navigation bar

jueves, 19 de junio de 2025

Los condenados, al Infierno

 

Delacroix, La barca de Dante, 1822


Delacroix, La barca de Dante

“Tétrico”. Es lo que se te pasa por la cabeza cuando ves este cuadro por primera vez.

Delacroix, un genio del Romanticismo francés. Te confieso: no es de mis favoritos. Pero hay que sacarse el sombrero ante él.

Tenía 24 añitos. Presenta este cuadro en el Salón Oficial, poniendo el punto sobre las íes. ¿Por qué? ¿Qué tiene de novedoso esto?

Uno: que ya no hay griegos ni romanos (lo vimos por aquí). Dos: que la Naturaleza ya no es un lugar sereno, refugio de las almas o decorado de escenas mitológicas. Tres: que los personajes expresan vivamente sus emociones.

A mucha gente esto no le gustó, pero a otros les encantó, hasta tal punto que se lo compraron enseguidita. Con 24 años y sin currículum.

Además, era un estudioso del color y en su pincelada está el germen de la pintura impresionista.

¿Lo vemos?

Te cuento algo más en la presentación.

(Si quieres releer posts anteriores sobre Delacroix, te dejo aquí los enlaces:

La madurez del pintor

El pintor y el compositor




Fuentes: Delacroix, E. The Journal. New York, Phaidon Press, 2010;

Zeitler, R. Die Kunst des 19. Jahrhunderts. Berlín, Propyläen V., 1990


No hay comentarios :

Publicar un comentario