Macke, Vista de una calle, 1914, acuarela |
Había una vez tres amigos pintores, 2 suizos y un alemán, que en una Navidad muy helada y con nieve decidieron ir a buscar la luz y el color a Túnez. Se llamaban Paul Klee, August
Macke y Louis Moilliet.
El punto de unión entre los tres
era Moilliet. Éste y Klee habían sido compañeros de colegio y nunca perdieron el contacto. La señora de Macke había sido
asistenta de la madre de Moilliet y, aprovechando su luna de miel, los Macke fueron a visitarlos y así
son presentados los 2 pintores. Klee
conoció a Macke en la casa de Moilliet.
Macke, Mercado en Túnez, 1914, acuarela |
Klee era el mayor de los 3, era el más teórico, pero todavía no encontraba su camino en el arte. Moilliet estaba bastante establecido ya como pintor. Macke era el menor, era miembro de “El jinete azul” y vendía bastante bien; era el que unía trabajo y placer…
Klee quería ir a Túnez, pero no
solo. Quería hacer un viaje de estudio, en el cual pudieran pintar e
intercambiar experiencias. Le atraía especialmente Túnez porque Moilliet ya
había estado varias veces, igual que Kandinsky, Matisse y tantos otros… Moilliet
no tenía ninguna gana de viajar otra vez para allá, Klee insistía. Después de todo, Moilliet sabía cómo
moverse allí…
Los Klee y los
Moilliet pasaron la Navidad de 1913 con los Macke en su casa de Hilterfingen y Klee los termina
de convencer. Los Klee ya tenían un hijo
y poco dinero: había que encontrar algún patrocinador. El farmacéutico Bornand
se ofrece pagar a Klee a cambio de cuadros; a Macke lo financia su mecenas,
Koehler, a cambio de una pintura de harén. No tiene problemas de dinero, se
aloja en el Grand Hôtel de France. Los otros 2, en la casa del Dr. Jäggi, un
médico suizo que había hospedado antes a Moiliiet. La fecha: 6 de abril, en Semana
Santa, para que el hijo de Klee pudiera quedarse con sus abuelos en Berna y no
tenga que faltar a clase.
Klee, Vista de St. Germain, 1914, acuarela |
En las maletas llevan acuarelas,
los óleos se quedan en casa. Macke decide viajar antes a la Provenza, para
descubrir a Cézanne y Braque. Moilliet y Klee viajan en tren juntos hasta Marsella,
el punto de partida y de encuentro con Macke. Cruzan el Mediterráneo en el Carthage y Klee sufre con los vaivenes del
mar. Pero Macke iba bien provisto de remedios para el caso (¡por consejo de Gabriele Münter!)
Moilliet, Túnez, 1914, acuarela |
En Túnez los recibe el Dr. Jäggi
con su familia. El Dr. tenía en su casa unos violines y Klee, naturalmente, no puede dejar de probarlos: improvisan entre todos música árabe con buen ritmo. Al día siguiente,
salen a pasear por el barrio árabe y comienzan a pintar. En el puerto, Klee no
se queda conforme: el mar es siempre igual en todas partes, la acuarela se seca
demasiado rápido con el calor y les molesta la arena. Se baña en el mar, pero
Macke no quiere porque dice que hay tiburones. A la noche van a un concierto de
música árabe, danza del vientre incluída. A Klee le parece una música muy
melancólica.
El 10 el doctor los lleva en
coche hasta su casa de St.Germain (hoy Ez-Zahra), pero antes tiene que dar el
examen para sacar la licencia de conducir. Una experiencia muy curiosa para los
suizos y el alemán: todos dentro del coche, bajar por la montaña marcha atrás,
el examinador se va a hacer una visita mientras ellos se quedan esperándolo en
el coche… ¡Un verdadero choque cultural! De esa casa quedan muchas obras: Macke le cuenta a su esposa que
nunca sintió tal alegría al trabajar y que había hecho 75 bocetos! Celebran la
Pascua con los niños: los ayudan a pintar huevos, y, como no los pudieron
barnizar, los niños terminaron con los dedos manchados…
Macke, Café de Nattes, 1914, acuarela |
Viajan a Sidi-Bou-Said (donde Macke
pinta el café de Nattes) y a Cartago y vuelven a Túnez bien tarde. El 14 van en
tren a Hammamet: les llama la atención que las mujeres no llevan velo, los que
comen escorpiones y los encantadores de serpientes. De ahí, a Kairouan, pero esta vez para
acortar el tiempo de viaje, hacen una parte a pie. Trataban de caminar rápido
por la arena (¡europeos en África!), hasta que al final decidieron seguir por
las vías del tren… En un café ven
acuarelas de pintores del lugar y las compran todas. Ya de vuelta en Túnez Macke se entusiasma con
el zoco, le gusta regatear y compra una cadena de ámbar para su esposa; Klee
repara en que debería hacer lo mismo y compra un cuchillo, cojines de cuero, un
amuleto, hebillas y una moneda antigua.
Klee decidió volver antes: viaja
el 19 rumbo a Palermo, Nápoles y de allí en tren a Roma y Florencia. Necesita
tomar distancia para sopesar todo lo que aprendió en su viaje. En su diario
dice: “El color y yo somos uno. Soy pintor”. El viaje a Túnez significará un
giro en su manera de ver la pintura. Necesita llegar para experimentar.
Klee, Vista de Kairouan, 1914, acuarela |
Macke y Moilliet parten el 22,
vía Roma. Moilliet no había pintado casi nada en el viaje. Macke había pintado
como nunca y además había sacado muchas fotos: para él todo eso era material en
el cual basarse más adelante. Todas estas fotos son hoy testimonio de lo bien que lo pasaron los 3 juntos. Apenas llega pinta en poco tiempo 17 cuadros inspirados en Túnez. Su mujer y la madre de Moilliet usarán algunos de esos cuadros como motivos para bordados. Macke es llamado a
combatir en la 1º Guerra Mundial y cae en la Champagne poco después. Lo que
pintó en Túnez es su obra maestra.
La esposa de Moilliet murió en
1916 cuando dio a luz a su primer hijo. El pintor no pudo superar esto, entregó
el niño a su cuñada y se dedicó a deambular por el mundo.
Y Klee encontró el color, pero mejor seguimos hablando de él otro día...
Klee, Jardín en la colonia europea de St.Germain, 1914, acuarela |
Fuentes: Baumgartner, M. y otros. Die
Tunisreise 1914. Bern, Zentrum Paul Klee, 2014
Klee, P. Tagebücher. Köln,
DuMont, 1979
Meseure, A. August Macke. Köln,
Benedikt Taschen, 1992
Este artículo lo puedes ver también en lacasaaartica.com
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