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jueves, 23 de mayo de 2019

Espacios blancos

(Imagen: C.del Rosso)



El MACBA de Barcelona

Era una mañana de domingo en Barcelona, de sol espectacular y radiante. Estábamos dando vueltas por aquí y por allá y nos metimos en el MACBA, el Museu d’Art Contemporani. Mis preferencias artísticas no van mucho por el lado del arte contemporáneo, ya me conoces, pero siempre estoy dispuesta a aprender cosas nuevas. Aprecio lo que está bien hecho (Ya estarás pensando: “¿Y cómo sabes que está bien hecho?” Mira este artículo); me gusta saber qué es lo que se está haciendo, conocer a otros artistas. Nunca se sabe.

Me pareció interesante ver lo que había allí dentro, dentro de ese edificio blanco, con ese muro de cristal, que hace de contrapunto con los muros de piedra de los edificios vecinos.

(Imagen: C.del Rosso)


Por dentro los espacios son blancos, muy blancos. La luz que entra por esos ventanales hace resplandecer sus paredes interiores. Llama la atención, casi como que te encandila.

Tapiès, Pintura ocre,   1959
(Imagen: C.del Rosso)
La colección está dispuesta cronológicamente, lo cual facilita mucho la comprensión. La información es escueta, pero muy atinada, con aportes del contexto histórico. Comienza el recorrido a partir de 1929, año de la Exposición Universal de Barcelona, y prosigue hasta la actualidad.

No es muy grande, no agobia. El recorrido es cómodo, es un museo a escala humana.












Te puedo comentar varias obras que me llamaron la atención. Por el lado de la abstracción geométrica (te conté algo aquí), me llamó la atención Anni Albers. Nunca había visto nada de ella. Era la señora de Joseph Albers y había trabajado, como él, en la Bauhaus. Lo que tenemos en este museo son 2 serigrafías, estudios de diseño textil.

Albers, A., Diseño para alfombra de Esmirna, 1925 (izq.);
Estudio para un tapiz no realizado, 1926 (der.)
(Imagen: C.del Rosso)

 
Albers, J. Introitus, 1942 (arriba); Prefatius,
1942 (abajo) (Imagen: C.del Rosso)
También más allá hay unos grabados de Joseph, con reminiscencias aztecas, luego de su viaje a México.























Palazuelo, El gran estudio IV, 1957
(Imagen: C. del Rosso)

No pude dejar de contemplar el de Pablo Palazuelo, un artista que me encanta: formas geométricas que van surgiendo unas de otras; líneas que van, vienen, desaparecen y nacen de nuevo hasta lograr un todo armónico, dinámico.




















(Imagen: C.del Rosso)
¡Y mira esta pared llena de carteles de la época de la Guerra Civil española!


















Del informalismo hay varios exponentes. Dubuffet, que normalmente no es santo de mi devoción: esta vez logró convencerme. Un cuadro con muchísima textura. Imagínate lo que quieras: hay gente que ve una montaña; otros, un paisaje… pero el cuadro se llama “El perro ladrador”. No logro ver al perro, ¿y tú? (Sin comentarios.) 

Dubuffet, El pedro ladrador, 1953 (Imagen: C.del Rosso)



Tapiès, 4 cuadrados grises sobre fondo
marrón, 1959 (Imagen: C. del Rosso)
Y Tàpies: en Barcelona es ineludible. También obra con muchísima textura y en tonos tierra, como nos tiene acostumbrados. Dos cuadros enormes, con aplicación de polvo de mármol, arena y pintura. Siempre pienso en lo bien que se lo pasaría aplicando esas pastas y trabajando los relieves.

















Fontana, Concepto espacial, 1957
(Imagen: MACBA)
Quise ver cómo Lucio Fontana había hecho su cuadro: sus perforaciones de siempre, polvo de mármol, color. Mi foto no salió muy bien; quizás ésta de la página del museo te dé una mejor idea.




















Hacia el final, tres Basquiat, el joven prodigio, protegido por Warhol, el que logró que el grafiti se inmiscuyera en los museos. No me gustaron mucho. Son originales, divertidos, con mucho color, pero creo que no es de lo mejor que produjo.

Basquiat, Autorretrato, 1986 (Imagen: C.del Rosso)


Me llamó la atención esta pared llena de cuadritos de un artista que no conocía: George Condo. Interesante la propuesta, pero creo que si tomásemos los cuadritos por separado, no sé si los valoraríamos de la misma manera. Perdón que no te pude sacar una foto de la pared entera: no me daba la distancia.

Condo (Imagen: C. del Rosso)


Luego fuimos a ver la expo temporal de Christian Marclay, a quien tampoco conocía. Me gustaron varias cosas; otras, no tanto. Te muestro estos cuadros de Pop total (sobre el Pop Art, lo vimos aquí). Me encantaron: mucho color, mucho oficio, muy bien compuestos. De lejos parecen en relieve, pero no, es sólo efecto de color. 


Marclay en el MACBA (Imagen: C. del Rosso)




Y en una sala gigantesca, un pentagrama ídem, en el que los visitantes pueden dejar su impronta con tizas, idea también de Marclay. Luego todo eso es interpretado por una orquesta. Por supuesto, la tentación es muy grande y allí dejamos nuestra huella, que seguramente ya habrá sido borrada por el próximo visitante.


Marclay, Pizarra, 2010/2019 (Imagen: C. del Rosso)



Eché mucho de menos varios cuadros de la colección que no están expuestos: de los españoles, me hubiese gustado ver las obras de Eduardo Arroyo, Miquel Barceló, el Equipo Crónica, Joan Miró o Manolo Millares. O bien, a Anish Kapoor, Anselm Kiefer, Paul Klee… o los argentinos Guillermo Kuitca o Xul Solar. Quizás la expo de Marclay necesitaba de todo ese espacio…

Para mí fue una gran experiencia, lo disfruté muchísimo. Si te toca ir a Barcelona, te lo recomiendo. Uno del grupo comentó que lo mejor es el ambiente que hay afuera. No es una persona a la que le guste el arte contemporáneo, como ya te habrás dado cuenta. Yo no diría tanto, pero la verdad que la movida que hay en la explanada del museo es increíble: skaters por todas partes.


Basquiat, King Zulu, 1986 (Imagen: C.del Rosso)


Basquiat, Sterno, 1985 (Imagen: C.del Rosso)
El día estaba como para aperitivo en terraza, al sol… Una buena manera de coronar una mañana de aprendizaje y disfrute del arte.




















Si quieres recorrer el museo, aunque sea online, pincha aquí.




1 comentario :

  1. En mi humilde opinión, Dubuffet está mostrando el estado del perro ladrando. Quizás sea confusión, aturdimiento de sus propios ladridos, un estado en el que ladra sin saber por qué...

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