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jueves, 17 de febrero de 2022

Los otros impresionistas, parte IV

 

 Hassam, Parte sur, Appledore, sg. XIX


Estados Unidos y Canadá

Después de haber recorrido Holanda, Bélgica, Alemania, Escandinavia y Rusia de la mano de los “otros impresionistas” saltamos el charco y nos vamos a Estados Unidos y Canadá. Vaya viajecito.

¿Cómo empezó todo? 

Twachtmann, Niágara, sg. XIX

Pues igual que con aquellos artistas que vimos en los otros artículos
. Miraban con curiosidad y pasión al Viejo Continente y viajaban con muchas ganas de aprender. París era el centro cultural por excelencia. Algunos recorrían toda Europa en una especie de moderno “Grand Tour”, parte esencial de la formación de una persona culta (lo vimos aquí). Otros se matriculaban directamente en la Escuela de Bellas Artes francesa o bien, en academias privadas.






Un ejemplo patente es Mary Cassatt. De familia pudiente y, pese a la oposición paterna, llegó a París y se hizo un hueco en el ambiente artístico de la ciudad. De hecho, fue parte fundamental del movimiento impresionista. Ella contribuyó a que sus amigos americanos decoraran sus casas con obras de sus colegas franceses. 

Cassatt, Mujer y niña conduciendo, 1879


Otro es John Singer Sargent, que vivió poco tiempo en su país, pero que fue de gran importancia en el desarrollo del arte de Estados Unidos (lo vimos aquí). Mientras Cassatt hacía migas con Degas, Sargent visitaba en Giverny a su amigo Monet.

Sargent, Monet pintando en el bosque, 1889


Durand-Ruel se ocupó de la difusión de los artistas que patrocinaba en el continente americano. En 1887, después de la última exposición de los impresionistas, el marchante mostró casi 300 cuadros de Monet, Pissarro, Morisot, Sisley… La exposición fue un gran éxito (ganó unos 40000 dólares) y hasta tal punto que abrió una galería permanente en la 5th Avenue de Nueva York.

Metcalf, Puerto de Gloucester, 1895


Esto hizo que los artistas americanos sintieran el impulso de conocer de primera mano lo que se estaba haciendo en París.  En Estados Unidos había una tradición paisajística importante, que buscaba la autoafirmación como nación o la búsqueda de una identidad. El impresionismo les dio una nueva manera de expresión, más libertad en la ejecución y en la elección de los temas, aunque en el retrato muchos prefirieron la técnica realista, la que aprendían en la Academia. La pintura del natural, al aire libre, impulsó tremendamente el uso de la acuarela y el pastel, técnicas que se siguen practicando allí aún hoy con mucha fuerza.

Chase, Fin de la temporada, 1884


Todos iban a visitar a Monet a Giverny y él los recibía con todo gusto. Al tiempo se formó una colonia de pintores americanos en el pueblo, los llamados “givernistas”. (De hecho, Theodore Earl Butler se casó con Suzanne Hoschédé, la hijastra de Monet.

Tarbell, Tres hermanas, 1890

Muchos cruzaron el océano varias veces para poder trabajar durante el verano en ese jardín. Otros, como Theodore Robinson, directamente establecieron su taller allí, cerca del maestro. Robinson se quedó 4 años: ¡tanto como una carrera universitaria!

Robinson, La boda, 1892 (Es el casamiento de Butler con Suzanne)


Esta primera generación de givernistas aprendió a aclarar la paleta, a plasmar la luz y a captar el instante fugaz. Los temas: el paisaje y la vida moderna de la ciudad. Admiran y coleccionan las estampas japonesas: John Henry Twachtmann, Robinson, Julian Alden Weir y Cassatt las intercambiaban y compartían. Como grandes e importantes representantes de este grupo: Frederick Childe Hassam y William Merrit Chase.

Weir, Siesta en New England, sg. XIX


Y todos, al volver, aplican esta técnica al paisaje americano. Muchos de ellos, como Robinson o Chase, se dedicaron a dar clase en importantes escuelas y animaron a sus alumnos a tomar el vapor con la maleta y sus colores y caballetes, para ir a pintar a Europa y a Giverny. Así es como se sucedieron varias generaciones de impresionistas americanos que se reunían alrededor del gran maestro Monet (que vivió 86 años, tiempo suficiente como para contemplar todo el proceso…). Willard Leroy Metcalf y Edmund Tarbell fueron los que capitanearon la llamada Escuela de Boston. Tarbell, el de las señoras con vestidos vaporosos al aire libre. Y no hay que olvidarse de la señora Lilla Cabot Perry, muy cercana a Monet en Giverny, y que vivió en Japón, acompañando a su marido: allí se impregnó totalmente de la cultura oriental que luego volcó en sus obras (lo vimos aquí).

Cabot Perry, El jardín de Monet en Giverny, 1897


Frieseke, Mujer en jardín, 1912

Más tarde llegó a Giverny la siguiente camada de impresionistas americanos.
El más importante: Frederick Carl Frieseke. Otros, como Ernest Lawson o Maurice Prendergast toman como modelo a Twachtmann o a Weir. Prendergast ya es más moderno, más cerca del expresionismo o fauvismo, con una clara influencia de Cézanne.





Lawson, Noche de primavera en el río Harlem, 1913


En Canadá la cosa empieza un poco más tarde, cuando ya el impresionismo ha tomado vuelo propio en Estados Unidos. Recién en 1892 se ofrece una exposición impresionista en Montreal con cuadros de Monet, Sisley, Renoir, Pissarro… En general, la evolución es más o menos la misma: artistas que aprovechan los veranos para hacer cursos en París, fervor por la pintura al aire libre, sacarse de encima las reglas de la Academia… Como sus colegas estadounidenses, iban en peregrinación hasta Giverny, para conocer a Monet y participar de la colonia de artistas que allí se había formado. 

Cullen, Invierno en Moret, 1895

Los primeros, Maurice Cullen (el padre del impresionismo canadiense) y William Blair Bruce, quien no sólo interactuaba con los americanos sino también con la colonia de impresionistas suecos (los vimos aquí). 


Bruce, Paisaje con amapolas, 1887


Luego se fueron animando otros: Helen McNicoll, Marc-Aurèle de Foy Suzor-Coté​, James Wilson Morrice, Clarence Gagnon…

Gagnon, Brisa de verano en Dinard, 1907


Hacia 1916 el impresionismo en América ya es historia antigua: 1913 es el año del Armory Show de Nueva York, donde se dan a conocer las vanguardias europeas, fauvismo, cubismo, expresionismo, y donde el Desnudo bajando una escalera de Marcel Duchamp provocó un escándalo bestial. De aquí al expresionismo abstracto (lo vimos aquí) hay sólo un paso. Y sólo hubiese sido posible a partir de lo que estas generaciones de artistas aprendieron de Monet y Giverny.

McNicoll, Bajo la sombra del toldo, 1914


 

Si te perdiste las otras secciones de “los otros impresionistas”, aquí los tienes de nuevo:

Los Países Bajos y Alemania

Escandinavia

La lejana y fría Rusia

Fuentes: Argan, G.C. Die Kunst des 20. Jahrhunderts 1880-1940. Berlin, Propyläen V., 1990

Honour, H.-Fleming, J. Weltgeschichte der Kunst, Munich, 1983

Walther, I.F. Malerei des Impressionismus, 1860-1920. Köln, Benedikt Taschen V., 1996;

tomo II



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