Cristina del Rosso: Cuadros pintados que no fueron pintados

Los “Ungemalte Bilder” de Emil Nolde

Nolde, Amapolas grandes, sg XX (Imagen: insecula.com)

Ay, sí, tal cual: una contradicción total. Te voy a hablar hoy de unos cuadros que fueron pintados y que no lo fueron. Creéme: cosas que pasan en las guerras.

¿Conoces a Emil Nolde? Quizás. No es muy conocido fuera del ámbito alemán, y no por nada.

Nolde, Máscaras, 1911

Fue un pintor muy reconocido y famoso en los años 30, de estilo expresionista.

Estuvo relacionado con el grupo Die Brücke (El puente) (te lo expliqué aquí). Sus obras tienen una atmósfera tétrica, por decirlo de alguna manera; sus figuras aparecen con rostros desgarrados, desencajados, con colores demasiado vibrantes. Como otros tantos artistas, se interesó por el arte de los pueblos primitivos: arte africano, precolombino y asiático. Era un pintor de éxito, vendía muchísimo (el dinero no era un problema para él) y sus cuadros estaban colgados en muchos museos.

Nolde, Mar azul, 1941 (Ungemaltes Bild, acuarela)

En 1934 los artistas alemanes firmaron un manifiesto en favor de Hitler y Nolde se encontraba entre ellos. Era un nazi convencido, en contra de los judíos (y de los marchantes judíos), a favor de la pureza de la “raza” y el arte alemán. Sin embargo, su pintura no entraba dentro de los cánones artísticos propugnados por el gobierno. Goebbels había decorado su casa con acuarelas de Nolde, pero, cuando Hitler las vio en una visita, no le gustaron para nada y el dueño de casa las tuvo que descolgar. Mientras tanto, Nolde fue postulado varias veces para cargos directivos en escuelas y asociaciones de arte, pero Hitler se opuso cada vez.

Nolde, Montaña marrón con lago, sg XX
acuarela (Ungemaltes Bild)

Y llegó 1937: sus cuadros fueron quitados de los museos (1052 obras) y muchos (48) terminaron en la exposición “Arte Degenerado” (Entartete Kunst). En ella se mostraban obras de artistas rechazados por su falta de Belleza clásica, aquéllos que no cumplían con las pautas que había fijado el régimen, en resumen: todos los que pintaran arte contemporáneo, expresionismo, cubismo, abstracción, impresionismo, fauvismo… El objetivo era menospreciarlos, ridiculizarlos, señalarlos como ejemplo de lo no alemán (te debo un artículo sobre esto).

En 1938 Nolde se quejó por carta a Goebbels, pidiéndole que le devuelvan sus obras y que se retractaran públicamente. No le contestó nunca. Pero luego de muchas tratativas logró que sus obras no participaran en la exposición itinerante que se hizo después y al tiempo, también le devolvieron las que le habían embargado.

Nolde, Mar oscuro, cielo verde, sg, XX, acuarela
(Ungemaltes Bild)

Pero esto no quedó aquí. En 1941 se le prohibió cualquier actividad artística pública por ser poco confiable para el régimen: no podía exponer ni vender ni hacer reproducciones de sus obras. Pero no significaba que tuviese prohibido pintar de forma privada. Los amigos lo ayudaban a conseguir materiales y también a ellos acudió para salvar las obras que tenía almacenadas en su casa de Berlín (que fue destruída en uno de los bombardeos). A pesar de esto, nunca dejó de apoyar a Hitler. De hecho, podía viajar sin problemas. Mientras otros colegas tuvieron que emigrar, como Kandinsky o Klee, él se quedó en Alemania.

Nolde, Mujer rubia y hombre, sg. XX, acuarela
(Ungemaltes Bild)

Se refugió en su casa de Seebüll y allí comenzó a pintar a escondidas. Surge así la serie de “Ungemalte Bilder”, los cuadros pintados que no fueron pintados. Y no lo fueron, porque él los consideraba bocetos para cuadros más grandes, que nunca realizó, y porque, según la ordenanza, nunca debían de haber existido. En total son casi 1300 cuadros “no pintados”, que van desde 1941 a 1945.

Nolde, Pareja en rojo y azul con luz lateral,
sg. XX, acuarela (Ungemaltes Bild)

Para no ser descubierto, los pintaba en formatos muy pequeños, como de una postal: era más fácil almacenarlos y ocultarlos, llegado el caso. Siempre en acuarela, que no produce olores, y en papel japonés, translúcido, del que tenía gran cantidad. Lo iba recortando, pintaba su cuadrito, y, si no le gustaba, volvía a pintar encima. El papel y la acuarela iban formando capas transparentes muy ricas en tonos. Algunas veces pintaba en el reverso del papel, para dar más profundidad al motivo. Muchas veces recurría a la témpera o la tinta, para hacer líneas o cubrir zonas con blanco. Llevó la técnica de la acuarela a su máxima expresión. Como no podía salir a pintar al aire libre o recurrir a modelos, todas estas obritas son producto de su imaginación.

Cuando terminó la guerra se sintió liberado del ostracismo al que lo habían confinado.

Nolde, Granja en atardecer rojo, sg. XX, acuarela (Ungemaltes Bild)

Quiso mostrarse como una víctima del nazismo, pero sus “Memorias” lo condenaban por sus párrafos antisemitas, así que cuando fueron publicadas hizo borrar todo lo que lo comprometía. Durante mucho tiempo quedó la imagen del pobre pintor trabajando escondido en un rincón, cosa que él fomentaba con toda intención. Pero allí estaban los originales de sus escritos y el testimonio de muchos: la Historia, al final, siempre pone las cosas en su lugar.