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jueves, 29 de abril de 2021

Cuadros al vacío

Velázquez, Las Meninas, vs. intervención digital de David Bokeh 


¿Adónde se han ido todos?

Ya ha pasado un año desde que una pandemia nos encerró en nuestras casas. Esperábamos con ansias que este año trajera el fin de la pesadilla, pero no.

Contemplamos desde nuestras ventanas las calles desoladas, como nunca las habíamos visto. Las despoblamos y vimos cómo los gorriones, las gaviotas y hasta los jabalíes se aventuraban en nuestros dominios.

Dalí, Joven en una ventana, vs. intervención digital
de David Bokeh

Hace unos años me ofrecieron un lugar para exponer y propuse el tema de la presencia-ausencia: cómo interactuamos con el mundo; cómo muchas veces las ausencias son más significativas que la presencia de la figura humana. Pinté durante 2 años investigando este tema y, al final, la exposición no se pudo hacer. Y ahí quedó todo.

Unos años más tarde, visitando el Museo Lázaro Galdiano (te lo conté aquí), me topé con una obra de José Manuel Ballester, el Jardín de las Delicias de El Bosco vaciado. Ballester saca una foto de alguna pintura importante y la manipula digitalmente para quitarle las figuras. No es el único que lo hace: esta técnica se llama “emptying paintings”. Lo que los pintores hacíamos pintando, configurando la composición bajo esa idea, ahora se puede hacer con programas de edición de imágenes (basta con ver La Gran Vía de A.López o las obras de Hopper).

Ballester, El Jardín deshabitado, 2008 (Imagen: M. Lázaro
Galdiano)



Ballester, Lugar para una 
anunciación, 2007 (Imagen:
Museo Lázaro Galdiano)

No le presté mucha atención, la verdad.
En ese momento tenía interés en otras cosas. Más adelante, tuve la oportunidad de ver en una colección privada su versión de La Anunciación de Fra Angelico.  ¡Quién nos hubiese dicho en ese momento que íbamos a pasar por esta pandemia!
















En fin, en el encierro cada uno buscó su manera de salir adelante. Yo me puse a pintar senderos, un tema que tenía previsto, pero que en ese momento encajaba con la necesidad de la esperanza, de encontrar una salida (en todo sentido). Tengo la suerte de tener el taller en mi casa; a algunos colegas los pescó con trabajos a medio hacer en el taller y sin poder ir hasta allí. David Bokeh se puso a vaciar cuadros con Photoshop.

A David lo conocí vía Twitter precisamente por sus obras de arte vaciadas. Es fotógrafo y diseñador. Yo no tengo la menor idea de Photoshop, así que de entrada me llamó mucho la atención lo que hacía. Si no lo conoces, mira en su página web el resultado de sus vaciados (pincha aquí).

Viéndolos en conjunto, hubo varios detalles que me llenaron de preguntas. En algunos casos la imagen resultante no te dice absolutamente nada: ah, muy interesante, y punto. Pero en otros… el cuadro vaciado sigue contando una historia. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué en algunos las figuras son determinantes y en otros, no? Se lo planteé a David y a él también le surgían esas mismas preguntas.

Hopper, Noctámbulos, vs. intervención
digital de D.Bokeh


Me quedé con el tema dando vueltas en la cabeza varios días. Aquí van mis reflexiones. No creo que haya agotado el tema y supongo que habrá detalles que se me escapan. (Si se te ocurre algo más o tienes otro enfoque, ¡cuéntanos!)











Si en una obra aparece una figura humana, ésta se convierte en la protagonista: capta toda la atención, es el foco. El vaciado anula la relación entre foco y fondo. Éstos dos son indisolubles (al menos, hasta que llegó Photoshop). Pintamos el fondo antes que cualquier cosa, pues éste nos determina la atmósfera del trabajo; sin embargo, de entrada está subordinado a la idea que motiva a esa obra. El entorno no es arbitrario: lo decidimos según el mensaje que queremos trasmitir. Puedo darle importancia al fondo o no. Puede ser parte de la historia, un escenario para la acción, o sólo un decorado.

