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jueves, 22 de abril de 2021

Nos vamos de fiesta

 

Mondrian, Boogie-Woogie, 1942


 ¡A bailar!

Este blog nació un 23 de abril de 2014. ¡Cumplimos 7 años! Parece mentira.

Al principio teníamos bastantes dudas. ¿Funcionará? ¿Le gustará a la gente esto que escribo? ¿Con qué diseño lo presentaremos? Teníamos muy poco tiempo para armarlo: yo me había retrasado con los textos; en ese momento estaba en medio de la preparación de una exposición muy importante. Pero no hay plazo que no llegue y lo largamos como pudimos. Hoy vemos esos primeros artículos con nostalgia y mucho cariño. Tuvo muy buena acogida desde el principio. Y gracias a ti, que nos sigues todas las semanas, se ha consolidado luego de todos estos años.

Sorolla, Andalucía: El baile, 1915


Los cumpleaños hay que festejarlos, ¿no es cierto? El año pasado te invité a deleitarte con postres. No sabía cómo celebrarlo este año. Y pensé que, con lo mal que lo estamos pasando todos, no vendría mal hacer una fiesta, salir a bailar…aunque sea de manera virtual. ¿Te animas?

¡Que empiece el baile!!!
¿Te gusta bailar? ¡A mí me encanta! ¿Por qué será que hay gente que se deja llevar por el ritmo y otras lo detestan? ¿Será porque tienen miedo de hacer el ridículo?

Figari, Baile colonial, sg. XX



Los seres humanos tenemos la danza metida dentro de nosotros desde tiempos inmemoriales. ¡Basta con ver las danzas rituales de los frescos de Pompeya! 

Anónimo, Danza, Villa de los Misterios,
Pompeya, sg. I


Los dioses griegos también bailaban, o al menos así se los imaginaron Poussin o Claudio de Lorena.

En la Historia de la Pintura tenemos tantos ejemplos… Dentro de la pintura costumbrista (lo vimos aquí) abundan las obras de fiestas de campesinos, pasándolo bien. Brueghel el Viejo era un especialista en este tema. Se cuenta que él se disfrazaba de campesino, aparecía como si nada por ahí, llevando algún regalo, como para no quedar mal, y participaba del evento como uno más. Seguramente lo disfrutaba muchísimo; de esas escapadas sacaba más de un motivo de inspiración para sus cuadros.

Brueghel el v., Baile de labriegos, 1568



Como es de rigor en esta familia, también tenemos este cuadro de Brueghel el Joven, el Velours (el hijo del que te mencioné antes; para conocer la historia de estos artistas, pincha aquí). Su padre había pintado la boda de los campesinos; él, la fiesta posterior (te lo mostré por aquí).

Brueghel el J. Velours, El baile de la boda, sg. XVII



Rubens no podía ser menos y también pintó este motivo. Fíjate en el remolino de brazos entrelazados, una verdadera cadena humana en forma de espiral. Rubens, un maestro en provocar la ilusión de movimiento!

Rubens, Danza campesina, sg. XVII



Picasso, Baile aldeano,
1921

Teniers
(otro de la familia Brueghel), Steen, Watteau y tantos otros aprovecharon el motivo del campesino disfrutando de la vida, como si éstos encarnaran la idea de la felicidad en la naturaleza. También Picasso retomó este tema, utilizando la técnica del pastel.















Y Goya tampoco se lo podía perder… A ver: Goya pintó al campesino, pero también el baile galante. Mira a estas parejas, bailando junto al río Manzanares (cuando todavía eso era campo…)

Goya, Baile a orillas del Manzanares, 1777


Ah, pero no me he olvidado de Watteau: nos trae figuras diminutas en medio de paisajes idealizados (lo vimos por aquí). Las famosas “fiestas galantes”, donde los protagonistas viven en un mundo ilusorio, ajenos a la realidad (catastrófica, por otra parte) que los rodeaba.

Watteau, Fiesta en un parque, 1712


¿Y las fiestas de máscaras?

Longhi, Baile de máscaras, sg. XVIII


Longhi, El profesor de baile, 
1741

Y si hay baile, hay profesores para las debutantes. La fiesta en Venecia era cosa seria…










Renoir, Baile en
Bougival, 1882

Estos dos cuadros de Renoir los he tenido siempre en mi colección de preferidos.
Representa como nadie estas 2 maneras de ver la danza. Para la danza en el campo posaron Suzanne Valadon (que luego fue pintora) y su amigo, Paul Lhote, artista como él.












Renoir, Baile en la
ciudad, 1882

¿Y qué me dices de esta pareja, en la ciudad, en un baile de salón?
¡Qué elegancia!
















Tissot, El baile, sg. XIX

Pero, espera, mira éste de Tissot: podríamos titularlo “Ver y dejarse ver”.



















Y no nos podemos olvidar del Moulin de la Galette y Toulouse-Lautrec… (puedes ver algo aquí y aquí).

Toulouse-Lautrec, En el Moulin de la Galette, 1889



¿No tenemos algo más reciente? Espérate. Mira este cuadro tan famoso, por cierto, de Matisse. Formas simples, colores planos y vibrantes. Las figuras, con las manos entrelazadas, girando sin fin… ¿No te hace recordar al Rubens de más arriba?

Matisse, La danza, 1910



En la pintura actual las figuras danzantes desaparecieron con la abstracción. Pero no por eso los pintores hemos dejado de pintar el baile! Mondrian, sí, ése de los rectángulos y rayas negras, al llegar a Nueva York, se puso a pintar los nuevos ritmos, el jazz, el boogie-woogie y le salió esto. ¡Los pintores nunca dejamos de experimentar!

Palazuelo, La danza I, 1994

Palazuelo
es un artista que investigó durante mucho tiempo la relación entre la música y la pintura. En su obra tiene muchísimos ejemplos que bien valdrían como una partitura.
















No puse ningún ejemplo de las bailarinas de Degas con sus tutús… pero ¡mira esta escuela de danza tan particular! ¿No le falta ritmo, verdad?

Picabia, Estrella danzante y su escuela de baile, 1913, 
acuarela



Gracias por leer este blog durante tantos años.

Y ya que no podemos irnos de fiesta todos juntos, espero que al menos hayas disfrutado de todos estos bailes, tan diferentes, tan lejanos y tan cercanos.



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