Vermeer, Calle de Delft, 1658 |
La expo de Velázquez, Rembrandt y Vermeer del Museo del Prado estuvo todo el verano. Me daba pereza: está siempre lleno de turistas, hay que hacer cola con el calor… Recién esta semana pasada pude ir a verla y no me dio tiempo para hacerle un huequito en el blog para ti: ¡termina el 29!
Esta vez también tuve que hacer cola, aunque no fue
más de 15’ (por suerte: ¿no era que la próxima iba a sacar las entradas
online????). No sé si has podido ir a visitarla. Quizás te sirva que te cuente
mi experiencia…
Tiépolo, Busto de personaje oriental, 1791, pastel (Imagen: Museo del Prado) |
Zuloaga, Una manola, 1907 (Imagen: masdearte.com) |
En fin, a estas alturas estaba lo suficientemente
cansada y todavía me faltaba media hora para mi turno de entrada a la expo
“Miradas afines”. Un rato en la cafetería reconforta a cualquiera…
Zurbarán, Bodegón, sg. XVII |
Y llegó el momento. ¿Qué tienen que ver entre sí
estos 3 pintores? Velázquez era español, murió en 1660 y viajó poco: sólo 2
viajes a Italia. Aunque no le hacía falta: en la Corte española tenía al
alcance de la mano obras maravillosas. Rembrandt era holandés y Holanda era
enemiga acérrima de España; murió en 1669 y no salió de su país. Vermeer murió
en 1675, sabemos muy poco de él y aparentemente tampoco salió de Holanda.
Vermeer tiene una relación indirecta con Rembrandt, ya que su (aparentemente)
maestro, Carel Fabritius, fue discípulo de Rembrandt. De todas maneras, Rembrandt
era lo suficientemente famoso como para que Vermeer conociera sus obras. ¿Y qué
pasa con Velázquez? Seguramente nunca se encontraron, aunque es probable que
estuvieran al tanto de lo que hacían unos y otros a través de los grabados que
circulaban por ahí. Ninguno de los 3 dejó testimonios escritos, así que supongo
que nunca nos enteraremos de mucho más.
El hilo conductor de la expo propone que, aunque no
se hayan conocido entre sí, los 3 tienen mucho en común, más allá de los
nacionalismos que impone la Historia del Arte academicista. Me parecía un planteo
un poco débil y me interesaba entender la idea. La expo comienza con
comparaciones sobre la moda de la época: negro por todas partes. No le vi mucho
sentido empezar con este tema: los Habsburgos, haciendo gala de austeridad y
sencillez, pusieron de moda el negro. Sin embargo, lograr que ese color tuviera
un tinte profundo, oscuro y duradero en una tela no era precisamente barato… Y
los holandeses, que habían sido parte del Imperio Español, recibieron esa
influencia; sin embargo, cuando se independizaron siguieron usándolo: era
coherente con el puritanismo calvinista. En fin, que estos 3 pintores
retrataran a la gente así es, para mí, una cuestión accesoria: simplemente
ellos se vestían así. Entre golillas, puntillas y lechuguillas, contemplé
magníficos cuadros de Hals, El Greco, Fabritius, Goltzius, Rembrandt…
Y ¡oh,
sorpresa!, el magnífico cuadro de Rembrandt, El gremio de los pañeros. No me lo esperaba, realmente: ¡me salvé
de ir hasta Amsterdam! Es un cuadro que no se puede explicar: hay que verlo en
vivo y en directo. Es cuando te das cuenta de que las reproducciones no sirven
para nada: el manejo de la luz, del movimiento, el juego de las miradas, las
manos, la jerarquía de los personajes, el difuminado… Aun así, creo que
hubiesen tenido que colgarlo un poco más alto, pues se pierde el efecto de “Te
estoy mirando, espectador”, que era lo que Rembrandt pretendía. (Y así estuvo
colgado largo tiempo en la sede del gremio.)
Rembrandt, El gremio de los pañeros, 1662 |
Velázquez, El bufón don Sebastián de Morra, 1643 |
Vermeer, El geógrafo, 1668 |
Rembrandt, Autorretrato como San Pablo, 1661 |
Y en la otra sala saltamos al gusto por el lujo y los bodegones: van der Hamen, van der Ast, Zurbarán, Claesz, Ramírez…
van der Hamen, Bodegón con alcachofas, flores y recipiente de cristal, 1627 |
Velázquez, Vista del jardín de la Va. Medicis, Roma, por la tarde, 1649 |
Un momento, ¿qué veo!: ¡Vermeer y Velázquez juntitos! La calle de Delft, una joya, un pequeño regalo de la Historia de la Pintura, y el jardín de la Villa Medici (te lo mostré aquí). Curiosamente, los 2 del mismo tamaño: ¿sería porque era un formato portátil? (Conste que no había tubos de óleo todavía.) Un verdadero regalo ver estos 2 cuadritos juntos: el de Velázquez, quizás pintado al aire libre; el de Vermeer, copiado con su cámara oscura y terminado en taller y de una minuciosidad imposible.
Ter Bruggen, Demócrito, 1628 |
van der Vackert, El orfebre Bartholomeus Jansz der Assendelft, 1627 |
Hals, Retrato de un hombre, 1630 |
Exposición “Velázquez, Rembrandt, Vermeer: Miradas afines” (pincha en los títulos si quieres verlas online)
“El Gabinete de descanso de Sus Majestades”, hasta
el 24 de noviembre (Te recomiendo el video en el que se recorre la sala.)
Donación Hans Rudolf Gerstenmaier, hasta el 12 de
enero 2020
No siempre estuvieron ahí
Y si te da ganas darte una vuelta por artículos anteriores:
Sobre Velázquez, pincha aquí, aquí, otro poco por aquí, y aquí.
Sobre Rembrandt, pincha aquí y aquí.
Sobre Vermeer, pincha aquí, aquí y por aquí.
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