navigation + slideshow

jueves, 25 de agosto de 2022

Cuando vale casi todo

 

Krasner, Collage, 1955


Técnicas mixtas

 

Te mostré cómo se pinta al óleo, con acuarelas, al temple, al acrílico, los grabados, los dibujos, los pasteles… con sus ventajas y desventajas, ¿con cuál te quedas? Yo, sin dudarlo ni un segundo, con el óleo. (Si te los perdiste, pincha en cada uno.)

Hamilton, Interior, 1964, collage


Sin embargo, falta algo más: hacer un cóctel con todos ellos. No me tomes en serio, que son tóxicos. Quiero decir que siempre existe la posibilidad de usar estos materiales mezclados entre sí, aunque no todos. Ya te lo conté: agua con aceite no va. Pero, ¿qué tal si mezclamos pastel graso con óleo? Ningún problema. Hay artistas, incluso, que mezclan el pastel tiza con óleo, y queda muy bien. A estos trabajos los llamamos “técnicas mixtas”. En realidad, ésta es una manera de salir del paso, pues se usa para muchísimas otras técnicas que implican materiales variados y que normalmente implican experimentos, innovaciones…

Ernst, Bosque con espinas de pescado, 1927, grattage 
y pan de oro


Dentro de lo que es Pintura, es decir, sin incorporar otros elementos, te puedo citar el frottage o el grattage. Son 2 técnicas que, si bien eran conocidas de antiguo, fueron rescatadas por los surrealistas, y más concretamente, por Max Ernst. Con el grattage (raspado) quitamos la pintura de un cuadro raspando con la punta del pincel o la espátula, para descubrir las capas inferiores de pintura. En el colegio solíamos hacer cuadritos con crayones, lo cubríamos con tinta china negra y cuando se secaba, íbamos quitando la tinta china con algún elemento punzante… y salían a la luz los colores de abajo. (¿A ti te tocaba hacer estas cosas en la escuela?) Ernst usó este método en “Bosque con espinas de pescado”: las puso debajo del lienzo y raspó la superficie. Tapiès también experimentó con el grattage.

Ernst, El comienzo de los castaños, 1926, frottage


El frottage (frotado) es más bien una técnica de dibujo (la probé con pintura, pero no me funcionó del todo, tendré que seguir investigando): se trata de poner debajo de un papel algún objeto con relieve, p.ej., una moneda y frotas con un lápiz o carboncillo; así traspasas la silueta del objeto al dibujo.

¿Y qué pasa cuando queremos meter materiales extraños en el cuadro, elementos que no son colores? Es legítimo, ¿por qué no? Siempre y cuando lo hagas de manera correcta. No te imaginas la cantidad de cuadros con papeles y cosas pegadas que se van desarmando de a poco en las galerías, sin ni siquiera haber terminado la exposición! Ah, es que es arte efímero. No, es que no está bien hecho.

Botticelli, Retrato de hombre
con medalla, 1474

Aunque parezca una cosa nueva,
ultra moderna, pegar cosas a los cuadros es algo que viene de bien lejos. Mira, p. ej., este retrato de Botticelli: la medalla está hecha con yeso, posiblemente a partir de un molde.










Y el dorado a la hoja también es incorporar a los cuadros algo que no es pintura. ¿Sabes cómo es? Se trata de pegar hojas finísimas de oro, más fina que un cabello, y que se vuelan aunque no haya corrientes de aire. Hay de varias calidades: el mejor, sin duda, es el de 22 quilates, inalterable y ni siquiera hace falta barnizarlo. El oro falso u oro alemán consiste en una aleación de cobre y estaño: es más fácil de trabajar, pero suele oxidarse, así que siempre hay que darle una capa de barniz como protección. Puede venir en hojas o en escamas.

(Imagen: C. del Rosso)


Cimabue, Madonna en el trono
con ángeles, 1270

Como pegamento se usa mixtión,
que se aplica sobre la superficie y sobre él el pan de oro. Como es caro y se desperdicia mucho, se corta un trocito del pan de oro con un cuchillo especial sobre un cojín de gamuza, lo levantas con una brocha llamada “polonesa” por pura estática y lo dejas caer sobre el pegamento. Cuando está seco, se pasa el bruñidor para quitar arrugas o imperfecciones. Te quedarán porciones de la hoja sin pegar: eso ya no se podrá aprovechar.







Klimt, El beso, 1908

Miles de obras medievales han sido embellecidas con pan de oro
: la luz del Cielo. ¿Y Klimt, que recupera la luz de los mosaicos y el arte bizantino? ¿Y las máscaras mortuorias de las momias de los faraones? Ni qué hablar de marcos de cuadros o espejos, muebles… Nadie se imagina cuánto trabajo hay detrás de esas porciones de oro.







