Liljefors, Vencejos, 1886 |
Los países escandinavos
Zorn, Despertar, sg.XIX |
Escandinavia: esos países fríos, nórdicos, grises, con inviernos y veranos larguísimos… ¿Tienen pintores? Claro que sí. Y de los buenos. Pero no los conocemos. Bueno, sí, algunos nombres aparecen por ahí como Krøyer o Zorn, que eran amigos de Sorolla. Quizás el gran maestro español no hubiese sido lo que fue si no se hubiese enfrentado a los blancos de los nórdicos. Y ellos hubiesen seguido pintando temas folclóricos de manera academicista.
Pero no nos vayamos por las ramas.
La historia de los impresionistas nórdicos es muy parecida, en cuanto al
encuentro con esta nueva manera de pintar, a la de los que vimos la otra vez
(si te lo perdiste, aquí tienes el enlace). Artistas, quienes, luego de
terminar sus estudios en las Academias, deciden completar su formación en
París. Ya no había que ir a Roma, sino a la Ciudad Luz. No ingresan en la
Academia oficial, no: buscan talleres, academias de tipo privada o informal,
como la Colarossi o la Julien, donde podían encauzar su propio estilo o
aprender nuevas técnicas. Los maestros podían ser Bonnat, Gérôme, Puvis de
Chavannes; admiraban a Millet y a Bastien Lepage.
Edelfelt, Jardines de Luxemburgo, sg.XIX |
Llegaron atraídos por la luz del
sur, esa tan mentada luz luminosa (y valga la redundancia). Viajaban con becas
oficiales o con donaciones de mecenas. Permanecían en el extranjero 2 ó 3 años,
lo cual les daba suficiente tiempo como para conocer otros países, como
Argelia, España, Alemania o Italia.
Pauli, Desayuno, 1887 |
Ancher, Rayo de sol en la habitación azul, 1891 |
Había de todo: suecos, noruegos, finlandeses y daneses, pero la mayoría eran suecos. Se congregaron en Grèz-sur-Loing, en una especie de colonia artística nórdica en suelo francés y se apoyaban mutuamente. Era como una Barbizon sueca. Privilegiaban el estudio de la naturaleza, la pintura al aire libre. Como veíamos la vez anterior: lo que se pintaba “en exteriores” no era considerado un cuadro; era sólo un boceto que se terminaba en el taller. Pero este ejercicio les dio la posibilidad de soltar la mano, de trabajar con más espontaneidad.
Gallen-Kallela, Vista del lago, 1901 |
El trato con los impresionistas no era directo, pero esta nueva manera de pintar estaba en el aire de París, en los comentarios de las clases, en los periódicos, en las galerías… Había que recorrer las tan vilipendiadas exposiciones impresionistas. Imposible desconocerlos. El giro de estos artistas hacia el impresionismo (y siempre hablando en general, pues cada artista es un mundo) se da hacia 1882-1885, cuando los fundadores ya llevaban unas cuantas exposiciones encima. Krøyer, Paulsen, Johansen y Edelfelt fueron a ver la exposición de la Galería Petit, invitados por Liebermann (te lo mencioné la otra vez aquí): Monet había presentado 10 cuadros allí y el impacto fue tremendo en ellos.
En 1895 Monet viajó hasta
Christiania, Oslo, donde vivía su hijastro Jacques Hoschédé. Llegó a pintar 29
cuadros allí. Pero lo más significativo es la huella que deja entre los
artistas noruegos: Monet era una celebrity que había que conocer: todos
lo iban a visitar, hasta el príncipe. Ya ves, el intercambio entre unos y otros
era incesante.
Krøyer, Marie Krøyer sentada en el jardín de Mme. Bends, sg. XIX |
Krohg, Lucha por la supervivencia, sg, XIX |
Importaron la idea de la colonia
de artistas; se reunían todos los veranos en Skagen, en Dinamarca. Allí
pintaban del natural, libres de toda imposición academicista. Se alojaban en el
hotel de los Ancher: Krøyer
era uno de ellos; también estaban Krohg, Tuxen o Johansen. Las largas tardes de
verano eran la ocasión perfecta para pintar cuadros de playa.
Krøyer, Tarde de verano en la playa de Skagen, Marie Krøyer y Anna Ancher caminando juntas, sg. XIX |
Aunque muchos de ellos no permanecieron en el impresionismo, su acercamiento a esta técnica les sirvió para aclarar la paleta personal y lograr más espontaneidad en la pincelada. Como te decía antes, la pintura al aire libre no era un fin en sí mismo para ellos, sino un ejercicio (siempre hablando en general, porque para todo hay excepciones…)
Heyerdahl, En la ventana, 1881 |
Los motivos son los mismos que los artistas franceses, aunque adaptados a sus respectivos países: paisajes con nieve, largas noches de verano, el trabajo en el campo, la vida al aire libre, la figura inmersa en la naturaleza y el retrato. También han pintado la ciudad y la vida moderna (y cómo no, a París). Por supuesto, la influencia de Monet, Sisley, Pissarro, Caillebotte es importantísima en este aspecto.
Buscan también los efectos de
luz, las atmósferas, los reflejos en el agua… tal como lo hacía Renoir. Un tema
que vuelve siempre son los interiores y la investigación de la luz. Claro, los
escandinavos pasan una gran parte del año dentro de sus casas.
Järnefeldt, Somormujos, sg. XIX |
Vemos también la preocupación por
la representación del movimiento y el enmarque inspirado en las láminas japonesas
o por la fotografía… como Degas.
Kreuger, En la lluvia, París, sg. XIX |
Gallen-Kallela, Patinadores en la orilla de Kalela, 1896 |
Podría hacerte una larga lista de nombres de artistas escandinavos. Sólo te voy a mencionar a algunos, por países, para que al menos los conozcas. (Como verás, hay varias pintoras en el grupo.) Sus cuadros son realmente maravillosos y me ha costado muchísimo seleccionar con cuáles de ellos iba a ilustrar este artículo. En estas imágenes reconocerás la huella de los maestros franceses, sin duda. Cada uno de ellos aportó sus ganas de sol y sus propios paisajes.
Dinamarca: Anna Ancher, Viggo
Johansen, Karl Madsen, Julius Paulsen, Theodor Philipsen, Laurits Tuxen
Johansen, Luz de sol en el comedor, sg. XIX |
Finlandia: Albert Edelfelt, Akseli
Gallen-Kallela, Eero Järnefelt, Helene Schjerfbeck, Victor Westerholm, Maria
Wiik
Westerholm, Paisaje de invierno del molino de Kymmene, sg.XIX |
Noruega: Harriet Backer, Hans
Heyerdahl, Peder Severin Krøyer, Erik Werenskiold
Backer, En mi casa, 1887 |
Suecia: Richard Bergh, Hugo
Birger, Ernst Josephson, Nils Kreuger, Carl Larsson, Bruno Liljefors, Karl
Nordström, Hanna Pauli, Anders Zorn
Bergh, Noche de verano nórdico, 1899 |
¿Qué artista te gusta a ti? Yo no sabría con cuál quedarme (aunque tengo mis preferidos...)
Fuentes: Argan, G.C. Die Kunst
des 20. Jahrhunderts 1880-1940. Berlin, Propyläen V., 1990
Honour,
H.-Fleming, J. Weltgeschichte der Kunst, Munich,
1983
Walther, I.F. Malerei des Impressionismus,
1860-1920. Köln, Benedikt Taschen V., 1996;
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