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jueves, 12 de enero de 2023

Emociones y colores

(Imagen: C. del Rosso)

 


El mundo está lleno de colores. Todo lo que existe es colorido. ¿No es una maravilla? Es un fenómeno complejo, que abarca muchísimas disciplinas y que tiene en sí mismo varios niveles de análisis.

Hace mucho tiempo, cuando empecé con el blog, te expliqué algo sobre los colores. Tengo pasión por ellos: los colecciono, por decirlo de alguna manera, en lo que se te ocurra.  (Si te interesa el tema, puedes pinchar en el menú de la derecha en “Colores” y ahí tienes todos los artículos.)  Hablamos en esa oportunidad de que el color tiene una dimensión fisiológica; otra, simbólica y otra, puramente física/óptica. P.ej.: una cosa es el proceso de la visión y otra, qué significados tienen según nuestras propias experiencias. Y también, otra cosa es el color en sí en cuanto luz, qué propiedades tiene cada uno, cómo lo usamos, ya sea en pintura, diseño, en la ropa, etc. (Si quieres releer ese artículo, pincha aquí.)


Picasso, Mujer con brazos
cruzados, 1901

Sin embargo, dentro de la dimensión simbólica del color
habría que considerar otra, de tipo psicológico. Es decir, qué emociones o sentimientos suscita tal o cual color. No tengo competencias en este ámbito y muchas cosas se me escapan, te lo aseguro, aunque me gustaría darte una somera aproximación sobre esta cuestión.



En fin, mi impresión es que son teorías muy útiles, que sirven para sistematizar la infinita variedad de situaciones, pero decir que cierto color, supongamos, el amarillo (¿y cuántos matices de amarillo hay?), provoca una determinada emoción es generalizar demasiado. Cada ser humano es único y lo que a ti te conmueve, a mí me puede ser totalmente indiferente. Siguiendo con el amarillo (lo vimos por aquí), para nuestra cultura es el color de la traición, del veneno, advertencia… pero en Oriente es el color del sol, del Emperador, de la sabiduría… El caso del amarillo es bastante significativo, pues es el más contradictorio de todos.


Los psicólogos con los que he hablado del tema me insisten en que hay constantes que se repiten más allá de las individualidades. Que el rojo es pasión y odio, que el verde es esperanza, juventud, etc., etc. Bien, perfecto. ¿Y qué hacemos entonces con el rojo Ferrari, el rojo MacDonalds, el rojo Coca-Cola? No se nota mucho, pero son distintos tonos de rojo. Las empresas se esfuerzan muchísimo en fijar las características de su color de marca. Ferrari nos sugiere velocidad y competitividad; MacDonalds, sus hamburguesas; Coca-Cola, la chispa de la vida… ¿Seguimos? La taza roja del Nescafé sugiere el aroma del café. El banco Santander era originariamente verde; con el tiempo, para diferenciarse de la competencia (los bancos suelen ser azules, para dar sensación de confiabilidad) y según el color de la bandera de Cantabria, adoptaron el color rojo. De todas estas marcas, ¿qué emoción las une para que hayan elegido este color? Ninguna. Salvo que el rojo llama enseguida la atención en la publicidad y que implica fuerza, empuje… y nada más.

Matisse, Estudio en rojo, 1911


Los psicólogos defienden a capa y espada el test de Lüscher, una prueba en la que el paciente tiene que ordenar 7 tarjetas de colores (originalmente son 7 pero pueden ser más). A cada color le asignó un valor psicológico que dependerá de la posición en que coloque la tarjeta dicha persona. Creo que ayuda bastante, pero no puede ser determinante, a mi modo de ver.

En fin, uno de los libros que más te cito en cuanto a este tema es el de Eva Heller. Ella se ocupó de registrar todas las simbologías de cada color. Es un libro muy útil y revela un esfuerzo muy grande por parte de ella. Postula que el color que más nos gusta es el azul en todos sus matices, y el que menos gusta es el marrón (o tierra) y, específicamente uno que tiende hacia el verde oliva. 


Pantone 448C: El color más odiado del mundo
(Oliva grisáceo oscuro)

Una vez hice una encuesta entre mis alumnos y dio el mismo resultado que la de Eva Heller, o sea, parece ser que en este sentido esta preferencia por el azul y la negación del marrón es universal.

 

Sin embargo, en esto de las preferencias y la asignación de emociones a los colores es más bien una cuestión estadística y cultural, como, p.ej., la cuestión del luto en negro o blanco (lo vimos por aquí). Que el azul implica confianza, responsabilidad, profesionalidad, tiene que ver con la influencia de la historia, la religión, las costumbres, etc. Y así podríamos seguir con todos.


Marc, Los pequeños caballos azules, 1911

 

Ella considera que los colores psicológicos son 13: rojo, amarillo, azul, verde, naranja, violeta, que son los colores del círculo cromático (otra generalización didáctica, pero qué le vamos a hacer) y le agrega blanco, negro y gris (valores, en Pintura: te lo expliqué aquí) más dorado, plateado, marrón y rosa. No está mal: cada uno de éstos tienen emociones asociadas muy marcadas.  Dorado y plateado no son colores propiamente dichos, pero obviamente tienen un significado muy particular.


