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jueves, 4 de agosto de 2022

Pintar con agua

 

Cotman, Explosión en St.Vincent's Rock, Clifton, 1805



La acuarela


¿Alguna vez pintaste con acuarela? Pariente cercana de la témpera, aunque más sutil, elegante y delicada (vimos algo sobre la témpera por aquí).

Klee, El mensajero del otoño, 1922


Una técnica muy difícil y muy poco valorada. Claro, es en papel. “Ah, sí, la pintas en un ratito…” “¿Es tu pasatiempo?”, te dicen. Y es así como en una subasta este tipo de pinturas siempre tiene precios más bajos que un cuadro al óleo, e incluso menos que uno al acrílico.

(Imagen: C. del Rosso)


Es cierto que se pinta en un rato; es cierto también que se seca muy rápido y puedes pintar unos cuantos en una sesión. Pero, ¿cuántos de ésos son vendibles y mostrables? Habría que ser un Turner como para estar seguros de que todo lo que hacemos es para enmarcarlo y firmarlo… (Turner pintó alrededor de 2000, con eso te digo todo. Además de los óleos, claro.) La acuarela es de esas técnicas en la que mejor se muestra la experiencia y el talento del artista: todo eso se concentra en ese pequeño cuadrito, pintado en poco tiempo. Sí, poco tiempo, pero con muchos años de trabajo detrás.

Turner, Goldau, 1841



Los precios bajos también se deben a que son muy difíciles de conservar (aunque menos que los pasteles, ciertamente; lo vimos aquí). Hay que hacerlo enmarcar, con su debido paspartú, y hay que cuidar de que no le dé la luz del sol.

Esa fragilidad es lo que le da su encanto. Después de todo, es pintar con agua, con agua coloreada.

Macke, Kairouan, 1914


¿Qué es la acuarela? Son pigmentos extremadamente molidos, con un aglutinante que puede ser la goma arábiga. Vienen en pastillitas o en tubos. A mí me gusta más la caja con pastillas, que se puedan comprar por separado si hay que reponerlas. Hay acuarelistas que prefieren los tubos, les resultan más cómodos, especialmente si trabajan en formatos grandes.

Se aplica sobre papel (o en cualquier otra superficie preparada con imprimante para acuarela) y éste tiene que ser absorbente. Existen papeles de distintos gramajes (y nivel de absorbencia) y textura.

Hopper, Río blanco, 1937


Los pinceles son quizás lo más caro de la acuarela, pues necesitas unos muy buenos, con buena punta y que retengan el agua como corresponde. Si quieres dedicarte a esto, compra de pelo de marta y cuídalos mucho. (Ay, lo lamento… son carísimos.) Para empezar puedes comprar alguno sintético, pero ya te digo: no es lo mismo.

Se diluye con agua. Cuanta más agua utilices, más transparente será. Si pones poca, te quedará un color sólido: no es lo usual; sin embargo, he visto trabajos de artistas que lo prefieren así y queda muy bien. Se puede trabajar en papel seco o húmedo, dependiendo del efecto que quieras lograr. Cuando se seca cambia de color y no tiene brillo.


Klee, Arquitectura de los
niveles, 1923

La técnica de la acuarela se basa en las transparencias,
en capas delgadísimas de agua coloreada que se superponen unas sobre otras. Y vamos de lo más claro a lo más oscuro: por eso se dice que un mismo artista no puede pintar óleo y acuarela a la vez, porque implica técnicas totalmente opuestas. Aunque, te diré, hay muy honrosas excepciones: Sargent, Turner, Klee… que fueron maestros tanto en óleo como en acuarela.





La mezcla de colores se puede hacer en la paleta o bien, a través de esas capas de color, por superposición. Es la única técnica que no tiene blanco: se deja libre en el papel la zona correspondiente y tu blanco será el del papel. Si no te sientes capaz de lograr algo así, se puede cubrir esa parte con un líquido enmascarador; pintas tu cuadro como si nada y luego raspas el líquido y ¡voilá! tienes el papel brillando entre los colores.


Sargent, Villa di Marlia, Fuente, 1919

¡Es ideal para salir a pintar al aire libre! No necesitas demasiados bártulos y puedes conseguir agua dondequiera que vayas. (Los diluyentes del óleo no se pueden transportar en el avión y tienes que asegurarte de que podrás comprarlos en el lugar… )

Es una de las técnicas más antiguas: ya la usaban los egipcios en sus papiros y los ilustradores medievales en sus códices. En el Renacimiento se pintaban así los cartones para el tejido de los tapices (como Rafael). En las expediciones, en el dibujo de mapas o descripción de la flora del lugar era imprescindible. Es el complemento ideal para los viajes, para la pintura de paisaje, como lo hacía Durero, cuando no existían los tubos de óleo. Imagínate a los ingleses en el Grand Tour (lo vimos aquí). ¿Cómo fijar las impresiones de ese viaje? No había cámara fotográfica. Lo más práctico: las acuarelas. Era parte importante de la educación de un gentleman y ni qué decir de las señoritas.

Durero, Valle de Kalchreuth, 1494


Desde entonces la acuarela es casi asunto de ingleses. Más tarde, la exportaron a Estados Unidos.

Constable, Hampstead, 1833


El padre de la acuarela inglesa es Paul Sandby. Otros grandes exponentes son Girtin, Gainsborough, Constable, Cozens, Cotman… Y por supuesto, Turner: revolucionó esta técnica a su manera.

Sandby, Terraza norte, Castillo de Windsor, mirando hacia
el oeste, 1800

En Estados Unidos tienes a Sargent, Moran, Eakins, Childe Hassam

En épocas más recientes se la rescató del olvido: Klee, Macke (¿te acuerdas del viaje a Túnez? Lo vimos aquí), Kandinsky, Nolde (¿te acuerdas? Pintaba con acuarela porque no hace olor… Lo vimos aquí), Duffy, O’Keeffe, Cassatt, Cézanne…

Nolde, Paisaje con luz roja, 1941


No soy de trabajar con esta técnica. De hecho, cuando empecé a pintar, me dedicaba a la acuarela por su practicidad y costos, pero cuando descubrí el óleo no lo dejé nunca más. He vuelto de tanto en tanto porque me lo han pedido los alumnos; sin embargo, no es lo mío. Y después de tanto tiempo, uno pierde la mano.

Moran, Río Virgin, Utah sur, 1873


Tengo colegas que son acuarelistas fantásticas: una lo hace de maravillas, tiene un don especial para esto. Otra se decantó por esta técnica porque el olor de los diluyentes del óleo le hace mal a la salud. Otra, porque le encanta pintar al aire libre y no se las puede con la parafernalia de bultos que hay que transportar con el óleo. Otra, de ascendencia japonesa, logra matices impresionantes ¡y en formatos enormes! Y así habrá muchísimos artistas con una u otra historia por la cual se dedicaron a pintar con ella.

Sargent, Barcos blancos, 1908


Pero más allá de las circunstancias personales, es una técnica que requiere de un oficio tremendo y que no está suficientemente valorada en el mercado. Si te gustan los colores sutiles, los difuminados, las escenas en las que no todo se dice y que se adivina mucho, los pequeños formatos, la espontaneidad en el trazo… ¡busca una caja de acuarelas, unos buenos pinceles, un poco de agua y lárgate a pintar!


Fuentes: Bagnall, B. Zeichnen und Malen. Niedernhausen, Falken V., 1986

Doerner, Max. Malmaterial und seine Verwendung im Bilde. Stuttgart, Enke V., 1985

Nerdinger, W. Elemente künstlerischer Gestaltung. München, Martin Lurz V., 1986

Notas personales

 

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