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jueves, 10 de agosto de 2023

Todo vale: Antoni Tapiès


Tapiès, Efecto de bastón en relieve, 1979


 De vacaciones


El arte de nuestro tiempo da para la polémica.

Qué quieres que te diga. Tapiès te desconcierta, para bien o para mal. Cuando yo veo fotos como ésta pienso en qué bien lo pasaba creando. Feliz como un chico de jardín de infantes. Hay que reconocer que eso es un logro: volver a ser niño a través de la Pintura.



Tapiès, Relieve con cuerdas, 1963

Resumir en pocas palabras la obra de Tapiès es un tanto imposible
. Es una mezcla de arte povera, minimalismo, expresionismo… ¿Es esto Pintura? ¿Un collage es Pintura? Otra vez con las definiciones y etiquetas: no hay pincel, no hay pinturas, pero son obras bidimensionales. ¿Realmente? ¿Y qué hacemos con las obras que tienen volumen, relieves?









Tapiés, Puerta metálica y violín, 1956

En él la tradición académica no cuenta.
Es capaz de armar un tremendo cuadro con polvo de mármol y cemento que pesa toneladas y es una quimera colgarlo en una casa. Es capaz de pegar un violín a una cortina metálica. O hacer desaparecer un objeto (un bastón, una tabla de madera) debajo del lienzo del cuadro.







Huellas. Desmaterialización de los objetos. Reasignaciones de significado. Espiritualización de los objetos cotidianos. Interprétalo como quieras.

Tapiès, Materia en forma de pie, 1963


En sus obras se respira libertad creativa. No le tiene miedo a nada.

Tapiès, Materia ocre, 1984 (Imagen:
Fundación Tapiès)

Y siempre las cruces,
las “T”, inicial de su apellido y del nombre de su querida esposa, Teresa. ¿Hay intención mística? De alguna manera, sí. 










Tapiès, 1,2,3;
1995

Estaba influido tremendamente por la filosofía oriental.
¿Parecen grafitis? Sí, también.


Y cuando pinta “en serio”, la pintura es como un suspiro (sí, a la manera de Rothko: lo vimos por aquí). Usa el barniz como pintura: es jugar con las transparencias.



Tapiès, Jeroglíficos, 1985


Hablábamos de relieves hace poco. Tapiès es el extremo. ¿Qué es lo que lo lleva a esconder un bastón debajo de la tela? Si nos dejaran tocar los cuadros, hasta un ciego podría disfrutarlo. Si Rothko sugería con sus rectángulos puertas, ventanas, para hacernos meditar, Tapiès pega las puertas directamente: y están cerradas. ¿Son infranqueables?  (¿O están abiertas?)

Tapiès, Puertas y flechas, 1987 (Imagen: MNAC)


Botticelli, Retrato de hombre
con medalla, 1474
Y pensar en los esfuerzos de los renacentistas, que trataban de captar la realidad tal cual se la ve, con pura geometría, con la perspectiva lineal, para que el cuadro sea una ventana en la pared… (lo vimos por aquí). Todo eso se fue al demonio: ¿para qué pintar los objetos si podemos pegarlos? ¿Qué más realidad que ésa? (Tampoco es algo tan nuevo. Mira este cuadro de Botticelli: la medalla es en relieve, yeso moldeado y pintado.)








Si la Pintura ha sido siempre imitación de la realidad, si su objetivo era provocar una ilusión… ¿qué hacemos ahora? ¿Sigue habiendo ilusión/engaño aun cuando pegamos cosas? El esfuerzo por lograr la ilusión de la tridimensionalidad, del volumen, nos llevó por este camino. ¿Hay retorno? ¿Cómo se avanza después de esto? (Si se puede hablar de progreso en el arte: ese debate mejor dejarlo para después.)

Tapiès, Capitoné, 1986 (Imagen: Fundación Tapiès)


De lo que no hay ninguna duda es que Tapiès lo pasaba fenomenal en su taller.

Tapiès, Impresión de cesta sobre ropa, 1980

Fuentes: Ballabriga, M.A. y otros, Tápies.Valencia,  Edic. Rayuela, 1992

Triadó Tur, Tàpies. Madrid, Susaeta, 2001


 

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