Braque, Frutero y vasos, 1912,
collage

Alguna vez hablamos del collage por aquí.
Tiene una larga historia, aunque el rescate vino por el lado de Picasso y Braque. Se trata de pegar papeles, fotografías, lo que quieras, sobre el soporte de tu cuadro. Normalmente se dice que basta con pegar estos elementos en la superficie húmeda del óleo. Pero, según mi experiencia, creo que es mejor adherirlos con una base de cola blanca o cola de conejo, antes de aplicar la pintura. Hay que tener en cuenta, además, que si el papel está impreso de las 2 caras no vaya a traslucir lo de detrás al humedecerlo. 







Matisse solucionaba este problema creando él mismo los papeles: los pintaba con gouache (lo vimos aquí) y luego los recortaba.

Matisse, Jazz: Lagoon, 1947 (Imagen: National Gallery Scottland)

Si bien el pegar papeles produce sensación de profundidad, la verdad es que no tienen mucho relieve. En Pintura, si quieres texturas, o las simulas o agregas más cantidad de material, a la manera de van Gogh, Pollock y tantos otros. Pero también existe la posibilidad de pegar elementos, lo que se te ocurra: un clip, una moneda, una rejilla, madera, flores, cuerdas, lentejuelas, espejos… ¡Echa a volar tu imaginación! Kiefer pone clavos, flores secas, mallas metálicas, ramas… 

Kiefer, Jerusalén, 1986



Tapiès, Puerta metálica y 
violín, 1956

Tapiès
era capaz de componer un cuadro con lo más insólito que te encuentres; mira éste: ¡cortina metálica y un violín! 











Perdón, lo más insólito que he visto es éste de López García: el cadáver de un perro.


López García, Perro muerto, 1963


Tapiès, Relieve con cuerdas, 1963
Por supuesto, cualquier cosa que pegues a un cuadro debe de tener el pegamento apropiado para que no se suelte con el tiempo. Puedes considerar pintar tu cuadro antes o cubrir tu objeto con colores, tú lo decides. Dependiendo del peso de lo que vayas a incorporar deberás plantearte si te conviene componer tu cuadro sobre madera, cartón o sobre lienzo.








Otra posibilidad es incorporar arenas. Llamamos así a los “áridos”, es decir cemento, mármol, arena, piedritas, etc. Existen en diferentes calidades y grado de molido. Conviene armar el cuadro sobre madera y pensar muy bien dónde colocar estos materiales. Por lo que he investigado, lo mejor para mí es mezclarlos con cola blanca. Si necesitas una mezcla más fluida, puedes ir agregándole agua hasta la consistencia que prefieras (¡es pura albañilería!). Si trabajas con un soporte poroso, conviene sellarlo o imprimarlo antes. Una vez que tu trabajo en textura esté seco, puedes pintarlo por encima con óleo o acrílico. También se puede agregar color a la mezcla, pero ten en cuenta que si agregas agua a tu arena ya no podrás usar óleo, aunque sí acrílico.

del Rosso, Abstracción y texturas, 
para La Cámara del Arte, 2020


Un lienzo se puede coser, bordar, agujerear… Lucio Fontana era un experto en cortes: representar la profundidad, el más allá de la tela, de otra manera más física, sin simulaciones o trampantojos.

Fontana, Concepto espacial: +1-AS, El jardinero está 
arreglando el jardín, 1959


Hay artistas que aplican fuego a sus cuadros: se producen agujeros al azar, el humo deja sus huellas… No me gusta, es peligroso, no le veo mucho sentido, pero, bueno, cada artista desarrolla su arte como quiere. (Anécdota: participé en una subasta hace un tiempo. Una colega presentó uno con un tremendo agujero: lo había quemado en un rapto de furia. Decía que había necesitado una catarsis. No se lo llevó nadie.)

Millares, Cuadro 201. Castillo de 
San José, 1962


Otros artistas dejan que el azar y la naturaleza actúen. Y es un dolor de cabeza para los restauradores. No hay nada peor que dejar un cuadro fresco a la intemperie y que se te vayan pegando a la pintura lo que se te ocurra: ramitas, polvo, insectos, hojitas... 







Klein, Azul: monocromo, relieve
con esponjas, 1960

Y hablando de conservación…
Estas obras con elementos no pictóricos son muy difíciles de colgar. Generalmente se recomienda ponerles cristal para protegerlos del polvo. Es que si hay que pasarles el plumero… qué desastre. Y te digo “generalmente”, porque depende de cada caso en particular. Otro detalle que hay que tener en cuenta es que, al tener relieve, influyen muchísimo los cambios de iluminación.








Duccio, Crucifixión, 1211,
pan de oro

Hasta aquí llegamos con nuestra serie de exploración de los distintos materiales para pintar.
¿Cuál te ha gustado más? ¿Te quedas con alguno en especial?










Pintar es un viaje de aprendizaje. ¡Te animo a que armes tu maleta con pinturas y lárgate a viajar!

Fuentes: Bagnall, B. Zeichnen und Malen. Niedernhausen, Falken V., 1986

Doerner, Max. Malmaterial und seine Verwendung im Bilde. Stuttgart, Enke V., 1985

Nerdinger, W. Elemente künstlerischer Gestaltung. München, Martin Lurz V., 1986

Notas personales


No hay comentarios :

Publicar un comentario