Cristina del Rosso: La tentación de dibujar

Bravo, Cojines, 1990, lápiz

¿Cuál habrá sido la primera, la primerísima obra de arte? ¿Cómo se les habrá ocurrido ponerse a dibujar a nuestros antepasados remotos?

Morandi, Bodegón, 1960, lápiz

Me lo imagino como cuando uno anda por la playa y te sale, así nomás, dibujar algo en la arena. Como un impulso arcaico, que nos viene de lejos. Aunque confieses una y otra vez que no sabes dibujar. Pero cuál fue la primera vez que un ser humano se puso a dibujar… no creo que lo sepamos nunca. Los arqueólogos, de tanto en tanto, descubren algún ejemplar al que reivindican como el inicio del arte: ¿cómo saberlo, cómo comprobarlo? (Hablamos de esto por aquí.)

Wright of Derby, La muchacha corintia, 1782

Los griegos (¡cuándo no!) explicaron el origen de la Pintura con una leyenda, que nos cuenta Plinio: Había una vez un alfarero en Corinto llamado Butades. Su hija Kora amaba a un joven marinero, que estaba por partir a la guerra, parece. Ella, que quería retenerlo de alguna manera, en cuanto se quedó dormido, tomó un trozo de carbón y delineó su silueta en la pared. Así nació la Pintura, el retrato, la pintura mural y la técnica del carboncillo, el dibujo, todo junto,…y de la mano de una mujer! El cuento sigue con que Butades modeló el busto del muchacho siguiendo el boceto de su hija, o sea, que de paso, ya que estamos, también se inventó la Escultura.

Botticelli, Ángel, 1485
sanguina

Que se haya empezado a dibujar con carboncillo era algo lógico. Un trozo de carbón, en la cocina, en la hoguera, eso que te mancha tanto las manos… y tan presente en la vida cotidiana. Que te mancha, sí, pero también volátil, efímero, que se borronea al más mínimo roce. Se puede conservarlo con un fijador en spray; no es fácil aplicarlo: se te puede volar el trabajo, literalmente. El carboncillo te permite dibujar líneas y hacer sombreados, cubrir superficies… Es muy útil para bocetar antes de pintar, teniendo siempre la precaución de quitar el excedente de material: pasas el pincel y, chau, la pintura se mezcla con el polvo negro. Si te interesa probar, hay de distintas calidades y componentes (de sauce, de pino, de resinas… ) y cada uno tendrá diferentes tonos de negros o mayor o menor densidad. Para esta técnica no necesitas invertir demasiado: papel, las barritas de carboncillo, un paño para difuminar, goma de borrar (o la llamada de “miga de pan”), fijador y casi nada más.

del Rosso, Barcos muertos, 1987, carboncillo

También existen las arcillas (sanguinas, como las solemos llamar) y las tizas: variantes de lo mismo y tan ancestrales como el carboncillo. Y lo bueno es que los puedes combinar entre sí.

Lippi, 2 figuras erguidas,
estudio, 1475, punta de
plata

Los lápices vinieron mucho tiempo después. ¿Cómo hacer para no mancharse las manos? Hacia mediados del sg. XV aparecieron los lápices de punta de plata: son lápices metálicos que, al dibujar, van dejando una huella gris, pero sólo si lo usas en pergamino o papel imprimado. Necesita un soporte grueso y granulado para que se logre la fricción necesaria. Sólo se puede quitar raspando, no borrando, y con el tiempo se vuelve marrón.

Corot, Retrato de Henri Leroy, 1845
lápiz

El lápiz que usamos hoy contiene grafito y arcilla. Será más blando o más duro (B o H) según la proporción de estos elementos. En el siglo XVIII se comenzó a rellenar tubitos de madera con el grafito, para darle sujeción y que no se rompiera. Por la misma época, Conté perfeccionó la mezcla y así estos lápices desterraron casi por completo a los metálicos. Tienen la ventaja de la diversidad de tonos, se pueden usar sobre cualquier papel y sus trazos se borran con facilidad con una goma normal y corriente. Por supuesto, la invención del lápiz provocó el nacimiento del sacapuntas.

La mina es un material frágil, que se rompe con facilidad. Típico: se te caen al suelo, no pasa nada. ¿En serio? ¿Cuántas veces nos habremos puesto a afilarlos sin conseguirlo porque la mina está quebrada adentro? Por eso, hay que manipularlos con cuidado.

del Rosso, Descomposición, 1988, lápiz

Un lápiz de calidad está fabricado con la mina ubicada en el centro del tubo de madera. Si no es así, si tiene algún ángulo de inclinación, cada vez que quieras sacarle punta se romperá. ¿Y cómo meten la mina adentro? Fácil: son 2 mitades de un “palo” de madera, con una incisión longitudinal. Se coloca la mina en ella y se cubre pegándola con la otra mitad.

Leonardo, Paisaje pisano, 1502, tiza

del Rosso, Doppelter Regenbogen,
1990, lápiz a color

¡Pongamos un poco de color en este artículo! Los lápices de colores comparten la forma con los de grafito, pero las minas están compuestas por pigmentos de color, cera, resina o aceite. Seguro que habrás usado alguna vez un Faber-Castell, un Staedler o algún Caran d’Ache… Su invención se deriva de los crayones de cera, pero quién fue el primero en copiar el recubrimiento de madera para ellos no está nada claro.

Hay también lápices de colores acuarelables, o sea, que son solubles en agua. Quedan super bien combinándolos con los normales.

Picasso, Autorretrato, 1971
lápiz a color

Con los lápices de colores puedes lograr efectos muy interesantes. No sólo con rayas; puedes difuminar, pintar grandes superficies, mezclar colores pintando por capas… Sólo tienes que tener paciencia; si eres de esas personas que quieren resolver el trabajo rápidamente, mejor toma un pincel.

Creo que desempolvaré mi caja de lápices de colores y me pondré a experimentar. Hace tanto que no los uso… Me pasa que veo el estuche y me da pena gastarlos… ¡se ven tan bonitos! ¿A ti te pasa lo mismo?