que un cuadro es bueno?”
Estes, Canadian Club, 1986 |
Hace unos días me escribió uno de los amigos lectores del
blog, preguntándome: “¿Cómo sabes tú que un cuadro es bueno?”. Le iba a
contestar en privado, pero pensé que quizás alguna vez se te pasó
esto por la cabeza y que no vendría mal un artículo sobre este tema. Seguro que en algún museo te has quedado con esta duda, ¿no es cierto?
Poussin, El rapto de las sabinas, 1637 |
Rembrandt, Fausto, 1650 (aguafuerte) |
Ya lo hablamos varias veces: el hecho de que un cuadro esté
colgado en un museo no implica que sea una obra maestra (aunque debería serlo).
Pero que no lo entiendas no significa que el cuadro sea malo. Para esto hay que
ver mucho, estudiar, investigar...: en síntesis, educar la percepción visual.
Cuanto más veas, más vas a aprender. Lo cual no quiere decir que tengas que
cambiar tu gusto personal. Pero también es cierto que, cuanto más sabes, te
empiezan a llamar la atención otras cosas.
Lo que yo te voy a contar
ahora son ciertas pautas que te pueden ayudar a acercarte a una pintura. Esto
mismo lo puedes aplicar a toda imagen plana (fotografía, publicidad, páginas
web, etc. ) La escultura, p.ej., tiene otros parámetros.
Longhi, El rinoceronte, 1751 |
En primer lugar, tienes que comprender ciertos aspectos externos a
la obra, que tienen que ver con ella, sin ser parte del cuadro directamente.
¿Cuál es el propósito? ¿Cuál es el mensaje? ¿Es un testimonio histórico o político? ¿Tiene que ver con la biografía del artista? ¿Nos muestra las costumbres de la época? ¿Tiene alguna intención didáctica? ¿Es arcaizante o
transgresor? ¿Hay una protesta social? Mira este cuadro de Longhi. Es un
testimonio histórico: era la primera vez que los venecianos veían un
rinoceronte. (¿El bicho habrá llegado en vaporetto?)
Duccio, Crucifixión, 1311 (temple) |
Es súper importante ver la fecha, aunque no siempre se la conoce
con exactitud. Y tratar de ver a qué movimiento artístico corresponde. ¿Es
gótico, cubista, impresionista, expresionista...? A veces no es muy claro, pero
te puede servir como orientación.
Kalf, Naturaleza muerta con jarra de plata, 1655 |
Luego, a qué género pictórico pertenece. Esto te lo expliqué
largamente en otros artículos. ¿Es una naturaleza quieta o un paisaje? ¿O es un
retrato o un autorretrato? ¿Es pintura figurativa o abstracta? Cada género
tiene su propia técnica: sabrás si el artista la domina o no.
Una vez que sabes esto, hay que meterse en el cuadro, contemplarlo
sin más. ¿Te gusta? ¿Algo te llama la atención? ¿Te emociona? ¿Por qué? Ninguna
teoría puede contra tus gustos personales: puedes apreciar el trabajo del
artista, pero si te provoca rechazo... El arte está para comunicar emociones y
sorprendernos; si no cumple con ese objetivo, al menos contigo, pasa de largo.
Cuando te acercas a una obra de arte vienes con una mochila llena de vivencias
personales, aprendizajes y preferencias: esto condicionará tu mirada. Y será
diferente a la mía, a la del curador del museo o a la de tu hijo.
Girtin, Ruinas de la iglesia de San Agustín, Canterbury, 1798 (acuarela) |
¿Qué técnica usó el artista? Me refiero a si es un óleo, fresco,
acuarela, acrílico, pastel, un dibujo o grabado... Por ejemplo, el fresco
necesita un tratamiento rápido, porque se seca enseguida. El óleo permite
correcciones; la acuarela, no.
Degas, Bailarinas, 1883 (pastel) |
Lo más importante es ver cómo está compuesto el cuadro, es decir,
busca la estructura interna, la disposición de las formas, fondo y figura. Si
hay líneas, ¿cuál es su dirección? Mira este cuadro de Degas: está construido
sobre la diagonal del plano y esto hace que esté lleno de movimiento.
O mira
éste de Matisse: parece como si las figuras danzaran sin parar; esto lo logra
sólo porque las figuras están puestas en círculo y unidas de la mano.
Matisse, La danza, 1909 |
Tienes que considerar el formato: los cuadros son mayormente
rectangulares (mira este artículo), pero si tiene formato circular (tondo) o es
un medallón ovalado los límites externos del soporte exigen otro tipo de
composición.
Tiepolo, Agar en el desierto, 1726 (fresco) |
Luego, el color. (De esto hablamos extensamente; puedes revisar artículos
anteriores en la sección “Colores”). En resumen: ¿cómo es la paleta del artista?
¿Trabajó con armonías o con contrastes de color? Van Gogh aplicaba conscientemente el color según contrastes.
van Gogh, Noche estrellada sobre el Ródano, 1888 |
Picasso, El poeta, 1912 |
Picasso, durante muchos años, trabajó con armonías monocromas.
Y muchos artistas pintaron sus cuadros en grisalla, como Ingres (para saber lo que es la grisalla, pincha aquí).
Ingres, Odalisca en grisalla, 1824 |
¿Cómo maneja la perspectiva? ¿Qué ubicó en el primer plano? Tienes
que ver cuál es el foco de atención, cómo el pintor quiere atrapar tu mirada. A
la pintura le falta la dimensión de la profundidad: la perspectiva ayuda a
provocar esa ilusión y engañar a tu ojo (te lo conté aquí).
Caillebotte, El jardín en Yerres, 1885 |
Otras veces usamos la superposición de planos, en lugar de una perspectiva
geométrica.
Klimt, Campo de amapolas, 1907 |
¿Hay textura? Los cuadros de van Gogh tienen una pincelada gruesa,
en relieve. Pero también tienes a un Jackson Pollock, que dejaba gotear pintura
directamente de la lata: sus cuadros son gruesos, ásperos.
Pollock, Dripping con esmalte, 1950 |
O Max Ernst, que raspaba
la pintura para que se vieran las capas inferiores (pincha aquí).
Ernst, El gran bosque, 1927 (grattage) |
De a poco podrás ir diferenciando cuál es el pintor que sabe lo que está haciendo, que tiene buen oficio, del que no.
Ahora te toca a ti. Trata de aplicar estos parámetros a algún
cuadro que te guste y cuéntame cómo te ha ido. Si no se te ocurre ninguno, te
propongo éste de aquí abajo. Es fácil.
Monet, El Parlamento de Londres al atardecer, 1903 |
De todos estos elementos nos valemos los artistas para captar tu
atención y llevarte a un mundo diferente, a una realidad más bella. Así
construimos los cuadros. Si logro emocionarte con mi obra, aunque sea con una
sola de ellas, habrá valido la pena.
Cezanne, Castaños en Jas de Bouffan, 1885 |
Fuentes: Córdova
Iturburu, C. Cómo mirar un cuadro. Buenos Aires, Atlántida, 1954
Dondis, D. La sintaxis de la imagen:
introducción al alfabeto visual. Barcelona, 1990
Gombrich,
E. Arte e ilusión. Estudio sobre la
psicología de la representación pictórica. Madrid, 1998
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