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jueves, 11 de agosto de 2022

Invento del siglo XX

 

Hockney, El césped es regado, 1967, acrílico


Pintar con acrílicos

Cuando se creía que todo estaba inventado ya, pues no, apareció un nuevo material, las pinturas acrílicas.

Vasarely, EG, 1965


Se usaban para la pintura de pared desde los años ’20. ¿Te acuerdas del látex? Un material sintético, en base a resinas, mezclado con los pigmentos de siempre. Y si para la pintura de hogar da resultado, ¿por qué no pintar murales con este material?


Rego, La artista en su estudio,
1993, acrílico

Si la técnica del fresco es tan complicada
y no soporta las inclemencias del tiempo, ¿por qué no probar? Leonardo había intentado en la “Última Cena” mezclar el mortero con óleo y el resultado fue desastroso: no aguantó ni 5 años… Y ahí quedaron los experimentos.








Basquiat, Cassius, 1982, acrílico

Pero, cosas de la vida, a principios del sg. XX
los artistas mexicanos, con Dr.Atl (seudónimo de Gerardo Murillo) como adalid, quisieron recuperar la pintura mural, que ya sus ancestros habían practicado, para emular al Trecento italiano. Esto fue impulsado, además, por el ministro de Educación de entonces, José Vasconcelos, con un programa oficial de muralismo que fuera educativo para el público en general. Los más destacados fueron Rivera, Orozco y Siqueiros. Y se encontraron con el mismo problema: ¿con qué pintarlos?





Probaron con las nuevas pinturas plásticas y se sorprendieron ante su durabilidad y agarre. Gracias a sus investigaciones, ante la demanda, en los años ’40 se comenzaron a fabricar los colores para artistas y su uso en el arte terminó popularizándose en los ’60. De hecho, Siqueiros, incluso, daba un Taller de Muralismo en Nueva York (y tuvo a un alumno muy ilustre: Jackson Pollock).

del Rosso, Sobre la alegría, 1995, acrílico
(colección privada)


de la Vega, Mr. Músculo, 1967,
acrílico
Así que, como ves, la pintura acrílica es un invento relativamente nuevo, del sg. XX.

Como material es muy versátil pues sirve para todos los soportes que se te ocurran, con lo cual es muy apto para todo tipo de manualidades. Puedes pintar sin problemas sobre metal, porcelana, telas, madera… El único inconveniente o ventaja, dependiendo de cómo lo mires, es que se seca rápido, demasiado rápido (para mi gusto).








Se diluye con agua, no produce olores fuertes; es ideal para pintar al aire libre: no tienes que volver con cuadros húmedos y no tienes que andar buscando diluyentes (como ocurre con el óleo). Pero se seca demasiado rápido y puede resultar una complicación si quieres una pintura que se estire, poder difuminar, pintar con la técnica de húmedo sobre húmedo… Una solución es ir rociando agua con un spray sobre el trabajo y la paleta. Si pintaste alguna vez a pleno sol, en un día de mucho calor, entenderás por qué te lo digo. Han inventado una paleta húmeda para evitar este problema: es como una bandeja en la que se coloca un papel secante grueso mojado y encima el papel de una paleta desechable. Pones la pintura sobre ella y se mantiene húmeda. Además, viene con una tapa y así te aseguras de que no habrá derrames de agua o que la pintura permanezca fresca más tiempo.

Stella, Hagamatana II, 1967, acrílico


También existen líquidos que retardan el secado. A mí, personalmente, no me gustan.

Los pinceles son los mismos que se usan para el óleo, aunque yo no recomendaría los de marta. Es fundamental limpiarlos de inmediato, pues corres el riesgo de que te queden como piedra. No conviene usar paleta de madera, porque la pintura se mete entre las grietas y es imposible mantenerla en condiciones. O usas de las desechables o alguna de material plástico (blanca, por favor), pero en este caso también hay que correr a limpiarlas en cuanto termines tu sesión de trabajo.


(Imagen: C. del Rosso)


En el mercado existen diferentes calidades, que van desde el acrílico líquido hasta los que tienen mucho cuerpo. Depende de para qué los quieras usar. Los de mucho cuerpo sirven para trabajar texturas. No le encuentro mucha utilidad: se le puede agregar algún médium tipo pasta relieve, p.ej. Es un material que se adecua perfectamente a las técnicas mixtas: puedes mezclarlo con pasteles (lo vimos aquí), con arenas, papeles, cualquier objeto que quieras pegar en tu soporte.

Hlito, Efigie y efigies en equilibrio,
1992, acrílico


Salvo con el óleo: si quieres utilizar ambos, siempre, siempre, va primero la capa de acrílico y luego la del óleo. Si lo haces al revés, al ser técnicas una al agua y otra al aceite (ya sabes, nunca se juntan), se te craquelará tu trabajo (a no ser a que estés jugando con este efecto…). Cuando quieres apresurar un trabajo al óleo, tienes un recurso fantástico: puedes pintar las primeras capas en acrílico y luego seguir con el óleo.

No hace falta imprimar el soporte: una base de acrílico, aunque sea en color, alcanza.




En cuanto a la calidad del color, generalmente son más vibrantes que los del óleo, aunque no debería ser así. Todo depende de las marcas y de su política de fabricación. Con el tiempo no se oscurece ni amarillea (al óleo no le deberían pasar estas cosas… Según mi experiencia se debe más que nada a la calidad de los líquidos diluyentes, no tanto por los colores, siempre y cuando uses buenas marcas, claro.)

Dalí, Noche en hotel, abstracción en blanco y
negro, 1965, acrílico


Guayasamín, La edad de 
la ira, 1965, acrílico

Se puede trabajar como acuarela,
o sea, con mucha cantidad de agua y de lo claro al oscuro, o bien, como el óleo, con poco diluyente, con texturas, y de lo oscuro al claro. Como ves, es bien versátil.

¿Conoces a artistas que lo utilizaron? Hay muchísimos, aunque obviamente son posteriores a 1930. (Buen dato para descubrir falsificaciones…) Además de los muralistas mexicanos, te puedo mencionar a Hockney, Gordillo, Rego, los expresionistas abstractos (Rothko, Newman, Motherwell…), Stella, Warhol, Basquiat, Guttuso… y hasta Dalí (no se lo iba a perder). En Latinoamérica tienes a Soto, Guayasamín, de la Vega, Hlito…





Guttuso, Café Greco, 1976, acrílico


Ya ves, tiene sus ventajas. Por mi parte, no me resigno: no me siento cómoda con los acrílicos. Sin embargo, si me toca pintar al aire libre en algún viaje, allí están, dentro de la maleta.

Rothko, Sin título, 1969, acrílico

Fuentes: Bagnall, B. Zeichnen und Malen. Niedernhausen, Falken V., 1986

Doerner, Max. Malmaterial und seine Verwendung im Bilde. Stuttgart, Enke V., 1985

Nerdinger, W. Elemente künstlerischer Gestaltung. München, Martin Lurz V., 1986

Notas personales

 


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