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jueves, 27 de febrero de 2020

La bohemia de París


Toulouse-Lautrec en Montmartre

Toulouse-Lautrec, Jane Avril, 1893 (litografía)
La vida de Henri de Toulouse-Lautrec está llena de luces y sombras. Seguramente habrás visto alguno de sus famosos carteles para el Moulin Rouge, Chat Noir, Moulin de la Galette o el Folies Bergère. Inmortalizó a Aristide Bruant, a Jane Avril, a Yvette Guilbert, a las chicas del can-can… Son inconfundibles: colores planos y vibrantes, líneas sinuosas, composición a la japonesa. Era noble, formó parte de la vida bohemia de París, fue muy famoso y requerido en todas partes. A ver, vamos, que no todo fue rosas en su vida: las espinas le pasaron la cuenta, al final.

Como te decía, era aristócrata: su padre era conde. Si hubiese sobrevivido a su padre, hubiese heredado su título, pero no fue así: murió con 37 años. Era casi hijo único: su hermano había muerto al año de nacer. Henri disfrutaba de los deportes de la nobleza: la caza, la equitación, la cetrería, como su padre. Y le encantaba pintar caballos, cuadros de caza…  




Pero no estaba sano. En la pubertad se quejaba de que estaba siempre cansado. Hasta que un día tuvo un accidente con un caballo y se fracturó el fémur izquierdo. Al año y medio, el derecho. Su cuerpo no se desarrollaba de manera normal; lo pasaba mucho tiempo enfermo y los pinceles eran su única compañía. De adulto medía 1,52 cm, con torso normal, pero piernas cortas. Se dice que era debido a una enfermedad genética. Se tomaba a broma su condición física: nada de deprimirse o decaer por eso. El joven Henri, por su salud, no tenía demasiadas posibilidades de hacer una carrera acorde con su estatus social, así que nadie le puso trabas cuando dijo que quería ser pintor.

Toulouse-Lautrec, Baile en el Moulin Rouge, 1889

Toulouse- Lautrec, Ambassadeurs,
Aristide Bruant, 1892 (litografía)
Nunca tuvo problemas de dinero, como otros de sus colegas. Nació y murió en un castillo. El padre le asignó una renta. No tenía mucho contacto con él, pues sus padres se habían separado. A su madre le escribía casi todos los días. Se veía con su padre de tanto en tanto en París y muchas veces su madre se enteraba de en qué andaba su exmarido sólo a través de su hijo.

Las cartas son muchísimas. Escribe rápido, con mucha ironía y humor, mezclando de tanto en tanto palabras en inglés. En ellas no habla sobre su idea del arte, técnica o los acontecimientos artísticos de su época, para nada: a veces le comenta a su madre sobre su gripe; otras, le agradece el pavo y el vino que le envió. También escribe a marchantes, colegas, imprentas, amigos, pero en todas ellas sólo menciona asuntos a resolver y no mucho más.









Toulouse-Lautrec, La condesa de Toulouse-Lautrec
en el salón, 1887
Te elegí ésta que te detallo a continuación, pues a pesar de que no hay mucho para interpretar, puedes conocer de cerca cómo era realmente este artista. La destinataria es su madre, la escribe en la primavera de 1886. Para ese entonces, Toulouse-Lautrec ya era un autor reconocido, aunque su gran éxito todavía estaba por llegar. El muchacho se había mudado a Montmartre, un lugar lleno de bares, artistas bohemios, prostíbulos y teatros de baja estofa. Nada apto para alguien de su clase social. Frecuentaba la noche y lo pasaba bien. Había comenzado a beber. La madre, evidentemente, estaba muy preocupada por el tema: en una de sus cartas él le promete que va a dejar el alcohol. Pero, sin embargo, en otras te enteras de que ella le enviaba vino de la viña familiar en toneles; según él, para embotellarlo en París y regalarlo a sus amigos.







En esta carta están planeando los meses de verano con una estadía en Arcachon, en la playa. A Henri le hacía muy bien nadar.

Toulouse-Lautrec, En la sala de la Rue des Moulins, 1894


Verás que Henri comenta que el padre le quiere armar un taller cerca del Arco de Triunfo. La idea del padre era sacarlo de ese ambiente y que se codeara con los artistas establecidos y reconocidos en el Salón. Pero Henri ya había participado en un Salón y se había prometido a sí mismo no hacerlo nunca más. Se lo toma a risa: le propone a la madre abrir un salón de té en ese taller.

Toulouse-Lautrec, Divan Japonais, 1893
(litografía)
Otro detalle es la alusión a su barba de Auvergne, otra cosa que sacaría de quicio a sus padres: Auvergne era tenida como una región de campesinos brutos.

En fin, Toulouse-Lautrec es el pintor de los excluídos de esa sociedad. Se metió en la intimidad de esas mujeres y las retrató así como las veía. Quizás porque ellas no lo discriminaban por su apariencia. Quizás por romper con los valores familiares o por mostrar la hipocresía de ciertos personajes burgueses. Sin embargo, el alcohol pudo más y entró en una espiral de autodestrucción. Como te comentaba más arriba, murió muy joven en el castillo familiar, junto a sus padres.











“(París, Primavera 1886)
Mi querida mamá,
Mi dolor de garganta ya se fue, pero mi modelo quiere abandonarme. Ach, qué negocio tan sucio es el de la Pintura. Si ella no responde a mi ultimátum, no me queda más que chapucear un par de ilustraciones e ir hacia usted en agosto. En Arcachon me sumergiré en el agua. Papá me ha dado algo de dinero, pero no sé si es para el alquiler y si alcanza para vivir. Usted tendrá que ayudarme, en caso de duda, si gusta a su Majestad.  Como vamos a pasar un tiempo bastante largo en el campo, lo podremos compensar.  Quizás septiembre lo pase en París y vuelva en octubre para visitar a mi abuela. Papá me ha hablado de nuevo sobre un taller en el Arco de Triunfo, pero yo le he dicho claramente que no habría más que un Salón.  Quizás él lo tome y me deje mi taller. Eso sería una nueva combinación y nos daría la perspectiva de abrir un five o’clock tea. Piense sobre todo esto y sobre su muchacho, que trabaja duro tanto como puede y que le da un beso con su barba de Auvergne.
Yours,
Henri

Papá cazará patos en Rivaude.
El tío Charles y su señora están bien.”


Toulouse-Lautrec, Baile en el Moulin de la Galette, 1889

Fuentes: Toulouse-Lautrec, H. Die Briefe von Henri de Toulouse-Lautrec
München, Metamorphosis V., 1992
Traducción: C.del Rosso


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