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Fantin-Latour, Rosas amarillas, 1903 |
“No quiero nada muerto en mi pared.” ¿A que no te
imaginas las veces que me han dicho esto? Unas cuantas. Así, fuera de contexto,
suena bastante desagradable, claro. Es que el problema está en el término
“naturalezas muertas” y nadie quiere algo muerto en la pared. Pero, a ver, aquí
hay un serio problema.
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Cézanne, Naturaleza muerta, 1890 |
Se trata de una clase de obras de arte en las que
intervienen objetos inanimados, propios de la naturaleza o fabricados por el
hombre. En español, francés e italiano (1) las llamamos “naturalezas muertas” para diferenciarlos de los retratos de
personas o animales. Y yo me pregunto: ¿y los cuadros de flores? ¿Están muertas
porque están en un jarrón?
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Morandi, Bodegón, 1944 |
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Manet, Flores en vaso de cristal, 1882 |
En español también se usa “bodegones” porque mostraban
elementos de las tabernas o de las clases bajas. ¿O sea que un cuadro de mantel
de encaje y vajilla de plata no entraría en esta categoría? En inglés, alemán,
holandés (2) se las llama “naturalezas quietas”. ¿No te parece mejor? Mira la confusión que
se genera gracias a una mala traducción…
En todo caso, lo que implica todo este asunto es el
desconocimiento acerca de este tipo de pinturas. Y, ya que estamos, te las voy
a explicar ya mismo.
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Fantin-Latour, Taza blanca, 1894 |
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Bodegón romano, Casa Julia Félix, sg. I a.C. |
Existen desde hace mucho, pero mucho tiempo: en
Japón, en Egipto, en Roma, en Grecia… Todas cumplían con la función de mostrar
(y augurar) la abundancia. Y, además, asombrar con el juego de la
realidad-ilusión, el trampantojo (del que te hablé aquí).
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Grünewald, Altar Isenheim, 1512 |
En la época medieval
los objetos aparecían metidos dentro de otros cuadros, siempre con un
significado simbólico: p.ej., la jarra de cristal en el Altar de Isenheim de
Grünewald alude a la virginidad de María.
Los objetos fueron tomando
importancia de a poco, hasta cubrir casi todo el cuadro, como el caso de los
bodegones de mercado. En esta obra de Aertsen, ¿qué es lo más importante? ¿Las
mercancías o la escena de Cristo y la adúltera que transcurre detrás?
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Aertsen, Mercado con Cristo y la adúltera, 1559 |
Otras aparecían en el reverso de retratos (¿te
acuerdas de los retratos dobles? Pincha aquí). Una calavera, una vela consumida,
un reloj, libros abiertos desvencijados, servían como advertencia ante la
vanidad humana. (De ahí que se llamaran “vanitas”, te lo explico más abajo.)
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Bruyn, izquierda: Retrato de Gertraud von Leutz, 1524, anverso; derecha, Vanitas,
reverso |
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di Barbari, Naturaleza muerta, 1504 |
Se dice que la primera naturaleza muerta (¿o
quieta?) autónoma es la de Jacopo di Barbari: una escena de caza, y que también
es un trampantojo.
Unos años más tarde tenemos el cesto con frutas de Caravaggio:
una visión realista de un frutero, con unas frutas deliciosas y otras ya en
estado de pudrición, que han ido deteriorándose a medida de que el artista las
iba pintando. Y, a la vez, alude al paso del tiempo y la fragilidad de la vida.
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Caravaggio, Cesto de frutas, 1597 |
El auge se da en el sg. XVII en el Barroco italiano,
español y nórdico, casi simultáneamente. Como te contaba con respecto al
paisaje (mira aquí), diversos factores, como la Reforma-Contrarreforma y la
prohibición de la pintura religiosa en Holanda o el ascenso social de
comerciantes y empresarios, hizo que este género fuera muy requerido. También
es la época en que aumenta el interés por conocer especies nuevas o registrar
las conocidas, gracias a los nuevos aparatos de investigación científica o las
exploraciones en el Nuevo Continente. Los artistas se convierten en
especialistas de distintos tipos de “naturalezas quietas” y hay miles
buenísimos, ¡imposible citar a todos! Una cosa te tiene que quedar bien clara:
siempre tienen un significado más allá de lo que representan.
