(Imagen: C. del Rosso) |
El mundo está lleno de colores. Todo lo que existe es colorido. ¿No es una maravilla? Es un fenómeno complejo, que abarca muchísimas disciplinas y que tiene en sí mismo varios niveles de análisis.
Hace mucho tiempo, cuando empecé con el blog, te expliqué
algo sobre los colores. Tengo pasión por ellos: los colecciono, por decirlo de
alguna manera, en lo que se te ocurra.
(Si te interesa el tema, puedes pinchar en el menú de la derecha en
“Colores” y ahí tienes todos los artículos.)
Hablamos en esa oportunidad de que el color tiene una dimensión
fisiológica; otra, simbólica y otra, puramente física/óptica. P.ej.: una cosa
es el proceso de la visión y otra, qué significados tienen según nuestras
propias experiencias. Y también, otra cosa es el color en sí en cuanto luz, qué
propiedades tiene cada uno, cómo lo usamos, ya sea en pintura, diseño, en la
ropa, etc. (Si quieres releer ese artículo, pincha aquí.)
Picasso, Mujer con brazos cruzados, 1901 |
Sin embargo, dentro de la dimensión simbólica del color habría que considerar otra, de tipo psicológico. Es decir, qué emociones o sentimientos suscita tal o cual color. No tengo competencias en este ámbito y muchas cosas se me escapan, te lo aseguro, aunque me gustaría darte una somera aproximación sobre esta cuestión.
En fin, mi impresión es que son teorías muy útiles, que
sirven para sistematizar la infinita variedad de situaciones, pero decir que
cierto color, supongamos, el amarillo (¿y cuántos matices de amarillo hay?),
provoca una determinada emoción es generalizar demasiado. Cada ser humano es
único y lo que a ti te conmueve, a mí me puede ser totalmente indiferente.
Siguiendo con el amarillo (lo vimos por aquí), para nuestra cultura es el color
de la traición, del veneno, advertencia… pero en Oriente es el color del sol,
del Emperador, de la sabiduría… El caso del amarillo es bastante significativo,
pues es el más contradictorio de todos.
Los psicólogos con los que he hablado del tema me
insisten en que hay constantes que se repiten más allá de las individualidades.
Que el rojo es pasión y odio, que el verde es esperanza, juventud, etc., etc.
Bien, perfecto. ¿Y qué hacemos entonces con el rojo Ferrari, el rojo
MacDonalds, el rojo Coca-Cola? No se nota mucho, pero son distintos tonos de
rojo. Las empresas se esfuerzan muchísimo en fijar las características de su
color de marca. Ferrari nos sugiere velocidad y competitividad; MacDonalds, sus
hamburguesas; Coca-Cola, la chispa de la vida… ¿Seguimos? La taza roja del
Nescafé sugiere el aroma del café. El banco Santander era originariamente
verde; con el tiempo, para diferenciarse de la competencia (los bancos suelen
ser azules, para dar sensación de confiabilidad) y según el color de la bandera
de Cantabria, adoptaron el color rojo. De todas estas marcas, ¿qué emoción las
une para que hayan elegido este color? Ninguna. Salvo que el rojo llama
enseguida la atención en la publicidad y que implica fuerza, empuje… y nada
más.
Matisse, Estudio en rojo, 1911 |
Los psicólogos defienden a capa y espada el test de
Lüscher, una prueba en la que el paciente tiene que ordenar 7 tarjetas de
colores (originalmente son 7 pero pueden ser más). A cada color le asignó un
valor psicológico que dependerá de la posición en que coloque la tarjeta dicha
persona. Creo que ayuda bastante, pero no puede ser determinante, a mi modo de
ver.
En fin, uno de los libros que más te cito en cuanto a este tema es el de Eva Heller. Ella se ocupó de registrar todas las simbologías de cada color. Es un libro muy útil y revela un esfuerzo muy grande por parte de ella. Postula que el color que más nos gusta es el azul en todos sus matices, y el que menos gusta es el marrón (o tierra) y, específicamente uno que tiende hacia el verde oliva.
Pantone 448C: El color más odiado del mundo (Oliva grisáceo oscuro) |
Una
vez hice una encuesta entre mis alumnos y dio el mismo resultado que la de Eva
Heller, o sea, parece ser que en este sentido esta preferencia por el azul y la
negación del marrón es universal.
Sin
embargo, en esto de las preferencias y la asignación de emociones a los colores
es más bien una cuestión estadística y cultural, como, p.ej., la cuestión del
luto en negro o blanco (lo vimos por aquí). Que el azul implica confianza,
responsabilidad, profesionalidad, tiene que ver con la influencia de la
historia, la religión, las costumbres, etc. Y así podríamos seguir con todos.
Marc, Los pequeños caballos azules, 1911 |
Ella
considera que los colores psicológicos son 13: rojo, amarillo, azul, verde,
naranja, violeta, que son los colores del círculo cromático (otra
generalización didáctica, pero qué le vamos a hacer) y le agrega blanco, negro
y gris (valores, en Pintura: te lo expliqué aquí) más dorado, plateado, marrón
y rosa. No está mal: cada uno de éstos tienen emociones asociadas muy marcadas. Dorado y plateado no son colores propiamente
dichos, pero obviamente tienen un significado muy particular.
