Boceto para "La paz descendiendo a la Tierra", Hôtel de Ville, 1852 |
"Martes, 12 de Octubre
(…) ¿cómo puede ser que no me aburra nunca con
un pincel en mi mano y que sienta que, si mis fuerzas lo pudieran soportar, nunca
dejaría de pintar, salvo para comer y dormir? Recuerdo que antes, en aquella
edad en la que se presume de entusiasmo y fuerza de imaginación y que la
experiencia falta a todas estas bellas cualidades, me paraba en cada paso, a
menudo desmotivado. Es una triste burla de la naturaleza que esta situación sea
las que nos viene con la vejez. La madurez se completa y la imaginación sigue
tan fresca, tan activa como siempre, especialmente en el silencio de las locas
e impetuosas pasiones que esa edad trae consigo; pero las fuerzas faltan,
los sentidos están gastados y necesitan más descanso que movimiento. Y sin
embargo, con todos estos inconvenientes, ¡qué consolación la que obtenemos del
trabajo!
¡Qué feliz estoy de no tener que
buscar la felicidad como lo pretendía antes! ¿De qué salvaje tiranía me ha
arrancado esta debilidad del cuerpo? Lo que menos me preocupaba era mi pintura.
Por lo tanto, se debe hacer lo que se pueda; si la naturaleza rechaza el trabajo más de un cierto
número de veces, no debemos violentarla, sino considerarnos afortunados por lo
que nos deja hacer; no dedicarse a la
persecución de alabanzas, que no son más que viento, y disfrutar más del trabajo
en sí y de las horas deliciosas que le siguen, con el sentimiento profundo de que
nos hemos ganado nuestro descanso por medio de una saludable fatiga, que mantiene la salud del alma. Esto impide
que la herrumbe por los años entumezca los nobles sentimientos."
(1852)
Autorretrato con chaleco verde, 1837 |
Siente la necesidad de expresar
sus ideas por escrito, ya sea en artículos de revistas o en su diario. Le
preocupa tener una buena pluma, ser un buen ensayista. Y a fuerza de practicar, consigue una prosa
fluída (aunque un poco soporífera para nuestro gusto). A su muerte quedan libretas y hojas sueltas con todo este material, que se dispersan por distintas
razones. Finalmente, es compilado en 3 volúmenes y ha sido bibliografía obligatoria para todos los artistas franceses. En él nos describe
pormenorizadamente detalles de su vida
cotidiana, sus cambiantes estados de ánimo o sus pensamientos acerca de la
pintura, del teatro, de la literatura o de la música. O bien, anota cuestiones puramente
técnicas sobre veladuras, pigmentos, fondeados o dibujo. Aparecen citados
personajes famosos de la época, con los cuales pasea, visita galerías, se va de
viaje, asiste a conciertos o a fiestas: Chopin (de
quien era amigo íntimo), Dumas, Berlioz, Baudelaire, Merimeé, Balzac, Corot,
Courbet o Géricault.
Apolo derribando a la Pitón, Galería de Apolo, Museo del Louvre, 1851 |
El fragmento que les he elegido
esta vez está escrito en París: acaba de volver de una función teatral y escribe sus impresiones sobre la función. Sus pensamientos lo llevan a comparar el oficio del actor y del pintor. En estos momentos estaba terminando la
decoración del Salón de la Paz en el Hôtel de Ville (destruido en 1871). El año
anterior había terminado la de la Galería de Apolo en el Louvre.
Texto en francés, ver link
Fuentes: Delacroix, E. The Journal. New York, Phaidon Press, 2010;
Zeitler, R. Die Kunst des 19. Jahrhunderts. Berlín, Propyläen V., 1990
Traducción: C.del Rosso y L. Vigo
Thanks!
ResponderEliminarTake a look of my web page
cristinadelrosso.com
I hope that you enjoy it.
Regards