Aertsen, Cristo en casa de María y Marta, 1552 (Imagen: KHM) |
P. Aertsen, Cristo en casa de
María y Marta
Hay cuadros raros, muy raros. Y
yo creo que éste es uno de los más extraños. Lo pintó Pieter Aertsen en 1552 y
está en el Kunsthistorisches Museum de Viena. No es demasiado grande: 101 x 60
cm, razonable. Pero lo que llama la atención es esa mezcla de cosas: una pata
de jamón, un bulto que no se sabe qué es con un clavel, jarra, panes, una
despensa y, en un rincón, unas figuritas extrañas…
Si alguien te dice que no
entiende el arte abstracto, pues muéstrale éste, a ver si le parece fácil…
En esa época todavía no existían
las naturalezas muertas (o “quietas”) como género; sin embargo, Pieter Aertsen
era especialista en cuadros de cocinas: era la decoración perfecta para esos ambientes. Alguna vez hablamos de esto, de cómo los artistas para
diferenciarse se dedicaban a un “nicho” para poder vender más y no quitarse
clientes entre ellos (puedes verlo aquí). Van Mander (te conté aquí quién es
este señor) nos dice que era muy alto y que le habían puesto el apodo de “Pedro
el Largo”. No nos cuenta mucho más, salvo de su habilidad en este tipo de
temas; también nos cuenta de cómo se lamentaba de haber perdido sus pinturas
religiosas en un incendio, que murió con 66 años y dejó 3 hijos que se hicieron
cargo de su taller (por eso verás varios Aertsen por ahí).
La explicación de este cuadro la
encontré en el libro de Stoichita, “La invención del cuadro”, que te
recomiendo. Lo que sigue es un resumen de lo que este autor nos comenta.
A ver. Los artistas, por medio de
la composición, indicamos la manera en que hay que “leer” el cuadro. Pero aquí
es todo confusión, aparentemente. Lo que primero que nos atrae la atención es una tremenda pata de jamón sobre un aparador,
que tiene la puerta abierta, con llave. Esa zona es muy confusa y la vista se
nos va hacia la izquierda, a la jarra, al plato con esa bola de no se sabe qué
es, e inmediatamente nuestros ojos siguen por las baldosas, guiados por las
líneas con su punto de fuga correspondiente, y nos topamos con unas figuras
pequeñitas. No se entiende. Tenemos delante una mesa: ¿qué hay más atrás? ¿Es
una puerta? Las figuras son tan chicas que parece como si estuviésemos mirando
a través del ojo de una cerradura…
Para mayor confusión, el pintor
nos puso “Lc.10” en una baldosa (agranda la foto; está en la 3ra baldosa,
contando desde el borde inferior del cuadro, al lado de la mesa). Este pasaje
del evangelio de San Lucas narra el episodio de la visita de Jesús a la casa de
Marta y de María. Ah, entonces vamos entendiendo algo más: allí tenemos a las 2
mujeres, la contemplativa y la activa, junto a Jesús. Hay unos apóstoles, sin
identificar, todos alrededor de la fogata de la cocina… y un friso extrañísimo
que tiene la siguiente inscripción: “Maria heeft uitvercoren dat veste del”, en
holandés, “María ha elegido la mejor parte”. O sea, es una escenificación del
pasaje evangélico. Un cuadro dentro de otro cuadro que lo contiene.
Genial, pero ahora ¿qué significa todo
lo que tenemos delante? ¿Por qué el pintor no prefirió colocar a las figuras en
toda su dignidad, en el primer plano? ¿Para qué esconderlas en una habitación
trasera?
Nuestros ojos vuelven a la pata de
jamón y ya no la vemos como tal, sino como una pata de cordero, en alusión a
Jesús. Nuestra vista baja a la jarra y a los panes: ¿la Eucaristía? Y luego
seguimos hacia la izquierda. Nos topamos con ese bulto informe e indefinible.
Algunos dicen que es un pan. No, los panes Pedro el Largo ya nos los ha
mostrado. ¿Mantequilla? Poco probable. Stoichita nos dice que es levadura, pan
en potencia. Y la clave se la da el clavel, que se asocia a la Encarnación de
Cristo por su nombre (carnatio, en latín).
¿Y qué pasa con la alacena
entreabierta y su puerta con llave? Adivinamos una copa (¿cáliz?) dentro. ¿Son
las llaves del Reino celestial?
