La historia de
Quinten Massys
¿Cuántas veces hablamos de Vasari
y de sus Vidas? Ya perdí la cuenta. Vasari
fue el primer historiador del arte, el que se puso a recopilar datos
biográficos de los pintores italianos (1550). Una tarea impresionante y
necesaria, para que no se perdieran en la noche de los tiempos esos nombres.
(Te conté algo más aquí.) Pero no sólo había pintores italianos y Karel van
Mander (1548-1606) tomó la idea e hizo lo mismo con los pintores holandeses,
flamencos y alemanes.
van Mander, Paisaje con nieve y Crucifixión, sg. XVII |
El “Schilder-Boeck” (1604), como
se llama en holandés, es un libro mastodóntico. Menciona antiguos pintores
griegos, romanos y egipcios, a partir de Plinio; luego, traduce las Vidas de Vasari y agrega algunos
artistas que conoció personalmente en su viaje a Italia, actualizando la lista de Vasari. Añade sus
biografías de pintores nórdicos, según sus investigaciones, y termina su obra con un manual acerca de las
Metamorfosis de Ovidio,
imprescindible para aquél que quiera pintar temas mitológicos. Una gran
demostración de sabiduría e investigación científica.
van Mander, Jugadores de ajedrez, sg. XVII |
Como ocurre con Vasari, no hay que
tomarse muy en serio sus biografías. En muchos casos está poniendo por escrito
leyendas que se dicen sobre tal o cual, pero eso no significa que realmente
haya sido así. Hoy podemos cotejar esos datos con otros documentos, aunque con
respecto a ciertos autores, no hay más fuente de información que la de van
Mander.
No te insisto en que lo leas: ya lo leí yo para ti... Te voy a ir contando
de a poco las historias de esos artistas que vivieron allá arriba, en el
Norte.
Massys, El prestamista y su mujer, 1514 |
Me encantó la historia de Quinten
Massys (1466-1530). ¿Lo conoces? Es un pintor bastante peculiar. Se especializó
en el tema de los prestamistas: el dinero como ocasión para la usura, la
avaricia...
Massys, Una vieja grotesca, 1513 |
Naturalmente, también pintaba otras cosas como esta mujer tan fea,
dicen que era una condesa. En todo caso, puede ser una caricatura o bien, la
demostración de los efectos de la mala vida en la apariencia de las personas.
Era hijo de un herrero, trabajó
con su padre hasta los 20 años. Viajó mucho por Italia y se empapó de lo que
hacían los artistas por ahí. Su obra tiene mucha influencia italiana. No había
aprendido de ningún maestro, pero, sin embargo, su mejor escuela fue ver lo que
hacían allá por el sur. Aunque, como herrero, tenía que saber dibujar... Así y todo, fue miembro del Gremio de
Artistas de San Lucas, o sea, sus colegas lo consideraban un profesional.
Massys, Retrato de un hombre viejo, 1520 |
¿Cómo llegó a ser pintor? En esa época los
hijos estaban destinados a seguir la profesión de sus padres. Una reinvención,
como decimos ahora, era casi imposible. No había movilidad social; si empezabas
como aprendiz en el taller de tu padre con 8 ó 10 años... ¿cómo haces para
cambiar de profesión, si ni siquiera ibas a la escuela? En el caso de él no era una cuestión económica: su padre tenía una muy
buena posición.
Mejor te dejo que te lo cuente van
Mander:
“A propósito del origen o de la
causa de su cambio profesional -del oficio de herrero a la práctica del arte-
se cuenta a menudo otra historia: según esta versión, cuando era herrero, se
habría enamorado de una bella y dulce joven, a la que se pone a cortejar, pero
teniendo como rival a un pintor; la chica, aunque estaba realmente atraída por
Quinten, no estaba para nada satisfecha con su ocupación, en realidad, muy
sucia, y deseaba ardientemente que se dedicara a la pintura, en lugar de que siga siendo herrero.”
Massys, Retrato de una mujer, 1520 |
Así fue cómo dejó la fragua y las
herramientas y se puso a pintar. ¿Ves? La fuerza del amor puede con todo.
Pero van Mander, a pesar de que
todos cuentan esta historia, no la considera muy verosímil. Él tiene otra versión: cuando
cumplió los 20 se enfermó gravemente, quedó muy débil, sin fuerzas suficientes
para la fragua y los martillos. No podía mantener a su madre. Se lamentaba por
esto ante todos los que lo iban a visitar al hospital.
Massys, Madonna y Niño con el cordero, 1513 |
Era costumbre en Jueves Santo
visitar a los enfermos y a los niños se les regalaba estampitas con imágenes de
santos. Alguien le pidió a Quinten que ayudara en la tarea de pintarlas. Parece
que así arrancó con su nueva profesión. Un comienzo modesto, pero, como dice
van Mander por ahí, uno no se convierte en artista si no se es constante en la
práctica.
“Según mi opinión, -dice van
Mander- ambas explicaciones podrían ser verdaderas: cuando cae enfermo, Quinten
comenzó a pintar y, en cuanto se recuperó, encontró a la dulce jovencita de la
que se enamoró profundamente, a pesar de que fuera ya cortejada por un pintor
rival; luego de haber percibido algunos indicios de la damisela en cuanto a
esto, decide abandonar las herramientas de herrero y toma las del pintor,
llegando a ser un maestro excelente, ya sea a causa del amor, ya sea por
inclinación natural, empleando con suma valentía los medios concedidos por un
talento innato... “
Massys, Los cobradores, sg. XVI |
¿Con cuál de las 2 versiones te
quedas? Una historia que jamás te imaginarías viendo sus cuadros, ¿no? Una
historia de amor del siglo XVI en Holanda...
Fuentes: Karel van Mander, Le vite
degli illustri pittori fiamminghi, olandesi e tedeschi.
Sant’ Oreste,
Apeiron, 2000
Traducción: C. del Rosso
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