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Velázquez, Las Meninas, vs. intervención digital de David Bokeh |
¿Adónde se han ido todos?
Ya ha pasado un año desde que una
pandemia nos encerró en nuestras casas. Esperábamos con ansias que este año
trajera el fin de la pesadilla, pero no.
Contemplamos desde nuestras
ventanas las calles desoladas, como nunca las habíamos visto. Las despoblamos y
vimos cómo los gorriones, las gaviotas y hasta los jabalíes se aventuraban en
nuestros dominios.
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Dalí, Joven en una ventana, vs. intervención digital de David Bokeh |
Hace unos años me ofrecieron un
lugar para exponer y propuse el tema de la presencia-ausencia: cómo interactuamos
con el mundo; cómo muchas veces las ausencias son más significativas que la
presencia de la figura humana. Pinté durante 2 años investigando este tema y, al
final, la exposición no se pudo hacer. Y ahí quedó todo.
Unos años más tarde, visitando el
Museo Lázaro Galdiano (te lo conté aquí), me topé con una obra de José Manuel
Ballester, el Jardín de las Delicias de El Bosco vaciado. Ballester saca
una foto de alguna pintura importante y la manipula digitalmente para quitarle
las figuras. No es el único que lo hace: esta técnica se llama “emptying
paintings”. Lo que los pintores hacíamos pintando, configurando la composición
bajo esa idea, ahora se puede hacer con programas de edición de imágenes (basta
con ver La Gran Vía de A.López o las obras de Hopper).
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Ballester, El Jardín deshabitado, 2008 (Imagen: M. Lázaro Galdiano) |
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Ballester, Lugar para una anunciación, 2007 (Imagen: Museo Lázaro Galdiano) |
No le presté mucha atención, la
verdad. En ese momento tenía interés en otras cosas. Más adelante, tuve la
oportunidad de ver en una colección privada su versión de La Anunciación
de Fra Angelico. ¡Quién nos hubiese
dicho en ese momento que íbamos a pasar por esta pandemia!
En fin, en el encierro cada uno
buscó su manera de salir adelante. Yo me puse a pintar senderos, un tema que
tenía previsto, pero que en ese momento encajaba con la necesidad de la esperanza,
de encontrar una salida (en todo sentido). Tengo la suerte de tener el taller
en mi casa; a algunos colegas los pescó con trabajos a medio hacer en el taller
y sin poder ir hasta allí. David Bokeh se puso a vaciar cuadros con Photoshop.
A David lo conocí vía Twitter
precisamente por sus obras de arte vaciadas. Es fotógrafo y diseñador. Yo no
tengo la menor idea de Photoshop, así que de entrada me llamó mucho la atención
lo que hacía. Si no lo conoces, mira en su página web el resultado de sus vaciados
(pincha aquí).
Viéndolos en conjunto, hubo
varios detalles que me llenaron de preguntas. En algunos casos la imagen
resultante no te dice absolutamente nada: ah, muy interesante, y punto. Pero en
otros… el cuadro vaciado sigue contando una historia. ¿Por qué pasa esto? ¿Por
qué en algunos las figuras son determinantes y en otros, no? Se lo planteé a
David y a él también le surgían esas mismas preguntas.
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Hopper, Noctámbulos, vs. intervención digital de D.Bokeh |
Me quedé con el tema dando
vueltas en la cabeza varios días. Aquí van mis reflexiones. No creo que haya
agotado el tema y supongo que habrá detalles que se me escapan. (Si se te
ocurre algo más o tienes otro enfoque, ¡cuéntanos!)
Si en una obra
aparece una figura humana, ésta se convierte en la protagonista: capta toda la
atención, es el foco. El vaciado anula la relación entre foco y fondo. Éstos
dos son indisolubles (al menos, hasta que llegó Photoshop). Pintamos el fondo
antes que cualquier cosa, pues éste nos determina la atmósfera del trabajo; sin
embargo, de entrada está subordinado a la idea que motiva a esa obra. El
entorno no es arbitrario: lo decidimos según el mensaje que queremos trasmitir.
Puedo darle importancia al fondo o no. Puede ser parte de la historia, un
escenario para la acción, o sólo un decorado.