Por ejemplo, tomemos el caso de El beso de Klimt. ¿Alguien le presta atención a este fondo? Necesitamos un fondo, un espacio, para que transcurra la acción. Aquí es meramente decorativo, acoge a los personajes y punto.

Klimt, El beso, vs. intervención digital de David Bokeh



En el caso de aquéllos pensados como decorado, al sacar las figuras, el entorno pierde significación. No nos dice nada. No cuenta nada más. Está sólo el vacío y, como es una obra conocida, nos queda el recuerdo latente de esas figuras que fueron borradas. Pero si lo pintáramos en una obra nueva, y no conocida, no tendría sentido. Ni siquiera valdría como obra abstracta.

Matisse, La Danza, vs. 
intervención digital de D.Bokeh


Te pongo otro ejemplo
, La Danza
de Matisse. El artista pinta ese fondo así, con esos colores y forma, porque dan apoyo a las figuras. No quiere decir que el fondo no sea importante. Al contrario, esos bailarines necesitan ese fondo y no da igual que sea ése u otro. Ésa es la visión del artista al componerlo. ¿Le quita valor a la obra original? No. El vaciado convierte a esa obra en otra, y en formato digital.  Pero, además, desde el punto de vista de la composición, ya no se sostiene por sí misma. Jamás pintaríamos un cuadro de esa manera.












Pero mira qué pasa con el Perro hundido de Goya. Desaparece y extrañas a esa cabecita asomándose… ¿Podría valer como una obra independiente la imagen vaciada? Creo que sí.

Goya, Perro hundido, vs. intervención digital de D. Bokeh


¿Qué pasa con los fondos concebidos como escenario? En este caso los personajes actúan en un entorno y son parte de él. Hay una unidad entre ese foco y fondo: ambos se complementan. Las figuras dan sentido al espacio y éste es imprescindible para reforzar el mensaje. Sin embargo, al ser vaciado, la imagen sigue siendo válida; puede funcionar como una obra independiente aún sin las figuras.


Vermeer, La lechera, vs. intervención
digital de David Bokeh

Detengámonos en
La lechera
de Vermeer. Nuestro pintor la congeló en el tiempo, vertiendo leche desde el cántaro por siglos. El foco de atención es la criada, pero lo que la define es ese hilo blanco que cae. Cuando la criada desaparece de la imagen, su presencia aún late. Ese espacio necesita de ella y la sigue esperando. ¿Adónde se fue? ¿Qué fue a hacer? ¿Ha ido a limpiar o encender el fuego en la cocina?  El fondo es un escenario, como en el teatro, cuando esperamos ansiosos a que se abra el telón y comience la función.










Velázquez, Las hilanderas, vs.
intervención digital de D. Bokeh

Otro: Las hilanderas de Velázquez, una obra impresionante, que compite cabeza a cabeza con Las Meninas. No hay nadie, pero aún así pensamos en que se retomará el trabajo interrumpido en cualquier momento. El tapiz del fondo también está vacío. ¿Habría que haberlo dejado con sus figuras? Si conoces un poco de qué va esta obra, verás que no. Ese tapiz es el que da sentido a toda la composición y, en realidad, hay que leerlo de atrás hacia adelante. Lo mismo vale con Las Meninas: ¿adónde se han ido todos? El cuadro en el caballete sigue estando ahí, esperando a que el maestro siga pintando. ¿Vale como cuadro? Sí. Y ahí está el genio de Velázquez en el manejo del espacio: el espejo, el hueco de la puerta del fondo, la perspectiva todavía sigue fiel al propósito del pintor.









Así es como una obra, cuyo artista pensó el fondo como un escenario, al despojarla de sus figuras, cuenta otra historia, cambia su mensaje. Y, como son cuadros que conocemos, el efecto se agudiza aún más por comparación, pues esas ausencias nos remiten inconscientemente a los anteriores ocupantes.

Brueghel el V., Paisaje nevado,
vs. intervención digital de D.Bokeh

Un caso particular se da con los paisajes
en los que las figuras sólo lo animan, que no son protagonistas de la acción, como pasa con el Paisaje nevado de Brueghel el V. Sigue siendo un paisaje, con o sin personajes.
