Picasso, Crucifixión, 1930

 

Eva Heller va más allá. Ella postula colores contrarios en cuanto a su significación psicológica. Así como tenemos colores complementarios en el círculo cromático (lo vimos aquí), habría colores contrarios según las emociones que provocan. (Las imágenes que siguen son mías.)

 



Éstos serían:
rojo/azul, rojo/blanco, azul/marrón, gris/amarillo, naranja/blanco, violeta/verde, marrón/blanco, rosa/negro, plateado/amarillo, gris/dorado o marrón.

 




No es muy complicado descubrir por qué:
son cualidades que ya les adjudicamos de por sí a estos colores. El rojo y el azul es una oposición de agresión-pasividad, entre otras cosas. El rojo y el blanco: fuerza vs. debilidad o pasión vs. impasibilidad.





Azul y marrón
: lo celestial/ideal contra lo terrenal/real…








Amarillo y gris:
lo brillante contra lo sucio. 









Naranja y blanco
: lo intenso contra lo humilde.  








Verde y violeta
: lo natural contra lo artificial. 







Sigo:
blanco y marrón representan lo limpio vs. lo sucio.







Negro y rosa:
insensibilidad contra sensibilidad. 







Plata y amarillo:
la discreción contra lo inoportuno. 







Por último,
oro y gris/marrón: puro, noble contra lo impuro o cotidiano.

 

Si uno quisiera usar estas parejas de colores opuestos, psicológicamente hablando, se daría un mensaje contradictorio, según ella. Sin embargo, ¿cuántas veces hemos visto combinaciones de rojo y azul o rojo y blanco (p.ej.: en camisetas de fútbol)? Hay otras combinaciones que no son tan frecuentes, como el gris y el oro o el plateado y el amarillo, pero, ¿por qué no?

 

Y algo más. Ella hace un ejercicio interesante, que consiste en buscar combinaciones de colores que definan una emoción. Esto no lo termino de entender del todo. Mejor dicho, no entiendo cómo llega a estas conclusiones, si es porque sólo se le ocurre a ella o tiene algún otro fundamento que se me está escapando.


 

 Te lo explico con algunos ejemplos que da ella.

 




La sugerencia de inteligencia
estaría dada por un acorde de azul en un 25%; blanco, con 25% y plata en un 15%. ¿Por qué? El azul reúne todas las virtudes y se acentúa con blanco. Un poco de plata aporta el matiz de lo intelectual. (No da la cuenta, pero así lo dice ella.)

 






Por el contrario, la estupidez
estaría representada por marrón (24%), gris (20%), rosa (18%) y negro ( 8%). Marrón por ser el color odiado y a la vez humilde; gris por la falta de solidez intelectual, rosa por la ingenuidad y negro, por la ignorancia. (No da la cuenta, pero así lo dice ella.)

 

¿Otro?


La combinación de colores para la alegría se da con rojo (22%), amarillo (20%), naranja (15%) y verde (13%), o sea, un cóctel de amor, optimismo, energía y esperanza. (Falta un 30%... ¿por qué será? Así lo da ella.)



 


La tristeza, por el contrario,
sería un 80% negra (claro que sí), tendría un 8% de gris, 5% de violeta y un 5% de blanco (no me da la cuenta, pero así lo dice ella).

 

Y así sigue con una lista larga de emociones.

 




Y hasta aquí llego yo. Según esto una emoción/sentimiento/virtud/cualidad (como lo quieras llamar) estaría compuesta por otras tantas. Cada una de ellas se expresa por medio de un color y así saldría la gama de colores correspondiente a esa emoción. ¿No se podría decir, p.ej., que la tristeza es negra o es gris (o azul, en el ámbito anglosajón), directamente, sin tener que desgranarla en varios colores-emociones? ¿Y cómo llega a esos porcentajes?

 

Picasso, Lydia Delectorskaya,
1947






Me pregunto si esto sería aplicable
, por decir algo, en decoración de interiores o en estampados de telas: si quiero proyectar alegría, ¿debería diseñarlos con esos colores y en esos porcentajes? No lo veo tan claro: no creo que para proyectar alegría se deban usar necesariamente rojo, amarillo, naranja y verde.

 

Me da la impresión de que tiene la intención de objetivar algo que es puramente subjetivo, que depende de múltiples factores y poco comprobable científicamente.

 












Bueno, no sé nada de psicología y estoy llena de dudas. No sé si lo estoy entendiendo bien. ¿A ti qué te parece?

 

Fuentes: Gage, J. Color and Meaning. Los Ángeles, University California Press, 1999

 Heller, E. Wie Farben auf Gefühl und Verstand wirkenMünchen, Droemer V., 2000

Welsch, N.-Liebmann, C.Chr. Farben. München, Elsevier V., 2004




2 comentarios :

  1. Hola Cristina, muy buen artículo, sin embargo creo que es difìcil agotarlo en una nota ya que hay otras consideraciones muy importantes, como por ejemplo la relación gestáltica entre la figura y el fondo en la teoría del color, la distancia del observador (si el color del cuadro "inunda" o no la percepción), y por supuesto la luz, siempre tan decisiva en los colores y la emociones, muchos saludos!! Tomás H

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  2. Hola, Tomás. Gracias por tu comentario! Así es. El fenómeno del color es inabarcable; tiene distintas facetas que hay que considerar. En este artículo quise centrarme en los aspectos psicológicos. (Y no sé si lo termino de entender.) Saludos.

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