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jueves, 18 de octubre de 2018

Rezar con imágenes


La pintura religiosa

Denis, El Calvario, 1889
Te contaba la otra vez que se podría decir que la pintura religiosa es pintura de historia, porque cuenta cosas. (Si te lo perdiste, pincha aquí.) 

Pero esto vale sólo para esos cuadros que muestran sucesos del Antiguo y Nuevo Testamento y el concepto de pintura religiosa también abarca a los cuadros de Cristo, de la Virgen, de los ángeles, de los santos, etc. Cuando te conté lo que son los iconos, te decía que no se pueden considerar retratos; te hablé del problema de venerar un cuadro y de las luchas que surgieron por esto mismo (si lo quieres releer, pincha aquí).











Pero, ¿qué es la pintura religiosa? 

En principio, se trata de obras cuyo fin es elevar el alma del espectador a una dimensión espiritual a través de su contemplación. Con ellas se decoran los lugares de culto (¡qué hubiese sido de la Historia del Arte sin el mecenazgo de la Iglesia!), se encargan para la devoción personal o por alguna promesa en expiación de algún pecado. Algunos teóricos la diferencian del arte sacro: este término se aplicaría solamente a las pinturas para uso litúrgico.

Matisse, La Virgen y el Niño, 1951
Botticelli, Madonna del Magnificat, 1481

Los artistas trabajaban bajo encargo, con unas pautas muy bien establecidas en el contrato y muchas veces bajo la dirección de un teólogo.
La Biblia y la “Leyenda Dorada”, de Jacobo de la Vorágine, fueron las fuentes. A diferencia del retrato, no hay un modelo a quien seguir.














Este tipo de pintura ya estaba presente entre los primeros cristianos, en las catacumbas, y las figuras eran esquematizaciones de un prototipo.

Cristo y los 12 Apóstoles, Catacumba de Priscilla, Roma, IV d. C.

Duccio, Madonna Rucellai, 1285
En la Edad Media, como te contaba antes, se procuraba despojar al personaje representado de toda temporalidad o carnalidad, siguiendo más o menos la tradición de cómo se lo debía pintar. Se establecieron esquemas de colores, según la jerarquía o simbolismo de cada personaje. Por ejemplo: la Virgen lleva manto azul y vestido rojo, pero si está junto a Cristo, Él lleva rojo porque es de mayor rango. (El uso simbólico de los colores existe también en otras religiones.) 











Leonardo, La Virgen, el Niño y Santa Ana,
1508
Hacia el Renacimiento las figuras comienzan a tener un cuerpo definido, gestos, movimiento; muchas veces son figuras idealizadas, tomadas de obras de otros artistas o siguiendo un patrón. Otras veces los artistas usan modelos que posen para él. Se discutía si era válido tomar la apariencia de un modelo, de carne y hueso, de un pecador/a, para dar forma a Cristo o a la Virgen (y a quien seguro toda la ciudad conocía), pero, si se quería representar la escena con todo realismo, no había otra manera. 

















de Santiago, Virgen alada del Apocalipsis,
sg. XVIII
Y para escenas realistas, nada como Miguel de Santiago, pintor del Virreinato del Perú, que ató un ayudante a una cruz y, no contento con la expresión de dolor del susodicho, le clavó una lanza como a Cristo y consiguió lo que quería…, además de asesinarlo. No se andaba con chiquitas.















Murillo, Virgen del Rosario, 1650






No hace falta llegar a esos extremos, naturalmente. Fíjate en la "Virgen del Rosario" de Murillo: se dice que posó su hija; es la imagen de una sevillana con quien te hubieses podido encontrar a la vuelta de la esquina. 












Caravaggio, Dormición de la Virgen,
1604





Lo mismo con Caravaggio, por citar algún artista más: su "Dormición de la Virgen" provocó más de un escozor porque usó como modelo un cadáver que nadie reclamó.

















La cuestión de si era lícito venerar las imágenes volvió a explotar con la Reforma de Lutero, en 1521. Éste luchó contra la idolatría y recomendó despojar los templos de imágenes, aunque no estaba en contra de su uso personal y privado. Calvino fue más estricto: en los Países Bajos se destruyeron miles de obras por esta razón. El protestantismo no tiene pintura religiosa. Esto dio lugar a que, en Holanda, surgieran géneros nuevos como el paisaje, los bodegones, las marinas, y los cuadros con intención moralizante, que venían a cubrir esa finalidad de encumbrar el espíritu que tenían las obras eliminadas. 

Rembrandt, Sansón cegado por los filisteos, 1636

Rubens, Descendimiento de la Cruz,
1611
La reacción contra esto fue la Contrarreforma, que dio un impulso tremendo a la Pintura en el Barroco. Con el tiempo, este género fue perdiendo peso, aunque hubo artistas tales como Matisse (mira este artículo anterior), Chagall, Roault, Denis, que lo cultivaron en épocas más modernas.

















Sin embargo, el arte religioso no es exclusivo de la religión católica. Hay pintura religiosa en todas las civilizaciones antiguas, como en Egipto.

Anónimo, Mandylion o Santa Faz, sg. XII
De los cristianos ortodoxos hablamos un poco cuando te conté sobre los iconos. Tienen una iconografía prefijada, muy estricta. No se busca el realismo.

















La religión judía también usa la pintura para decorar la sinagoga, en forma de murales, mosaicos o como ilustración de textos litúrgicos o bíblicos. También hubo discusión sobre la licitud de la veneración de las imágenes, que se basaba en el 2do Mandamiento: “No tomar el nombre de Dios en vano”. En los libros de la Torá se cita en muchas ocasiones la prohibición de representar figuras humanas porque pueden dar ocasión a la idolatría.

Anónimo, fresco de la Sinagoga de Dura Europos, Siria, sg. III
(según el Libro de Ester)


Anónimo, Códice árabe, sg. XII
En el caso del Islam, también se prohíbe la representación de Dios, de Mahoma, o de animales, y por eso acuden a arabescos de tipo geométrico o flores y plantas o a la caligrafía como elemento decorativo para murales o los azulejos. Sin embargo, hay ejemplos de libros ilustrados con imágenes de Mahoma pintados por persas sunitas.










Chang Huai-hsing, Buda y los 5 planetas,
sg. XII
Y en el Budismo, la pintura es un medio de meditación y rara vez sabemos quién es el artista. Se puede representar a Buda, aunque también hay todo un esquema de símbolos como los mandalas.
















Malevich, Cuadrado negro sobre cuadrado blanco,
1923
Como ya te conté más arriba, en nuestra época hay pocos artistas que cultiven este género. El sentimiento religioso ha desaparecido prácticamente de nuestra sociedad y el arte contemporáneo, como expresión de nuestro tiempo,  generalmente no se ocupa de estos temas. 













Pero hay casos que son la excepción a la regla. Por ejemplo, Malevich pintó el “Cuadrado negro sobre fondo blanco” como intento de representación de lo Absoluto, y, de hecho, se lo expuso tal como se colocan los iconos en las casas rusas. Y la obra de Rothko, en especial, la capilla ecuménica de Houston, nos impulsa a la meditación.

Rothko, Capilla Ecuménica, Houston, 1967
(imagen: Wikiart)



  Fuentes: Burnet, E. y R. Pour décoder un tableau religieux, Paris, Cerf, 2006
Laneyrie-Dagen, N. Leer la pintura. Barcelona, Larousse, 2010
Notas personales




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