Revisando la bibliografía, hay algunos
que dicen que esa llave es la que nos abre el cuadro, la clave de la
interpretación. Sobre la alacena hay una bolsa con dinero: en esa época, el
prestamista, el usurero, el dinero en general te alejan de Dios. Más arriba,
unas flores en jarrón: según algunos, indican la fugacidad de la vida (no pude
encontrar si cada flor tiene alguna simbología en especial, seguro que sí). La
pila de papeles, como los libros, también son un memento mori.
¿Y el cartellino con ese signo tan extraño? Ese es el monograma de Aertsen, así firmaba. (Sobre la cuestión de la firma, pincha aquí).
Cuando llegas a este punto, todo el
cuadro se revela de otra manera. Ya no es una despensa cualquiera: es toda una
alegoría de lo que está ocurriendo detrás.
¿Y cuál es el primer plano? Por la
posición, sin duda, los alimentos, los cuales, en una primera lectura, son
alimentos físicos. Pero por la importancia y significación, la escena de Cristo
con Marta y María. Sólo a través de ella entendemos el cuadro y re-significa a
los objetos dispuestos delante. O sea, que el cuadro tiene una lectura de ida y
vuelta. Es lo que se llama una “imagen desdoblada”.
No es el único cuadro de Aertsen en el
que utiliza este recurso. Tiene unos cuantos más, que te pongo como
ilustración.
Stoichita además nos trae dos obras de
Velázquez, para comparar. Según él, es poco probable que Velázquez haya visto el
cuadro de Aertsen, pero sí algún grabado.
Velázquez, Jesús en casa de Marta y María, 1618 |
En “Jesús en casa de Marta y María”
tenemos la misma situación. Una criada con una anciana en el primer plano y un
pequeño bodegón sobre la mesa. No sabemos quiénes son estas 2 mujeres. ¿Es
Marta, que recibe el chisme de que su hermana no está colaborando en los
quehaceres de la casa? ¿O la anciana recrimina a la criada porque descuida su
parte espiritual? Las 2 escenas son independientes pues no guardan las mismas
líneas de perspectiva. En cualquiera de estas 2 interpretaciones tenemos 2
instancias temporales y de espacio, un ida y vuelta. En el bodegón, tenemos una
alusión a la multiplicación de los peces y los huevos, a la Resurrección. ¿Ves?
Es una “imagen desdoblada”, que nos invita a pensar. ¿Es un cuadro dentro de un
cuadro? ¿Son 2 acciones simultáneas? ¿Qué es lo importante? ¿Cuál es el primer
plano?
En la 2da obra de Velázquez que
menciona Stoichita, la idea es la misma, aunque lo que transcurre detrás es la
cena de Emaús. La joven trata de escuchar lo que pasa en el fondo. ¿Está por
servir a los señores? ¿O acaba de levantar la mesa? Parece que sí, pues ha
dejado escurrir la vajilla.
Velázquez, La mulata, 1618 |
Como ves, no siempre el primer plano
(por posición) es lo más importante. Aertsen plantea una forma diferente de
presentar una escena religiosa, llevándonos de lo profano a lo sacro y, a
través de la comprensión de lo espiritual, los objetos del mundo se elevan a
una nueva significación. En este recorrido, el espectador (si llega a entender
este juego) pasa del engaño a la revelación.
Estos son los jueguitos intelectuales
de los artistas del Barroco. Puedes quedarte con el cuentito de una naturaleza
muerta con pata de jamón y una escena extraña detrás, y no está mal. Pero, si
te enfrentas con un cuadro de éstos, seguro que esconde algo más allá, duda de
ti y ¡empieza a investigar!
Fuentes:página del Kunsthistorisches Museum Wien
Grosjean,
A. “Toward an interpretation of Pieter Aertsen's profane iconography”. En:
Konsthistorisk tidskrift/Journal of Art History, Stockholm, nº 43, pp.121-143
Michalski, S. “Fleisch und Geist: Zur Bildsymbolik bei
Pieter Aertsen”. En: Artibus et Historiae, Krakow, IRSA, 2001; vol. 22, nº 44,
p.167-186
Stoichita,
V. La invención del cuadro. Barcelona, Ed. del Serbal, 2000
van Mander, K. Le vite degli illustri pittori fiamminghi, olandesi e tedeschi. Sant’ Oreste, Apeiron, 2000
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