Lo mismo pasa con Mata Mua de Gauguin. El paisaje está perfectamente compuesto y no hay diferencias en cuanto al mensaje.

Gauguin, Mata mua, vs. intervención digital de D.Bokeh



¿Y con los interiores? Ya vimos los dos de Velázquez. Un interior es un lugar habitable. Si sacas a sus ocupantes, la soledad de esos espacios reclaman su presencia. 

van Eyck, El matrimonio Arnolfini, vs. intervención
digital de D. Bokeh



Las ventanas dejan entrar el exterior a esos interiores. Enmarcan el paisaje exterior y no necesitan imperiosamente de esas figuras. Pero si las vemos de afuera hacia adentro, como en Murillo, se convierte en un agujero negro que nos plantea un montón de preguntas: ¿quién vive allí?, ¿cómo es la casa?

Murillo, Dos jóvenes en la ventana, vs. intervención
digital de D.Bokeh



Otro punto especial son las naturalezas muertas (o quietas, ver aquí). Interactuamos con objetos; cada uno tiene una función o significado especial, y por eso mismo, aluden a una presencia humana. Una naturaleza muerta es el testimonio de ese interactuar. P.ej.: una silla sirve para sentarse y una silla vacía es la evidencia de alguien que la ocupó u ocupará (mira este cuadro mío, o las de van Gogh). Mira lo que pasa cuando se elimina la figura de este cuadro de Casas: ¿qué pasó? ¿Adónde se fue? Dejó el puro allí…

Casas, Au Moulin de la Galette, vs. intervención digital de
D. Bokeh


Gérôme, Diógenes de Sinope,
vs. intervención digital de 
David Bokeh
Y lo mismo con el de Gérôme: el tonel y la lámpara nos dicen que ahí debería estar Diógenes.



















Caravaggio, La Cena de Emaús,
vs. intervención digital de 
David Bokeh

Y la Cena de Emaús de Caravaggio
(lo vimos aquí): sin los personajes, el cuadro se convierte en un bodegón. Pero aún así los elementos nos siguen indicando qué es lo que pasó allí.

















Botticelli, El nacimiento de Venus, vs.
intervención digital de D.Bokeh

El objeto hace perdurar a la presencia humana.
 Los objetos que nos rodean se definen por su función, por su relación con nosotros mismos. Por eso a mí me parece que también deberían desaparecer en la edición digital. Fíjate, p.ej.,
en el Nacimiento de Venus de Botticelli. ¿Qué hace eso ahí en medio del cuadro? Sólo tiene sentido si sirve de apoyo a Venus.













Otra consideración: el vaciado incorpora el factor temporal; recupera la importancia del espacio, antes dominado por el protagonista, e inserta el tiempo. Por eso se cuenta otra historia. Creo que esto se ve perfectamente en El columpio de Fragonard. Se han ido hace un ratito, quién sabe adónde, y el columpio sigue balanceándose…

Fragonard, El columpio, vs. intervención digital de David Bokeh



Algunos critican esta intervención o manipulación de las obras de arte. ¿Cuántas veces se ha hecho esto en la Historia? ¿Cuántas veces se ha reinterpretado a Las Meninas, por dar un ejemplo? ¿Y qué me dices de la versión de la Mona Lisa por Duchamp? Antes sólo era cuestión de pintar otro cuadro; ahora ni siquiera hace falta: se trabaja sobre una imagen digital.

Bueno, esto se me hizo muy largo. ¡Espero que te haya interesado el tema!   

(A ver con qué nuevo vaciado nos sorprende David....) 


Imágenes cedidas por David Bokeh.

Puedes seguir a David en:
Twitter: @DavidBokeh
Instagram: david_bokeh
En YouTube (te lo recomiendo)


4 comentarios :

  1. ¡Buenísimo! No sabía que existía esto, y la diferencia entre un cuadro vaciado y otro es notable, para darle mil vueltas... Gracias y un abrazo, Cristina :)

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    1. Hola, Gabi,
      Dale, pensalo y contanos... Creo que se me están escapando muchas cosas...

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    2. Chinga tu puta madre hijo de puta son una puta mierda de dibujos y se ve que estan editados

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