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jueves, 14 de marzo de 2019

“¿Cómo sabes tú...



que un cuadro es bueno?”


Estes, Canadian Club, 1986


Hace unos días me escribió uno de los amigos lectores del blog, preguntándome: “¿Cómo sabes tú que un cuadro es bueno?”. Le iba a contestar en privado, pero pensé que quizás alguna vez se te pasó esto por la cabeza y que no vendría mal un artículo sobre este tema. Seguro que en algún museo te has quedado con esta duda, ¿no es cierto? 

Poussin, El rapto de las sabinas, 1637


Rembrandt, Fausto, 1650 (aguafuerte)
Ya lo hablamos varias veces: el hecho de que un cuadro esté colgado en un museo no implica que sea una obra maestra (aunque debería serlo). Pero que no lo entiendas no significa que el cuadro sea malo. Para esto hay que ver mucho, estudiar, investigar...: en síntesis, educar la percepción visual. Cuanto más veas, más vas a aprender. Lo cual no quiere decir que tengas que cambiar tu gusto personal. Pero también es cierto que, cuanto más sabes, te empiezan a llamar la atención otras cosas.










Lo que yo te voy a contar ahora son ciertas pautas que te pueden ayudar a acercarte a una pintura. Esto mismo lo puedes aplicar a toda imagen plana (fotografía, publicidad, páginas web, etc. ) La escultura, p.ej., tiene otros parámetros.

Longhi, El rinoceronte, 1751
En primer lugar, tienes que comprender ciertos aspectos externos a la obra, que tienen que ver con ella, sin ser parte del cuadro directamente. ¿Cuál es el propósito? ¿Cuál es el mensaje? ¿Es un testimonio histórico o político? ¿Tiene que ver con la biografía del artista? ¿Nos muestra las costumbres de la época? ¿Tiene alguna intención didáctica? ¿Es arcaizante o transgresor? ¿Hay una protesta social? Mira este cuadro de Longhi. Es un testimonio histórico: era la primera vez que los venecianos veían un rinoceronte. (¿El bicho habrá llegado en vaporetto?)









Duccio, Crucifixión, 1311 (temple)
Es súper importante ver la fecha, aunque no siempre se la conoce con exactitud. Y tratar de ver a qué movimiento artístico corresponde. ¿Es gótico, cubista, impresionista, expresionista...? A veces no es muy claro, pero te puede servir como orientación.













Kalf, Naturaleza muerta con jarra de plata, 1655
Luego, a qué género pictórico pertenece. Esto te lo expliqué largamente en otros artículos. ¿Es una naturaleza quieta o un paisaje? ¿O es un retrato o un autorretrato? ¿Es pintura figurativa o abstracta? Cada género tiene su propia técnica: sabrás si el artista la domina o no.











Una vez que sabes esto, hay que meterse en el cuadro, contemplarlo sin más. ¿Te gusta? ¿Algo te llama la atención? ¿Te emociona? ¿Por qué? Ninguna teoría puede contra tus gustos personales: puedes apreciar el trabajo del artista, pero si te provoca rechazo... El arte está para comunicar emociones y sorprendernos; si no cumple con ese objetivo, al menos contigo, pasa de largo. Cuando te acercas a una obra de arte vienes con una mochila llena de vivencias personales, aprendizajes y preferencias: esto condicionará tu mirada. Y será diferente a la mía, a la del curador del museo o a la de tu hijo.

Girtin, Ruinas de la iglesia de San Agustín,
Canterbury, 1798 (acuarela)
¿Qué técnica usó el artista? Me refiero a si es un óleo, fresco, acuarela, acrílico, pastel, un dibujo o grabado... Por ejemplo, el fresco necesita un tratamiento rápido, porque se seca enseguida. El óleo permite correcciones; la acuarela, no.




Degas, Bailarinas, 1883 (pastel)
Lo más importante es ver cómo está compuesto el cuadro, es decir, busca la estructura interna, la disposición de las formas, fondo y figura. Si hay líneas, ¿cuál es su dirección? Mira este cuadro de Degas: está construido sobre la diagonal del plano y esto hace que esté lleno de movimiento.















O mira éste de Matisse: parece como si las figuras danzaran sin parar; esto lo logra sólo porque las figuras están puestas en círculo y unidas de la mano.

Matisse, La danza, 1909


Tienes que considerar el formato: los cuadros son mayormente rectangulares (mira este artículo), pero si tiene formato circular (tondo) o es un medallón ovalado los límites externos del soporte exigen otro tipo de composición.

Tiepolo, Agar en el desierto, 1726 (fresco)

Luego, el color. (De esto hablamos extensamente; puedes revisar artículos anteriores en la sección “Colores”). En resumen: ¿cómo es la paleta del artista? ¿Trabajó con armonías o con contrastes de color?   Van Gogh aplicaba conscientemente el color según contrastes.

van Gogh, Noche estrellada sobre el Ródano, 1888


Picasso, El poeta, 1912
Picasso, durante muchos años, trabajó con armonías monocromas. 



















Y muchos artistas pintaron sus cuadros en grisalla, como Ingres (para saber lo que es la grisalla, pincha aquí).

Ingres, Odalisca en grisalla, 1824


¿Cómo maneja la perspectiva? ¿Qué ubicó en el primer plano? Tienes que ver cuál es el foco de atención, cómo el pintor quiere atrapar tu mirada. A la pintura le falta la dimensión de la profundidad: la perspectiva ayuda a provocar esa ilusión y engañar a tu ojo (te lo conté aquí).

Caillebotte, El jardín en Yerres, 1885


 Otras veces usamos la superposición de planos, en lugar de una perspectiva geométrica.  

Klimt, Campo de amapolas, 1907


¿Hay textura? Los cuadros de van Gogh tienen una pincelada gruesa, en relieve. Pero también tienes a un Jackson Pollock, que dejaba gotear pintura directamente de la lata: sus cuadros son gruesos, ásperos. 

Pollock, Dripping con esmalte, 1950


O Max Ernst, que raspaba la pintura para que se vieran las capas inferiores (pincha aquí).

Ernst, El gran bosque, 1927 (grattage)

De a poco podrás ir diferenciando cuál es el pintor que sabe lo que está haciendo, que tiene buen oficio, del que no. 

Ahora te toca a ti. Trata de aplicar estos parámetros a algún cuadro que te guste y cuéntame cómo te ha ido.  Si no se te ocurre ninguno, te propongo éste de aquí abajo. Es fácil.

Monet, El Parlamento de Londres al atardecer, 1903



De todos estos elementos nos valemos los artistas para captar tu atención y llevarte a un mundo diferente, a una realidad más bella. Así construimos los cuadros. Si logro emocionarte con mi obra, aunque sea con una sola de ellas, habrá valido la pena.

Cezanne, Castaños en Jas de Bouffan, 1885



Fuentes: Córdova Iturburu, C. Cómo mirar un cuadro. Buenos Aires, Atlántida, 1954
Dondis, D. La sintaxis de la imagen: introducción al alfabeto visual. Barcelona, 1990
Gombrich, E. Arte e ilusión. Estudio sobre la psicología de la representación pictórica. Madrid, 1998




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