Hockney, El césped es regado, 1967, acrílico |
Pintar con acrílicos
Cuando se creía que todo estaba inventado ya, pues no, apareció un nuevo
material, las pinturas acrílicas.
Vasarely, EG, 1965 |
Se usaban para la pintura de pared desde los años ’20. ¿Te acuerdas del
látex? Un material sintético, en base a resinas, mezclado con los pigmentos de
siempre. Y si para la pintura de hogar da resultado, ¿por qué no pintar murales
con este material?
Rego, La artista en su estudio, 1993, acrílico |
Si la técnica del fresco es tan complicada y no soporta las inclemencias del tiempo, ¿por qué no probar? Leonardo había intentado en la “Última Cena” mezclar el mortero con óleo y el resultado fue desastroso: no aguantó ni 5 años… Y ahí quedaron los experimentos.
Basquiat, Cassius, 1982, acrílico |
Pero, cosas de la vida, a principios del sg. XX los artistas mexicanos, con Dr.Atl (seudónimo de Gerardo Murillo) como adalid, quisieron recuperar la pintura mural, que ya sus ancestros habían practicado, para emular al Trecento italiano. Esto fue impulsado, además, por el ministro de Educación de entonces, José Vasconcelos, con un programa oficial de muralismo que fuera educativo para el público en general. Los más destacados fueron Rivera, Orozco y Siqueiros. Y se encontraron con el mismo problema: ¿con qué pintarlos?
Probaron con las nuevas pinturas plásticas y se sorprendieron ante su
durabilidad y agarre. Gracias a sus investigaciones, ante la demanda, en los
años ’40 se comenzaron a fabricar los colores para artistas y su uso en el arte
terminó popularizándose en los ’60. De hecho, Siqueiros, incluso, daba un
Taller de Muralismo en Nueva York (y tuvo a un alumno muy ilustre: Jackson
Pollock).
del Rosso, Sobre la alegría, 1995, acrílico (colección privada) |
de la Vega, Mr. Músculo, 1967, acrílico |
Como material es muy versátil pues sirve para todos los soportes que se te
ocurran, con lo cual es muy apto para todo tipo de manualidades. Puedes pintar
sin problemas sobre metal, porcelana, telas, madera… El único inconveniente o
ventaja, dependiendo de cómo lo mires, es que se seca rápido, demasiado rápido
(para mi gusto).
Se diluye con agua, no produce olores fuertes; es ideal para pintar al aire
libre: no tienes que volver con cuadros húmedos y no tienes que andar buscando
diluyentes (como ocurre con el óleo). Pero se seca demasiado rápido y puede
resultar una complicación si quieres una pintura que se estire, poder difuminar,
pintar con la técnica de húmedo sobre húmedo… Una solución es ir rociando agua
con un spray sobre el trabajo y la paleta. Si pintaste alguna vez a pleno sol,
en un día de mucho calor, entenderás por qué te lo digo. Han inventado una
paleta húmeda para evitar este problema: es como una bandeja en la que se
coloca un papel secante grueso mojado y encima el papel de una paleta
desechable. Pones la pintura sobre ella y se mantiene húmeda. Además, viene con
una tapa y así te aseguras de que no habrá derrames de agua o que la pintura
permanezca fresca más tiempo.
Stella, Hagamatana II, 1967, acrílico |
También existen líquidos que retardan el secado. A mí, personalmente, no me
gustan.
Los pinceles son los mismos que se usan para el óleo, aunque yo no
recomendaría los de marta. Es fundamental limpiarlos de inmediato, pues corres
el riesgo de que te queden como piedra. No conviene usar paleta de madera,
porque la pintura se mete entre las grietas y es imposible mantenerla en
condiciones. O usas de las desechables o alguna de material plástico (blanca,
por favor), pero en este caso también hay que correr a limpiarlas en cuanto
termines tu sesión de trabajo.
(Imagen: C. del Rosso) |
En el mercado existen diferentes calidades, que van desde el acrílico
líquido hasta los que tienen mucho cuerpo. Depende de para qué los quieras
usar. Los de mucho cuerpo sirven para trabajar texturas. No le encuentro mucha
utilidad: se le puede agregar algún médium tipo pasta relieve, p.ej. Es un
material que se adecua perfectamente a las técnicas mixtas: puedes mezclarlo
con pasteles (lo vimos aquí), con arenas, papeles, cualquier objeto que quieras
pegar en tu soporte.
Hlito, Efigie y efigies en equilibrio, 1992, acrílico |
Salvo con el óleo: si quieres utilizar ambos, siempre, siempre, va primero
la capa de acrílico y luego la del óleo. Si lo haces al revés, al ser técnicas
una al agua y otra al aceite (ya sabes, nunca se juntan), se te craquelará tu
trabajo (a no ser a que estés jugando con este efecto…). Cuando quieres
apresurar un trabajo al óleo, tienes un recurso fantástico: puedes pintar las
primeras capas en acrílico y luego seguir con el óleo.
No hace falta imprimar el soporte: una base de acrílico, aunque sea en
color, alcanza.
En cuanto a la calidad del color, generalmente son más vibrantes que los
del óleo, aunque no debería ser así. Todo depende de las marcas y de su
política de fabricación. Con el tiempo no se oscurece ni amarillea (al óleo no
le deberían pasar estas cosas… Según mi experiencia se debe más que nada a la
calidad de los líquidos diluyentes, no tanto por los colores, siempre y cuando
uses buenas marcas, claro.)
Dalí, Noche en hotel, abstracción en blanco y negro, 1965, acrílico |
Guayasamín, La edad de la ira, 1965, acrílico |
Se puede trabajar como acuarela, o sea, con mucha cantidad de agua y de lo claro al oscuro, o bien, como el óleo, con poco diluyente, con texturas, y de lo oscuro al claro. Como ves, es bien versátil.
¿Conoces a artistas que lo utilizaron? Hay muchísimos, aunque obviamente son posteriores a 1930. (Buen dato para descubrir falsificaciones…) Además de los muralistas mexicanos, te puedo mencionar a Hockney, Gordillo, Rego, los expresionistas abstractos (Rothko, Newman, Motherwell…), Stella, Warhol, Basquiat, Guttuso… y hasta Dalí (no se lo iba a perder). En Latinoamérica tienes a Soto, Guayasamín, de la Vega, Hlito…
Guttuso, Café Greco, 1976, acrílico |
Ya ves, tiene sus ventajas. Por mi parte, no me resigno: no me siento
cómoda con los acrílicos. Sin embargo, si me toca pintar al aire libre en algún
viaje, allí están, dentro de la maleta.
Rothko, Sin título, 1969, acrílico |
Fuentes: Bagnall, B. Zeichnen und Malen. Niedernhausen, Falken V., 1986
Doerner, Max. Malmaterial und seine
Verwendung im Bilde. Stuttgart, Enke V., 1985
Nerdinger,
W. Elemente künstlerischer Gestaltung.
München, Martin Lurz V., 1986
Notas personales
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