Picasso, Crucifixión, 1930 |
Eva
Heller va más allá. Ella postula colores contrarios en cuanto a su
significación psicológica. Así como tenemos colores complementarios en el
círculo cromático (lo vimos aquí), habría colores contrarios según las
emociones que provocan. (Las imágenes que siguen son mías.)
Éstos serían: rojo/azul, rojo/blanco, azul/marrón, gris/amarillo, naranja/blanco, violeta/verde, marrón/blanco, rosa/negro, plateado/amarillo, gris/dorado o marrón.
No es muy complicado descubrir por qué: son cualidades que ya les adjudicamos de por sí a estos colores. El rojo y el azul es una oposición de agresión-pasividad, entre otras cosas. El rojo y el blanco: fuerza vs. debilidad o pasión vs. impasibilidad.
Azul y marrón: lo celestial/ideal contra lo terrenal/real…
Amarillo y gris: lo brillante contra lo sucio.
Naranja y blanco: lo intenso contra lo humilde.
Verde y violeta: lo natural contra lo artificial.
Sigo: blanco y marrón representan lo limpio vs. lo sucio.
Negro y rosa: insensibilidad contra sensibilidad.
Plata y amarillo: la discreción contra lo inoportuno.
Por último, oro y gris/marrón: puro, noble contra lo impuro o cotidiano.
Si uno quisiera usar estas parejas de colores opuestos, psicológicamente hablando, se daría un mensaje contradictorio, según ella. Sin embargo, ¿cuántas veces hemos visto combinaciones de rojo y azul o rojo y blanco (p.ej.: en camisetas de fútbol)? Hay otras combinaciones que no son tan frecuentes, como el gris y el oro o el plateado y el amarillo, pero, ¿por qué no?
Y
algo más. Ella hace un ejercicio interesante, que consiste en buscar
combinaciones de colores que definan una emoción. Esto no lo termino de
entender del todo. Mejor dicho, no entiendo cómo llega a estas conclusiones, si
es porque sólo se le ocurre a ella o tiene algún otro fundamento que se me está
escapando.
Te lo explico con algunos ejemplos que da ella.
La sugerencia de inteligencia estaría dada por un acorde de azul en un 25%; blanco, con 25% y plata en un 15%. ¿Por qué? El azul reúne todas las virtudes y se acentúa con blanco. Un poco de plata aporta el matiz de lo intelectual. (No da la cuenta, pero así lo dice ella.)
Por el contrario, la estupidez estaría representada por marrón (24%), gris (20%), rosa (18%) y negro ( 8%). Marrón por ser el color odiado y a la vez humilde; gris por la falta de solidez intelectual, rosa por la ingenuidad y negro, por la ignorancia. (No da la cuenta, pero así lo dice ella.)
¿Otro?
La
combinación de colores para la alegría se da con rojo (22%), amarillo (20%),
naranja (15%) y verde (13%), o sea, un cóctel de amor, optimismo, energía y
esperanza. (Falta un 30%... ¿por qué será? Así lo da ella.)
La tristeza, por el contrario, sería un 80% negra (claro que sí), tendría un 8% de gris, 5% de violeta y un 5% de blanco (no me da la cuenta, pero así lo dice ella).
Y
así sigue con una lista larga de emociones.
Y
hasta aquí llego yo. Según esto una emoción/sentimiento/virtud/cualidad (como
lo quieras llamar) estaría compuesta por otras tantas. Cada una de ellas se
expresa por medio de un color y así saldría la gama de colores correspondiente
a esa emoción. ¿No se podría decir, p.ej., que la tristeza es negra o es gris
(o azul, en el ámbito anglosajón), directamente, sin tener que desgranarla en
varios colores-emociones? ¿Y cómo llega a esos porcentajes?
Picasso, Lydia Delectorskaya, 1947 |
Me pregunto si esto sería aplicable, por decir algo, en decoración de interiores o en estampados de telas: si quiero proyectar alegría, ¿debería diseñarlos con esos colores y en esos porcentajes? No lo veo tan claro: no creo que para proyectar alegría se deban usar necesariamente rojo, amarillo, naranja y verde.
Me
da la impresión de que tiene la intención de objetivar algo que es puramente
subjetivo, que depende de múltiples factores y poco comprobable
científicamente.
Bueno,
no sé nada de psicología y estoy llena de dudas. No sé si lo estoy entendiendo
bien. ¿A ti qué te parece?
Fuentes: Gage, J. Color and Meaning.
Los Ángeles, University California Press, 1999
Heller, E. Wie
Farben auf Gefühl und Verstand wirken. München, Droemer V., 2000
Welsch, N.-Liebmann, C.Chr. Farben.
München, Elsevier V., 2004
Hola Cristina, muy buen artículo, sin embargo creo que es difìcil agotarlo en una nota ya que hay otras consideraciones muy importantes, como por ejemplo la relación gestáltica entre la figura y el fondo en la teoría del color, la distancia del observador (si el color del cuadro "inunda" o no la percepción), y por supuesto la luz, siempre tan decisiva en los colores y la emociones, muchos saludos!! Tomás H
ResponderEliminarHola, Tomás. Gracias por tu comentario! Así es. El fenómeno del color es inabarcable; tiene distintas facetas que hay que considerar. En este artículo quise centrarme en los aspectos psicológicos. (Y no sé si lo termino de entender.) Saludos.
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