerte del gran Bernini, escultor, pintor y arquitecto.





Está presente en todas las disciplinas artísticas: literatura, teatro, música, escultura, arquitectura… Impresionante. Fue una época increíblemente fecunda, con artistas de primer nivel en todos los ámbitos.

ter Borch, La reprimenda paterna, 1655

Aparece en todas las naciones europeas y se extiende a toda América, de la mano de la Corona Española. No simultáneamente, pero casi. Cada país (ya podemos llamarlos así, pues ya aparecen las primeras naciones) va a su ritmo y con matices propios.

Caravaggio, San Mateo
y el ángel, 1602

El Barroco está animado por el espíritu de la Contrarreforma.
La Reforma luterana sacudió los cimientos de la Iglesia y, a modo de defensa y rescate, surge una nueva manera de ver el arte: su función es elevar el alma, profundizar en los valores cristianos, glorificar a Dios… Habrá que buscar el modo más excelso de expresión: no por nada es la época, a mi modo de ver, que ha dado los mejores artistas de toda la Historia de la Pintura.








Sin embargo, Holanda, en lucha constante por su independencia con el Imperio Español y protestante, también tendrá su Siglo de Oro en la Pintura. Calvino prohíbe las imágenes religiosas (Lutero las permite dentro de la devoción personal). ¿Qué hacemos? ¿Con qué decoramos nuestras casas? Aparecen nuevos géneros: el paisaje, la naturaleza muerta, el retrato de grupo, la pintura costumbrista (si pinchas en los nombres, puedes ver los artículos en donde te los he explicado). Por supuesto, no es que éstos no existieran, sino que no de manera autónoma. Pero… también en estos tipos de obras, en los que aparentemente no hay un propósito espiritual, está presente la intención ejemplarizante, de advertencia moral.

van der Ast, Naturaleza muerta con frutas y flores, 1620

Es una época confusa, con muchas guerras y bien largas, con hambrunas, pestes y crisis económicas. Las tinieblas pesan sobre el espíritu y hay que hacerte recordar que somos finitos, que todo pasa y que todo es vanidad…  Quizás las vanitas (lo vimos aquí) esel tipo de Pintura que más representa a esta época, aunque, la verdad sea dicha, vemos a este sentimiento en cuadros de flores, de frutas, mesas opíparas, en los cuadros de las estaciones del año, en los retratos…

Ribera, Martirio de San
Bartolomé, 1616


La cuna del Barroco es Italia. Su adalid es Caravaggio (lo vimos aquí, aquí y por aquí también), el gran innovador. Es él el que lleva el claroscuro a la Pintura. La atmósfera del Barroco es la luz abriéndose paso entre las tinieblas. La luz de Caravaggio proviene de las mismas figuras, no de una fuente externa. Su obra influyó en toda Europa: se expandió “el tenebrismo”, el que vemos en Zurbarán, Ribera, Murillo, La Tour, Rembrandt… (Para ver los artículos en que te conté sobre estos autores, pincha en los nombres.)






Pero el Barroco es arte de contrastes y pensar en que es tenebrista es sólo parte del asunto. Hay una vertiente clasicista, que se alinea con Rafael, que busca atmósferas luminosas, coloridas y casi transparentes, como Poussin, Lorena, Carracci, Reni… Incluso hasta el mismo Vermeer. En unos y otros, aunque divergentes, los une el estudio de la luz.

Lorena, Desembarco de Cleopatra en Tarsos, 1642


Murillo, El joven mendigo, 1645

El Barroco es la exageración y el rebuscamiento de las formas.
La composición en diagonal, que es la más dinámica de todas, está presente en muchísimas obras. No hay ángulos marcados: todo se suaviza con curvas y más curvas, con la linea serpentinata.  Las figuras están encadenadas unas con otras; se acabaron las composiciones simétricas, equilibradas y centradas. En el cuadro siempre está pasando algo.







La perspectiva ya es un asunto superado y la representación del espacio ya no interesa tanto, pues a todo lo dominan las sombras. Y hasta tal punto ocurre esto que se rompen los límites del espacio. Ya te lo conté una vez por aquí: ya no hay cielorrasos, mejor dicho, hay que simular que no existen.