Por ejemplo,
tomemos el caso de El beso de Klimt. ¿Alguien le presta atención a este fondo? Necesitamos un fondo,
un espacio, para que transcurra la acción. Aquí es meramente decorativo, acoge
a los personajes y punto.
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Klimt, El beso, vs. intervención digital de David Bokeh |
En el caso de aquéllos
pensados como decorado, al sacar las figuras, el entorno pierde significación.
No nos dice nada. No cuenta nada más. Está sólo el vacío y, como es una obra
conocida, nos queda el recuerdo latente de esas figuras que fueron borradas.
Pero si lo pintáramos en una obra nueva, y no conocida, no tendría sentido. Ni
siquiera valdría como obra abstracta.
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Matisse, La Danza, vs. intervención digital de D.Bokeh
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Te pongo otro
ejemplo, La Danza de Matisse. El artista pinta ese fondo así, con esos
colores y forma, porque dan apoyo a las figuras. No quiere decir que el fondo
no sea importante. Al contrario, esos bailarines necesitan ese fondo y no da
igual que sea ése u otro. Ésa es la visión del artista al componerlo. ¿Le quita
valor a la obra original? No. El vaciado convierte a esa obra en otra, y en
formato digital. Pero, además, desde el
punto de vista de la composición, ya no se sostiene por sí misma. Jamás
pintaríamos un cuadro de esa manera.
Pero mira qué pasa con el Perro hundido de Goya. Desaparece y extrañas a esa cabecita asomándose…
¿Podría valer como una obra independiente la imagen vaciada? Creo que sí.
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Goya, Perro hundido, vs. intervención digital de D. Bokeh |
¿Qué pasa con
los fondos concebidos como escenario? En este caso los personajes actúan en un
entorno y son parte de él. Hay una unidad entre ese foco y fondo: ambos se
complementan. Las figuras dan sentido al espacio y éste es imprescindible para
reforzar el mensaje. Sin embargo, al ser vaciado, la imagen sigue siendo
válida; puede funcionar como una obra independiente aún sin las figuras.
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Vermeer, La lechera, vs. intervención digital de David Bokeh |
Detengámonos en
La lechera de Vermeer. Nuestro pintor la congeló en el tiempo, vertiendo
leche desde el cántaro por siglos. El foco de atención es la criada, pero lo
que la define es ese hilo blanco que cae. Cuando la criada desaparece de la
imagen, su presencia aún late. Ese espacio necesita de ella y la sigue
esperando. ¿Adónde se fue? ¿Qué fue a hacer? ¿Ha ido a limpiar o encender el
fuego en la cocina? El fondo es un
escenario, como en el teatro, cuando esperamos ansiosos a que se abra el telón
y comience la función.
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Velázquez, Las hilanderas, vs. intervención digital de D. Bokeh
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Otro: Las
hilanderas de Velázquez, una obra impresionante, que compite cabeza a
cabeza con Las Meninas. No hay nadie, pero aún así pensamos en que se
retomará el trabajo interrumpido en cualquier momento. El tapiz del fondo
también está vacío. ¿Habría que haberlo dejado con sus figuras? Si conoces un
poco de qué va esta obra, verás que no. Ese tapiz es el que da sentido a toda
la composición y, en realidad, hay que leerlo de atrás hacia adelante. Lo mismo
vale con Las Meninas: ¿adónde se han ido todos? El cuadro en el caballete
sigue estando ahí, esperando a que el maestro siga pintando. ¿Vale como cuadro?
Sí. Y ahí está el genio de Velázquez en el manejo del espacio: el espejo, el
hueco de la puerta del fondo, la perspectiva todavía sigue fiel al propósito
del pintor.
Así es como una obra, cuyo
artista pensó el fondo como un escenario, al despojarla de sus figuras, cuenta
otra historia, cambia su mensaje. Y, como son cuadros que conocemos, el efecto
se agudiza aún más por comparación, pues esas ausencias nos remiten inconscientemente
a los anteriores ocupantes.
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Brueghel el V., Paisaje nevado, vs. intervención digital de D.Bokeh |
Un caso particular se da con los
paisajes en los que las figuras sólo lo animan, que no son protagonistas de la
acción, como pasa con el Paisaje nevado de Brueghel el V. Sigue siendo un paisaje, con o sin
personajes.
