Stella, Hiraqla III, 1968 (Imagen: Kaeamura Museum) |
Había mucha gente, tuve que esperar bastante para comprar mis colores y pinceles. (¡Señal de que todavía hay
muchos a los que les gusta pintar!) Para pasar el rato me puse a mirar los bastidores: formatos tradicionales, alargados, cuadrados, circulares (los famosos
“tondi”) (1), ovalados…
Mondrian, Composición en negro y azul 1926 |
Cuando empecé a pintar, hace muchos años (mejor no te
digo cuántos), no había tanta variedad: sólo las medidas estándares y, si uno
quería algo especial, había que armarlo… Rombo, faltaba el rombo. Bueno, el
cuadrado invertido, como en Mondrian. Pero, ¿el rombo de toda la vida, el de
ángulos agudos? ¿Y por qué siempre rectángulos? Un buen tema para el blog.
Vamos por partes.
Los seres humanos
empezamos a pintar en las cavernas, no había límites de espacio. Después
pasamos a las paredes de las pirámides y de las casas de Pompeya, a las
catacumbas cristianas o a las iglesias… La Pintura es hija de la Arquitectura:
nació pegada a la pared.
Peris, Retablo de la vida de la Virgen, 1410 |
Poco a poco se fue despegando: en los altares medievales, los escultores dejaban huecos para las imágenes religiosas. No había una forma definida del espacio a pintar: dependía del diseño general del retablo. La libertad de la Pintura vino por una necesidad: poder transportar las imágenes religiosas para la devoción individual. Y la forma preferida fue desde siempre el rectángulo. Así eran los iconos bizantinos. (Es cierto que había retratos romanos pintados en tablillas, pero esto se conoció mucho después.)
Miguel Ángel, Tondo Doni, 1503 |
Malevich, Cuadrado negro, 1923-29 |
Siempre hubo formatos cuadrados y circulares, pero éstos, por su simetría, complican mucho la composición del cuadro. En relación con la innumerable cantidad de obras rectangulares, hay muy pocos “tondi”: es un desafío muy grande para cualquier artista. Los cuadrados fueron rescatados por los artistas modernos preocupados por la geometría: Malevich, por mencionar a alguno. Los ovalados son derivaciones del círculo: una invención del Barroco, que luego fue una verdadera pasión en el Rococó.
Sí, perfecto, pero todos éstos
son figuras geométricas. ¿No se podría pintar un cuadro con bordes irregulares?
¿Por qué siempre rectángulos y etc.?
Torres García, Reloj constructivo, 1936 |
Esta pregunta no es una ocurrencia mía: ya se la plantearon otros antes. A principios del sg. XX la abstracción condujo a distintos experimentos que llevaron a la “abstracción geométrica”. Ya te mencioné a Malevich y a Mondrian, pero hubo muchos otros: Kupka, Delaunay, Albers, Bill, Moholy-Nagy, van Doesburg…
Rothfuss, 3 Círculos Rojos, 1948 (Imagen: MALBA) |
Arden Quin, Diábolo, 1945 |
al jugar con la geometría, las fuerzas de las líneas exigían un más allá del bastidor. Ya le pasaba a Mondrian: las líneas se escapaban hacia afuera. Los Madi apostaron por soportes de contornos irregulares, las “formas recortadas”. No son bordes arbitrarios: ellos siguen componiendo los cuadros con figuras geométricas y según la Sección Áurea.
Rothfuss, Pintura Madí, 1948 (Imagen: MALBA) |
Pero en vez de elegir formato y medidas según lo que querían pintar (como hacemos todos), en sus obras las figuras determinan la forma del contorno. Una consecuencia de esto es que, al no aparecer el acostumbrado rectángulo, el espectador toma más conciencia del fondo. Arden Quin, p.ej., creó obras con partes móviles, y, más adelante, soportes con relieves y planos ondulados (que, aunque están pintados, son más esculturas que cuadros).
A partir de los ’60 en USA resurge de nuevo este problema. Uno de sus mejores exponentes es Frank Stella con sus “shaped canvases” (lienzos moldeados). Comenzó trabajando con cuadros en forma de L, U, V, H; luego combinó curvas con rectángulos y cuadrados, y en patrones que se repiten. La geometría está dada por franjas o cintas de colores vibrantes, dinámicas: esto, junto con el formato gigantesco, produce una sensación de energía que recuerda a sus colegas de la pintura gestual, pero aquí no hay pinceladas visibles, ni mucho menos espontaneidad. Y el proceso también lo llevó a la escultura y a los cuadros tridimensionales.
Stella, Hagamatana II, 1967 |
Tanto en Madí como en Stella y
sus colegas (Johns, Fontana, Newman…) lo que está en juego aquí es una nueva
concepción del espacio. El borde del bastidor no tiene por qué ser el borde de
la pintura.
Arden Quin, F en H, 1953 (Imagen: MALBA) |
Ya sé lo que estás pensando, no
me lo digas: todas estas cosas se me ocurrieron esperando a que me atendieran…
Fuentes : Ades,
D. Art in Latin America. London, Yale
University Press, 1989
Borrás,
M.L. y otros. Arte Madí. Madrid, Museo Reina Sofía, 1997
De
Maistre, A. Arden Quin. Recco, Microart’s, 1996
Hopkins,
D. After Modern Art 1945-2000, Oxford, Oxford University Press, 2000
Pearson,
J. Frank Stella. Kent, Crescent Moon, 2013
Aquí te dejo los enlaces de antiguos artículos por si te los perdiste:
Una ventana abierta en la pared (sobre la perspectiva)
qué bueno que te hicieron esperar!!! interesantísimo blog!
ResponderEliminar¡Me alegro de que te haya gustado!
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