La paradoja de los iconos
Anónimo, Abgar recibiendo el Mandylion, sg. X |
Estamos acostumbrados a ver un retrato como una imagen, como una copia (por decirlo así) de alguien, pero no siempre ha sido así. Es el caso de los iconos.
¿Se puede pintar a Dios? Si un cuadro es una
imitación de la realidad, esto significaría reducir a Dios a un conjunto de
manchas de colores. Si Dios es inabarcable, ¿cómo osar reducirlo a una tabla
con límites?
Anónimo, Icono Vladimir, Galería Tetriakov, sg. X |
El icono tiene sus orígenes en los comienzos del Cristianismo y tiene que ver con los retratos que se colocaban en las tumbas en Roma o en Egipto. Era una manera de mantener el recuerdo del rostro del difunto. Cuando Roma cayó en manos de los bárbaros, Bizancio pasó a ser capital del Imperio Romano. Las hordas arrasaron con todo (no les costó mucho, pues el Imperio era en ese entonces una sombra de sí mismo) y el Oriente se encargó de preservar lo poco que quedaba. Durante 7 siglos las relaciones entre Bizancio y los reinos europeos iban y venían (cruzados de por medio) y esto influyó en el arte. La pintura gótica tiene mucho que ver con el arte bizantino, y, por supuesto, con los iconos.
En sus comienzos eran pequeños, portátiles, y
servían para la devoción privada. Fueron evolucionando a formatos más grandes,
rectangulares con arco en el borde superior, en dípticos o trípticos y para uso
litúrgico o en procesiones (en este caso tenían las 2 caras pintadas). Se los
adoraba con incienso y velas, arrodillándose ante ellos.
Anónimo, Virgen Odigitria, sg. XIII |
Hacia 726 d.C. las discusiones sobre la licitud de pintar a Dios y la adoración de imágenes se hicieron cada vez más furibundas. El Emperador León III ordenó la destrucción de todos los iconos. (En el monasterio de Santa Catalina de Sinaí se salvaron unos 2000, pero sólo porque hasta ahí no llegaban los controles.)
Anónimo, Virgen con San Jorge y San Teodoro, sg. VI |
Anónimo, Virgen Galactotrofusa, sg. XVI |
La base del problema está en el misterio de fe de la Encarnación: Dios se hace hombre, sin dejar de ser Dios. La paradoja nace al querer pintar a Cristo con medios materiales y humanos sin que pierda su dimensión divina. Además, ¿ cómo puede un pintor, un ser humano finito, representar al Dios eterno? La cuestión filosófica-teológica tuvo consecuencias directas en la manera de pintarlos.
Anónimo, Mandylion o Santa Faz, sg. XII (Galería Tetriakov) |
Se cuenta que el primero es el Mandylion, la Santa Faz, no hecho por mano humana (icono aqueropita): el rey Agbar de Edessa le pidió por carta a Cristo que lo curara de su enfermedad, Cristo enjugó su rostro en un paño y sus rasgos quedaron impresos en él; Tadeo se lo llevó al rey y éste se curó. También cuenta la leyenda que el primer retrato de la Virgen lo hizo San Lucas (y por eso es patrono de los pintores). Los artistas se basaron en estas imágenes como modelos para representar a Cristo o la Virgen.
Anónimo, La escalera de la Divina Ascensión, sg.XII |
Anónimo, Virgen Nicopea, sg. XII |
Anónimo, Pantócrator del Sinaí, sg. Vi-VII |
La figura debe estar acompañada por su nombre: éste
designa, se llega al prototipo verdadero a través de él. La posición es
frontal, simétrica y rígida: el movimiento es propio de los mortales.
Anónimo, Virgen Agiosoritissa, sg. XII |
Anónimo, San Nicolás, sg. XIII |
A los santos se los ponía en parejas: san Pedro y san Pablo, san Cosme y san Damián, con sus atributos de mártires, obispos, guerreros… Se fijaron entonces los modelos de toda la pintura religiosa posterior.
Rubliov, La Trinidad, sg. XIV |
Los más importantes son el Mandylion o Santa Faz y el icono Vladimir, de la Virgen Eleúsa, ambos en la Galería Tetriakov, de Moscú. El artista más famoso es Andréi Rubliov.
¿Ves? No son retratos por definición. No son copia
ni imitación de alguien que posa. El pintor de iconos debía lograr algo
imposible: tratar de hacer visible lo invisible.
Fuentes: Cormack, R. Byzantine Art. Oxford, Oxford University
Press, 2000
Velmans, T. y otros. El mundo del icono. Madrid, San Pablo,
2003
Volbach, W.F.-Lafontaine-Dosogne, J. Byzanz. Berlin,
Propyläen V., 1990
O sea que las estampitas religiosas son íconos modernos, en vez del soporte de madera y pintura, es papel impreso. Interesantísimo. Gracias por compartirlo!
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