Lo
mismo pasa con Mata Mua de
Gauguin. El paisaje está perfectamente compuesto y no hay diferencias en cuanto
al mensaje.
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Gauguin, Mata mua, vs. intervención digital de D.Bokeh |
¿Y con
los interiores? Ya vimos los dos de Velázquez. Un interior es un lugar
habitable. Si sacas a sus ocupantes, la soledad de esos espacios reclaman su
presencia.
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van Eyck, El matrimonio Arnolfini, vs. intervención digital de D. Bokeh |
Las
ventanas dejan entrar el exterior a esos interiores. Enmarcan el paisaje exterior
y no necesitan imperiosamente de esas figuras. Pero si las vemos de afuera
hacia adentro, como en Murillo, se convierte
en un agujero negro que nos plantea un montón de preguntas: ¿quién vive allí?, ¿cómo es la casa?
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Murillo, Dos jóvenes en la ventana, vs. intervención digital de D.Bokeh |
Otro
punto especial son las naturalezas muertas (o quietas, ver aquí). Interactuamos
con objetos; cada uno tiene una función o significado especial, y por eso
mismo, aluden a una presencia humana. Una naturaleza muerta es el testimonio de
ese interactuar. P.ej.: una silla sirve para sentarse y una silla vacía es la
evidencia de alguien que la ocupó u ocupará (mira este cuadro mío, o las de van
Gogh). Mira lo que pasa cuando se elimina la figura de este cuadro de Casas: ¿qué pasó?
¿Adónde se fue? Dejó el puro allí…
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Casas, Au Moulin de la Galette, vs. intervención digital de D. Bokeh |
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Gérôme, Diógenes de Sinope, vs. intervención digital de David Bokeh |
Y lo mismo con el de Gérôme: el
tonel y la lámpara nos dicen que ahí debería estar Diógenes.
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Caravaggio, La Cena de Emaús, vs. intervención digital de David Bokeh |
Y la Cena
de Emaús de Caravaggio (lo vimos aquí): sin los personajes, el cuadro se
convierte en un bodegón. Pero aún así los elementos nos siguen indicando qué es
lo que pasó allí.
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Botticelli, El nacimiento de Venus, vs. intervención digital de D.Bokeh |
El
objeto hace perdurar a la presencia humana. Los objetos que nos rodean se definen por su función, por su relación con nosotros mismos. Por eso a mí me parece que también
deberían desaparecer en la edición digital. Fíjate, p.ej., en el Nacimiento de Venus de Botticelli. ¿Qué hace eso ahí en medio del cuadro? Sólo
tiene sentido si sirve de apoyo a Venus.
Otra
consideración: el vaciado incorpora el factor temporal; recupera la importancia
del espacio, antes dominado por el protagonista, e inserta el tiempo. Por eso se
cuenta otra historia. Creo que esto se ve perfectamente en El columpio
de Fragonard. Se han ido hace un ratito, quién sabe adónde, y el columpio sigue balanceándose…
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Fragonard, El columpio, vs. intervención digital de David Bokeh |
Algunos
critican esta intervención o manipulación de las obras de arte. ¿Cuántas veces
se ha hecho esto en la Historia? ¿Cuántas veces se ha reinterpretado a Las
Meninas, por dar un ejemplo? ¿Y qué me dices de la versión de la Mona
Lisa por Duchamp? Antes sólo era cuestión de pintar otro cuadro; ahora ni
siquiera hace falta: se trabaja sobre una imagen digital.
Bueno,
esto se me hizo muy largo. ¡Espero que te haya interesado el tema!
(A ver con qué nuevo vaciado nos sorprende David....)
Imágenes cedidas por David Bokeh.
Interesantisimo!!! Gracias Cristina!!
ResponderEliminar¡Buenísimo! No sabía que existía esto, y la diferencia entre un cuadro vaciado y otro es notable, para darle mil vueltas... Gracias y un abrazo, Cristina :)
ResponderEliminarHola, Gabi,
EliminarDale, pensalo y contanos... Creo que se me están escapando muchas cosas...
Chinga tu puta madre hijo de puta son una puta mierda de dibujos y se ve que estan editados
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