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jueves, 6 de mayo de 2021

El pintor de las botellas


 


Morandi, Naturaleza muerta

Giorgio Morandi es uno de esos artistas que no son fáciles de etiquetar. Vivió de manera aislada en su pueblo, encerrado en su taller y experimentando con sus botellas, jarrones, botes, boles, cajas… ¿Era un obsesivo, un maniático? Para nada. ¿Qué lo llevaba a pintar una y otra vez los mismos objetos, ésos que tenía en su casa?

Bueno, no sólo pintó bodegones, sino también paisajes, algunas flores y pocos autorretratos. Pero sus cuadros de botellas son los más numerosos: más de 700, contra los 100 paisajes… Y se lo conoce así, por sus bodegones monocromos y esa rareza suya de repetir siempre lo mismo.


¿Por qué lo hacía? Por un afán de investigar y entender la relación de las formas y el espacio. Era una época en que los fovistas se decantaban por el color, los cubistas rompían la figura en miles de pedazos y la abstracción ganaba terreno. Morandi seguía siendo tradicional, a su manera. Sin embargo, iba más allá, como lo había hecho De Chirico: pretendía encontrar la esencia del objeto y quitarle de encima eso de ser una mera copia de la realidad.

Lo lograba pintándolos una y otra vez, en distintas posiciones y agrupamientos. Por eso, sus cuadros hay que analizarlos en conjunto, como variaciones de un mismo tema.

No por nada se lo llama “el pintor de las botellas”.

En la presentación de este mes vamos a perseguir a este jarrón blanco a través de su obra.

¿Me acompañas?

Fuentes: Ceruti, V. y otros. Giorgio Morandi: Quello degle bottiglie? Bologna, MAMbo, 2012

Pasini, R. Morandi. Bologna, Ed. Bologna, 1989







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