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Marc, Los pequeños caballos azules, 1911 |
me tomaron examen
En algunos círculos laborales o sociales, saber de arte te da un plus ante los demás. Te ponen el título de culto y te respetan cada vez que hablas con propiedad sobre estos temas. Como con la historia del jefe de nuestro amigo (te lo conté por aquí).
Y ni qué hablar de cómo disfrutas cuando entiendes, cuando aprendes a mirar.
Esta vez vamos a dejar a nuestro amigo de la empresa de refrescos y nos vamos a ir a una gran ciudad europea y a un restaurante de carnes.
Nos habían invitado a una reunión de negocios con un alto dirigente de la Unión Europea. Había que lograr que diera un curso de capacitación sobre no sé qué y la negociación estaba atascada.
Nosotros no teníamos nada que ver con el asunto, pero a una de las partes le interesaba que fuéramos y, especialmente yo, pues este funcionario había llegado con su señora y, para que no se aburriera, ahí estaba yo, conversando con ella, mientras los otros trataban de lograr un acuerdo.
La verdad, no me acuerdo de qué tal estaba la comida. Se sentía en el aire la tensión entre los que estábamos en la mesa.
De repente, este señor se dirigió a mí y sacó un estuche de anteojos (o gafas, como quieras).
"Cristina, ¿Ud. conoce este cuadro?"
Me habían presentado como profesora de arte, bloguera, etc.
Plop. Silencio absoluto en la mesa. Todos me miraban como diciendo:
"Que no meta la pata, que no meta la pata... "
El estuche de anteojos se lo había regalado su familia en una visita a la Staatsgalerie de Stuttgart, ocasión en la que celebraban su cumpleaños.
Nunca tuve la oportunidad de visitar este museo, pero las obras que conserva las conozco muy bien, y, especialmente, las del arte alemán moderno.
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Macke, Franz Marc, 1910 |
Pues, sí, claro que lo conocía. (El resto de la mesa suspiró aliviado.) Son los "Pequeños caballos azules", de Franz Marc, pintor expresionista alemán, que murió en la 1ra Guerra Mundial y que buscaba la pureza en el alma de los animales, pues el ser humano la había perdido hacía rato y la guerra era consecuencia de esto. Censurado, obviamente, en la exposición "Entartete Kunst", bla, bla, bla. (Tuve suerte.)
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Marc, Los primeros animales, 1910 |
Incluso, hasta tengo un libro sobre Marc que tiene ese cuadro en la portada (pero eso no se lo dije).
Los demás se relajaron. La conversación se encauzó y este señor accedió a los términos de la negociación.
Evidentemente, él ya tenía una decisión tomada, pero ¿por qué me hizo esa pregunta que nada que ver con lo que estaban hablando?
Pues, para saber con quiénes estaba tratando. Para saber si estaban al mismo nivel que él y si le convenía aceptar.
No te quiero decir que yo tuve el mérito de que la cosa resultara bien, pero ayudé bastante. Los demás me lo agradecieron muchísimo.
Esa fue una de las situaciones en las que comprendí el valor de saber estas cosas. Va más allá del gusto personal, de pasar el rato con algo entretenido.
(No es un cuento: es una historia real.)
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