Pozzo, Glorificación de San Ignacio, San Ignacio de Loyola,
Roma, 1690 (Imagen: C.del Rosso)


Rubens, Sagrada Familia con 
San Juan y Sta. Isabel, 1615

En los Países Bajos
la simulación alcanza a las naturalezas muertas (o quietas): el trampantojo llega a su perfección (lo vimos por aquí). Si la Pintura es engaño, hagámoslo de tal manera que provoque el asombro del espectador. Hay un afán por representar la realidad tal cual la vemos, y no sólo en el caso de los holandeses. No hay idealización en las figuras: tanto Caravaggio, Rubens, Rembrandt o Murillo nos presentan a la Virgen, a los apóstoles, a San José, como si fueran personajes que pudiésemos encontrarnos a la vuelta de la esquina.







Velázquez, El niño de Vallecas, 
Francisco Lezcano, 1620

El artista se esfuerza por comprender el gesto
, la actitud del personaje: es alguien, no la idea de alguien. Fíjate, por ejemplo, en los bufones o los borrachos de Velázquez (no dignos de ser pintados, al decir de Carducho: lo vimos por aquí). Incluso en la actitud hierática de los personajes de la familia real o del mismo Felipe IV, Velázquez logra trasmitir la personalidad de cada uno de ellos.










En cuanto a los artistas, hay de todo. Desde el irreverente Caravaggio, al intelectual Rubens; desde el prodigioso Velázquez, al misterioso Vermeer; desde el humorista Steen, a Peeters que juega a las escondidas… Son muchísimos. Te quiero dejar una lista, con mucho miedo de dejarme alguno fuera… Pero vamos, aquí va:

Peeters, Bodegón con alcachofa, cangrejos y 
cerezas, 1618

Gentileschi, Judith decapita a
Holofernes, 1614

En Italia,
donde comenzó todo y siguió siendo el polo cultural: Caravaggio, Carracci, Pozzo, da Cortona, Domenichino, Guercino, Reni, Artemisia Gentileschi, Lavinia Fontana










En los Países Bajos: Rembrandt, Vermeer, Steen, Hals, van Goyen, van Ruysdael, Cuyp, Maria von Oosterwijck, ter Borch, de Hooch, Kalf, Claesz, de Heem, Rachel Ruysch, Aertsen…

Vermeer, El concierto, 1665


En Flandes, parte de España por ese entonces: Rubens, van Dyck, Jordaens, Jan Brueghel, Snyders, Clara Peeters, van Kessel, de Vos…

van Dyck, Frans Snyder y su esposa, 1620


Zurbarán, San Francisco
meditando, 1650
En España son muchísimos: Velázquez, Zurbarán, Murillo, Ribera (aunque trabajó en Nápoles), Sánchez Cotán, Valdés Leal, van der Hamen, Fernández el Labrador…











En Francia: Vouet, Poussin (aunque desarrolló su actividad en Roma), La Tour, Lorena, Le Brun, los hermanos Le Nain…

Poussin, La primavera, El paraíso terrenal,
1660


Seguro que me he olvidado de alguno. De muchos de éstos ya hemos hablado en este blog (puedes pinchar en el nombre, si te interesa). Veo la lista y pienso en aquellos artistas con los que todavía estoy en deuda. Ay!


Carracci, La lapidación de San Esteban, 1602


Fuentes: Conti, F. Cómo reconocer el Barroco. Barcelona, EDUNSA, 1993

Honour, H.-Fleming, J. Weltgeschichte der Kunst, Munich, 1983

Laneyrie-Dagen, N. Leer la pintura. Barcelona, Larousse, 2010

Morán Turina, M. Barroco: Pintándose a sí mismos. Madrid, Art Duomo, 2015

 

2 comentarios :

  1. Aqui, buenas tardes. Siento mucho que no tengamos su presencia(aunque fuera virtual), en el aula senior. No pierdo la esperanza de los cursos siguientes. Un afectuoso saludo. Pilar García Osinaga

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  2. Buenas tardes, Pilar. Muchas gracias! Yo también lo siento mucho. Han sido muchos años de compartir tardes con la Pintura! Ojalá se pueda continuar en un futuro cercano. Saludos a todos!

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