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Sánchez Cotán, Bodegón,1602 |
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Matisse, Naturaleza muerta con limones, 1943 |
Por un lado,
porque la visión de estos manjares inducía al deleite y había que advertir de
sus peligros; por el otro lado, si la pintura religiosa estaba prohibida, estos
cuadros venían a suplantarla con un mensaje moralizante. (La pintura religiosa la vimos aquí.) Es como si hubiera que ir desvistiendo a las cosas de su ropaje
exterior y así poder llegar a su verdadera esencia.
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Monet, Juego de té, 1872 |
Hacia el sg. XVIII se va perdiendo
esa segunda lectura simbólica. Cuando las Academias hacen el ranking de los
géneros pictóricos, las naturalezas muertas quedan relegadas al último puesto:
un tema demasiado banal, frente al heroísmo de la pintura histórica (te lo expliqué aquí). Con los impresionistas, se reducen a estudios de luz y color.
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Warhol, 100 latas, 1964 |
Con el cubismo, son campos de experimentación. Con el Pop-Art, tenemos a un
Warhol que nos muestra sus latas de sopa como denuncia contra la sociedad de
consumo.
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Flegel, Naturaleza muerta con pan y confites,
1630 |
Hay muchísimos tipos de “naturalezas quietas”. Las
de cocinas o mesas frugales o de banquetes, en las que se exponen manjares y
vajilla lujosa, esconden a menudo un mensaje en contra de la ostentación y de
la glotonería o alusiones de tipo religioso, p.ej: el pescado tiene que ver con
el ayuno, la carne con la concupiscencia carnal, la nuez con la Cruz de
Cristo... Con los cestos de frutas encontramos lo mismo. ¡Y la especialización
llega tan lejos que hasta tenemos una serie de mesas con dulces! (Eso sí que
era ostentación en esa época.)
También existen aquéllas de cacería, donde te
muestran los trofeos conseguidos, y que generalmente están destinadas a decorar
las viviendas de los cotos de caza.
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Delacroix, Naturaleza muerta con trofeos de caza y pesca, 1826 |
Otro tipo son las “vanitas”, de las que ya te hablé
arriba. Las calaveras son las protagonistas: nos advierten sobre la inminencia
de la muerte y la banalidad de las cosas terrenales.
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Bruegel, Bouquet de flores, 1599 |
¿Y cuántos cuadros de flores conoces? También
tienen un significado oculto: la fragilidad de la vida, los cinco sentidos, las
estaciones del año… A veces, los ramos son imposibles: flores de diferentes
estaciones, todas juntas. Y si ves insectos, éstos son agentes del mal. Cada
flor tiene su propia referencia simbólica: el lirio corresponde a la Virgen; el
clavel, a Cristo. A nosotros nos cuesta descubrir esos significados: hemos
perdido todo ese conocimiento.
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Barnett, Colt fiel, 1890 |
Hay “naturalezas quietas” de armas, de libros, de
instrumentos de música…
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Van Gogh, 14 girasoles en un jarrón, 1888 |
Encierran grandes contradicciones: presentan
elementos efímeros, pasajeros, pero…el hecho de pintarlos los fija y los hace
perdurables. Nos llaman la atención sobre la ostentación y el lujo, pero los
modelos abundan en detalles y riqueza. ¿Raro, no?
El más famoso, sin duda, son los “Girasoles” de van
Gogh. Yo agregaría las manzanas de Cézanne. Tengo muchos preferidos, no sabría
decirte cuál sería mi ganador. Me encanta Morandi con sus ritmos de botellas,
las flores de Manet, la simplicidad de la taza de Fantin-Latour, las verduras
de Sánchez Cotán, los fondos con arabescos de Matisse, las cocinas de Velázquez
o las mesas de Clara Peeters. ¿Y a ti?
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Velázquez, Jesús en casa de Marta y María, 1618 |
Actualmente, pintamos “naturalezas quietas” con
distintos propósitos. Te dan una libertad increíble para crear. Muchas veces
son el primer paso para aprender a pintar texturas y efectos de luz y de
sombras. O para comprender el espacio y la composición. Otras tantas, sólo son
el pretexto para mostrar nuestro mundo circundante.
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Peeters, Mesa, sg.XVII |
Fuentes: Ebert-Schifferer, S. Still Life: A History. New York, H.N.Abrams, 1999
Laneyrie-Dagen, N. Leer la pintura. Barcelona, Larousse, 2010
Schneider. N. Naturaleza muerta. Köln, Taschen, 2003
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