Redon, Ofelia entre flores, 1905 |
Los pasteles
Seguro, segurísimo que en la escuela te hicieron pintar con crayones, ¿no?
¿Y cómo te iba con eso? A mí no me gustaban mucho, demasiado pastosos, me
parecían limitados (bueno, estoy definiendo una sensación de la infancia con
mis palabras de hoy). En ese momento lo único que percibía es que quería hacer
más cosas y ellos no daban más de sí. Aunque no era consciente de eso, claro.
Bravo, Bodegón en rojo, 1984, pastel tiza |
Hay 2 clases de pasteles: el pastel tiza o pastel al óleo (también se suelen llamar “al aceite” o “graso”, los crayones de toda la vida).
del Rosso, A lo lejos, 1994, pastel al óleo |
Se diferencian entre sí por el aglutinante. Básicamente, son los mismos pigmentos, finamente molidos, y prensados con aceite o cera, en el caso de los que son al óleo, y los de tiza, con un tipo de goma.
Delacroix, Estudio de cielo al atardecer, 1849 |
Se suelen usar sobre papel, aunque se pueden trabajar con ellos sobre
cualquier superficie. Hay papeles para pastel en mucha variedad de colores: se
logran efectos muy interesantes. ¡Echa a volar tu creatividad!
Manet, Retrato de Mme. Manet en canapé azul, 1874 |
Picasso, Cabeza de mujer, 1921, pastel tiza |
El pastel al óleo es bastante versátil: no sólo se puede usar haciendo rayas o cubriendo superficies usándolo de canto, sino que también se puede difuminar o diluir con trementina y trabajarlo con pincel. Después de todo es óleo, ¿no?
Cassatt, Electra Havemeyer y su madre, 1895, pastel tiza |
Morisot, Joven con loro, 1873, pastel tiza |
¿Cómo solucionar esto? Existen fijadores en spray para pastel. No es muy ortodoxo, la verdad, pero ayuda. La idea es ir fijando el trabajo por etapas y dejar sólo la capa superior libre. El resultado, evidentemente, no es el mismo, pero te aseguras de que no perderás tu trabajo con la primera corriente de aire con la que te topes. Por supuesto, el fijador hay que aplicarlo con muchísimo cuidado. A mí no me gusta usarlo: se pierde la calidad de los colores; se oscurecen demasiado para mi gusto (no trabajo mucho con estos materiales, salvo que algún alumno me lo pida).
En cuanto a la técnica, aunque no lo creas, es la misma que la pintura al
óleo; por eso, algunos profesores te enseñan primero a pintar con pastel, antes
de meterte con los pinceles. La mezcla de colores se hace en el mismo soporte,
trabajando por capas. Se parte buscando el tono medio del objeto a representar,
se sigue con las zonas de sombras y, por último, el toque de luz (igual que en
la pintura al óleo).
Carriera, Luis XV de Francia, 1720 |
El origen de estas barritas nos remonta al siglo XVI. Se fabricaban a partir de las cenizas de la hoguera, de la cocina o de las lámparas y tenían un trazo gris-negro muy suave. Se usaban para bocetar, antes de dibujar con el lápiz de punta de plata (te lo expliqué la vez anterior aquí). En el Rococó, con esa pasión por los colores suaves, el pastel tiza fue elevado de categoría y pasó a ser un material de pintura muy apreciado. Lástima que las fotos desmerezcan a este tipo de cuadros.
Liotard, La bella chocolatera, 1743, pastel tiza |
Hubo grandes pastelistas en la Historia del Arte (pastelistas, no pasteleros, ¿eh?) Rosalba Carriera, famosísima en su tiempo, una verdadera maestra, con un don especial para esta técnica. Tiepolo no se quedaba atrás, aunque este señor se dedicaba también al óleo y a los frescos gigantescos. Otros grandes exponentes del pastel en el Rococó fueron Liotard y, por supuesto, nuestra querida Vigée-Le Brun (te conté quién era aquí).
Nanteuil y Le Brun también practicaron con el pastel, aunque éstos son
anteriores: pertenecen al Barroco francés.
Vigée-Le Brun, Corisant de Gramont, 1819, pastel tiza |
Y vino la Revolución Francesa, el mundo cambió radicalmente y la suavidad y los colores claros se asociaron al Régimen Monárquico. El espíritu de la época era otro y no estábamos como para derroches o sutilezas. Pasó el tiempo y los románticos como Delacroix o los realistas, como Millet, los volvieron a usar.
Degas, Bailarinas en la barra, 1900, pastel tiza |
Degas fue un gran pastelista: el material perfecto para fijar escenas de ballet rápidamente, en un rincón de las bambalinas o del teatro, sin los inconvenientes del óleo. Manet, Morisot, Cassatt también los usaron. Y claro, cómo se lo iba a perder, también Picasso.
Te animo a que experimentes con estas barritas de colores…
Fuentes: Bagnall, B. Zeichnen und Malen.
Niedernhausen, Falken V., 1986
Nerdinger,
W. Elemente künstlerischer Gestaltung.
München, Martin Lurz V., 1986
Notas
personales
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