Anglada Camarasa, La higuera, 1916 |
Te llevo hoy al fin de siglo;
no, mejor dicho: a la belle époque.
¿Qué es el Art Nouveau? Por
decirte un nombre, pues este estilo se llama de distintas maneras: Jugendstil
en Alemania, Liberty en Italia, Modern Style en Inglaterra, Modernismo
en España, Sezession en Austria, Art Nouveau en Francia… Son
distintas versiones de lo mismo, con características propias según cada lugar.
Surge a fines del siglo XIX como
reacción a la Revolución Industrial. Alguna vez hablamos de William Morris y el
movimiento Arts and Craft (te lo conté aquí). Bueno, la empresa de Morris tuvo
tanto éxito que impuso una nueva manera de vivir, de sentir el arte, la
belleza, en todos los ámbitos de la vida diaria y en toda Europa. Las lámparas
Tiffany, los cristales de Gallé, las joyas de Lalique son ejemplos patentes de
esto.
Morris, Madreselva, papel mural, sg. XIX |
La naturaleza lo invadió todo: los
muebles y los espejos se llenan de plantas trepadoras; las joyas, con
libélulas, mariposas, lagartijas y todo tipo de flores unidas en arabescos
imposibles. Se vuelve a la naturaleza, pero es una naturaleza imaginaria, pura
fantasía. Los materiales son translúcidos y con brillos: esmaltes, nácar,
bronces, cristales… La fuente de inspiración está en el Oriente, en esas
estampas japonesas que habían comenzado a llegar a Europa luego del desbloqueo
comercial de Japón. El japonismo y el ansia por lo exótico definen en su mayor
parte el arte de esta época.
Casas, Los ciclistas, sg. XIX |
Los artistas también respiraban
en esa atmósfera y, si bien el Art Nouveau es un estilo más propio de
las artes decorativas en general, también encontramos representantes en la
Pintura. Pero, como las divisiones entre las diferentes disciplinas artísticas
ya no existen, los pintores se contagian de los diseñadores y crean de todo un
poco: biombos, paneles, puertas, textiles, abanicos, etc.
Burne-Jones, La primavera, 1869 |
El movimiento de los
prerrafaelitas se erigió inmediatamente como la versión pictórica del Modern
Style en Inglaterra. Su máximo exponente es Burne-Jones (lo vimos aquí),
quien trabajaba como socio con Morris en el mismo proyecto de arte integral.
Burne-Jones fue el artífice de muchos vitrales y tapices de casas decoradas por
ellos. Hay una necesidad de lo primitivo, de buscar la inocencia perdida de
otras épocas. Y cómo no, la Edad Media, con sus leyendas de caballeros y
heroínas.
Sérusier, El talismán, 1888 |
En este momento, en Francia tenemos a Gauguin, a los simbolistas y los nabis (te lo expliqué por aquí y por aquí); sin tener mucho que ver, buscaban lo mismo que los colegas ingleses. La línea se hace curva, sinuosa; usan el negro y colores que no necesariamente tienen que ver con la realidad del objeto.
Klimt, El árbol de la vida, 1905 |
Por la misma época, y con el mismo espíritu, la Sezession se instaura en Viena, con ejemplos desde la arquitectura hasta la joyería. Klimt es el perfecto representante de este movimiento (lo vimos aquí). Une la tradición bizantina de los mosaicos y fondo de oro con la nueva manera de ver la figura humana, convirtiendo así a sus retratados casi en iconos.
En Munich también hay exponentes: Toorop, von Stuck o Hodler.
Mucha,Éditeurs Champenois, 1897, litografía |
Toulouse-Lautrec, Divan Japonais, 1893, litografía |
Por supuesto, Mucha no hubiese sido posible sin la obra de Toulouse-Lautrec (lo vimos aquí).
La exposición universal de París
de 1900 marcó una época. Las firmas comerciales presentaron sus creaciones y
esto hizo reafirmar el gusto del gran público por este estilo. La consecuencia
directa fue el establecimiento de esas empresas en París. Ésta se convierte en
el centro cultural y comercial, un imán para los artistas: ya no hay que ir a
Roma.
En España el movimiento pasó a
llamarse Modernismo y su foco de irradiación fue Barcelona (si te
perdiste el artículo sobre el Museo del Modernismo lo tienes aquí). Pintores de
la talla de Casas, Utrillo o Rusiñol (también lo vimos en el blog) marcan el
camino desde el café Els Qatre Gats (si andas por ahí, no te lo
pierdas), donde un jovencísimo Picasso dio sus primeros pasos como artista. Y
por supuesto, todos participaron de la bohemia de París.
Rusiñol, Torrente de Parenys, 1904 |
Pero no sólo hubo catalanes:
Iturrino o Regoyos, en el norte; en Valencia, Beruete o Sorolla (la verdad: no
sé si se podrían calificar a ellos 2 como modernistas, pero bueno, es mi
humilde opinión). ¡No hay que olvidarse de Joaquín Mir o Anglada Camarasa! Una
generación de artistas que dejaron una impronta indeleble.
MIr, Almendros floridos, sg. XX |
Más oscuros, más profundos y más
recios, pero también de esta época, son Zuloaga y Romero de Torres.
Iturrino, Jardín de Málaga, 1916 |
En Latinoamérica este estilo se adoptó enseguida. Las familias adineradas viajaban de shopping a París y se traían las últimas novedades en decoración y moda. Y por supuesto, también cuadros. Los pintores cruzaban el océano, exponían, recibían encargos… y el Art Nouveau se seguía expandiendo.
Regoyos, La catedral de Burgos por la mañana, sg. XIX |
Sin embargo, hacia 1910 la gente se empezó a cansar de tantas ninfas lánguidas y flores trepando por todas partes. Derivó a otro estilo decorativo con líneas rectas al que se llamó Art Decó. Pero estalló la 1ra Guerra Mundial y el mundo ya no fue lo mismo. Y el arte, tampoco.
Fuentes: Duncan, A. Art Nouveau.
London, Thames & Hudson, 1994
Howard, J. Art Nouveau:
international and national styles in Europe.
Manchester, Manchester Univ.
Press, 1996
No hay comentarios :
Publicar un comentario