Los guardianes de la puerta estrecha, sg. XIX |
Nació
en Filadelfia y su familia se trasladó a París cuando ella tenía 21 años; allí
comenzó sus estudios de pintura. En 1870, ante la Guerra Franco-Prusiana
huyeron a Londres y ella se estableció allí. En 1871 conoció a Henry Merritt, un crítico de arte, quien la
ayudó a posicionarse como artista profesional. Vendía muy bien, exponía a
menudo: podía vivir de la pintura. Seis años después se casaron y Anna debió
dejar su profesión: una dama no debía trabajar y menos dedicarse a pintar de
manera profesional.
Love blocked out, 1889 |
¿Por
qué se me ocurrió presentarte a esta pintora? Por un lado, es un ejemplo más de
todas esas artistas que fueron famosas, que tuvieron que luchar contra las
convenciones de su tiempo y que fueron olvidadas posteriormente. Por el otro,
ella nos ha dejado un testimonio personal muy importante, en forma de una
carta, que escribió en 1900.
La
tituló “Una carta para los artistas, especialmente para las mujeres artistas”,
en la que en sus 5 páginas expone su visión sobre el rol del pintor y da sus
consejos, según su propia experiencia de vida.
No
te puedo detallar toda la carta: está en inglés; puedes verla entera en el
enlace que te dejo abajo, si quieres. Sólo te voy a comentar algunas partes y
verás que quizás las cosas no han cambiado demasiado.
Aprecia
muchísimo que las mujeres, a comienzos del siglo XX, puedan estudiar pintura y
exponer sin problemas, cosa que ella no había podido disfrutar de joven (aunque
reconoce que nunca se sintió discriminada por ser mujer). Los problemas a los
que se tuvo que enfrentar también afectaban a sus colegas masculinos, pues son
propios de la actividad del artista en general: no hay ingresos fijos; hay que
tener un taller, pagar modelos y los materiales son caros; hay que soportar la
envidia de los colegas... Si una señorita quiere lograr su independencia
económica por esta vía, debería pensar antes en todas estas cosas. Se me ocurre
ahora el caso de Mary Cassatt: no le iba nada mal, tenía una pequeña pensión
que le pasaba su padre y aun así se las tenía que ingeniar para conseguir
taller, modelos, pagar clases...
Anna
sigue: “Si vivieras en un vecindario rural y de agricultores en Inglaterra, te
sorprenderías al ver cuántas hijas de granjeros desprecian a las aves de corral
o a la mantequilla y recorren millas en sus bicicletas para estudiar “arte” en alguna
de las escuelas de South Kensington. Lo que les atrae de esta profesión es que
está de moda.”
Ofelia (grabado), 1880 |
Todos
quieren estudiar arte: las hijas de granjeros, los hijos de los carpinteros,
las modelos de los artistas... Ya no es un deshonor para las familias tener una
hija que se dedique a la pintura y se ha vuelto una moda. Les atrae la fama,
los precios de venta de las grandes obras maestras.... pero no todos tienen
talento, no todos tienen la constancia necesaria para formarse o para resistir
ante tantas adversidades. Una pérdida de tiempo: la gran mayoría termina
dedicándose a la decoración o al diseño.
Retrato de una joven, sg. XIX |
“El
arte no puede florecer donde el artista no puede vivir.”
¿Cuántos
galeristas asignaron una mensualidad a los pintores para que pudieran crear?
¿Hubiesen existido un Picasso o un Monet sin Kahnweiler o Durand-Ruel?
Muchos
se veían obligados a dar clase a todas esas mujeres a las que sólo les importaba pintar como hobby. Esto no ha cambiado demasiado. Supongo que a algunos les
parecerá tedioso o poco gratificante dar clase a gente que se toma la pintura
de esta manera, pero también es cierto que dar clase es enriquecedor y que, de
paso, te da de comer.
El conejo, sg. XIX |
Campos de trigo, sg. XIX (Imagen: artuk.org) |
¿Cuál
es el peor enemigo de la pintora? En realidad son dos: uno, las labores
domésticas. La mujer debe zurcir, cuidar enfermos, escribir cartas, velar por
su marido, ocuparse de la casa y de la comida, atender a los niños...
Retrato de su esposo Henry con pipa, 1877 |
“Esta
estrechez de miras es un gran error, porque las ideas se engendran -la
observación es más aguda en los momentos de ocio- lejos de los implementos de las labores.”
O
sea, dicho de otro modo: las cualidades que hacen que una mujer sea virtuosa boicotean
su éxito profesional.
“El
arte debería ser sólo juego, sólo recreación.” Más bien, una re-creación de una
porción del Universo para entender al Creador, dice ella. No una mera
imitación.
Eva, 1885 |
¿Qué
te ha parecido esta carta? ¿Qué opinas? Déjame tu comentario o escríbeme un
mail o por Twitter...
Fuentes: Merritt,
Anna Lea (1900). "A letter to artists, especially women artists". Lippincott's
Monthly Magazine (65):
463–469. n 1900
Super actual. Aún las mujeres seguimos batallando entre nuestros "deberes" y nuestra profesión. Muchas veces por imposiciones propias, por sentimiento de culpa por hacer algo que nos gusta.
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