La amistad entre Delacroix y Chopin
Siemiradzki. Concierto de Chopin para la familia Radziwill en Berlín, 1837 |
Como les conté ya alguna vez,
Delacroix nos legó un diario extensísimo que, inmediatamente después de su
muerte, se convirtió en bibliografía obligatoria para todos los pintores
franceses. Monet recurría siempre a él; Degas le recomendó a Julie Manet su
lectura, aunque a la jovencita le resultó un aburrimiento total. Para el gusto
literario actual también es aburrido, pero hay que tener en cuenta que es un
diario personal, no escrito para ser leído por otros (al menos, así parece que
era la intención del autor). Y como ya les comenté, es bastante largo. Vale la
pena leerlo, si quieres conocer la idiosincrasia de los artistas románticos.
Un aspecto importante de su vida
es su relación con la música.
No es músico él mismo, como ocurre con otros
pintores como Klee o Kandinsky, sino un gran entendido y asiduo asistente a
salones, teatros y conciertos. En su diario hace críticas a las
interpretaciones, analiza las representaciones, el desempeño de los directores…
Admira a Mozart por sobre todos los demás; para él Beethoven encarna el
espíritu del Romanticismo. Detestaba las malas interpretaciones hasta tal punto
que se retiraba de la sala o bien, descargaba toda su furia escribiendo en su
diario contra esa mala experiencia.
Delacroix, Chopin, 1838 |
En 1838, Georges Sand le presenta
a Chopin. Éste tenía 28 años y Delacroix, 40. Pese a la diferencia de edad,
surge entre ellos una gran amistad y admiración mutua, aunque, al parecer, y
según lo que comenta Georges Sand, Chopin no entendía mucho de pintura. Delacroix
consideraba que el compositor tenía un “talento encantador” y que era “divino”
en sus interpretaciones.
Delacroix, Georges Sand, 1838 |
Asisten a conciertos juntos, discuten
sobre música o visitan el Museo de Luxemburgo. Delacroix comienza ese mismo año
un retrato de Chopin y su amiga, pero no lo termina. Cuando Delacroix muere,
este cuadro es encontrado en su estudio y alguien lo corta en 2 para poder
sacar más rédito económico.
En 1847 la tuberculosis que
sufría Chopin se agudiza: será una larga agonía de casi 3 años. Delacroix lo
acompaña en su convalecencia y siempre respetando su intimidad. Lo visita a
menudo y conversan sobre diversos temas.
Delacroix, Estudio para el retrato de G. Sand y Chopin, 1838 |
Chopin muere en octubre de 1849. Delacroix se entera ese día a la hora del almuerzo:
siente muchísimo esa pérdida, como una injusticia cósmica que semejante alma
refinada deje este mundo. Incluso muchos años más tarde, Delacroix menciona en su diario a su amigo y recuerda con tristeza sus maravillosas interpretaciones.
Kwiatkowski, Chopin en su lecho de muerte, 1849 |
En el pasaje que hoy les presento, el pintor relata una de esas visitas, en el que el tema es precisamente el ennui, el spleen inglés, la melancolía o aburrimiento de los románticos.
“Sábado, 14 de abril
La tarde en lo de Chopin; lo encontré muy
abatido, sin respirar. Mi presencia, después de algún rato, le hizo bien. Me
decía que el aburrimiento era su tormento más cruel. Le pregunté si no había
conocido en otro tiempo ese vacío insoportable que yo siento algunas veces. Me
ha dicho que siempre busca ocuparse en alguna cosa; por muy poco importante que
sea, una ocupación llena los momentos y aparta esos vapores. Otra cosa son los
sufrimientos.”
(1849)
Fuentes: Delacroix, E. The Journal of Eugène Delacroix,
London, Phaidon Press,1995;
Texto original en
francés: Wikisource
Traducción: Cristina
del Rosso
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