Jardines del Palacio Bellevue, Berlín (Imagen: C.del Rosso) |
Querida colega
Qué te cuento que me reuní con un
grupo de pintoras a tomar un café, en una terracita con muchas flores, árboles,
buen aire… Se agradece; hay que hacer estas cosas de vez en cuando. Intercambio
de opiniones, de proyectos para el futuro, qué estamos haciendo cada una de
nosotras…, entretenido. Por supuesto, siempre llega el punto en que hablamos de
las clases que damos, de los alumnos, de cómo responden, etc. etc.
Renoir, Mujer en el jardín, 1873 |
Una de ellas sacó el tema de una amiga común, paisajista muy premiada, a la que convenció para que se pusiera a pintar y tomara clases con ella.
Esta señora era muy reticente con la pintura, pues decía que no sabe dibujar. Lo mismo de siempre: el miedo a la frustración, al fracaso, sin intentarlo, siquiera, porque te sacaron las ganas de entrada. Entonces, para convencerla y que superara ese miedo, le dijo:
“Si tú eres tan buena paisajista, serás muy buena pintora”.
Crear un jardín es lo
mismo que pintar, según ella. Y aquí sí que no coincidimos, querida colega.
Jardín barroco francés, Palacio Belvedere, Viena (Imagen: C.del Rosso) |
A ver: te explico. ¿Qué tienen en
común pintar y diseñar un jardín? ¡Nada que ver! Habría que preguntarle a
Monet o a Sorolla, ¿no? Creo que ellos dirían que no es lo mismo. Claro, sí, hay que ser
creativos, hay una composición, se juega con colores, pero…
Sorolla, Jardín de la casa Sorolla, 1918 |
En un jardín tienes elementos muy
peculiares. Hay plantas perecederas, flores que brotan en determinadas
estaciones, árboles de hoja perenne… O sea, trabajas con el paso del tiempo. En
Pintura, no: tus colores serán los que decidas poner y estarán así durante
mucho tiempo (y siempre y cuando uses materiales de calidad y que tu cuadro no
tenga la mala suerte de caer en manos de un restaurador advenedizo).
Monet, El estanque de los nenúfares, 1909 |
Por otro lado, la Pintura tiene
sólo 2 dimensiones y hay que lidiar con cómo representar la profundidad. Sin
embargo, en un jardín, por más pequeño que sea, además del paso de las
estaciones, tienes que pensar en diferentes alturas, profundidad, distancia
lejos-cerca, usos del espacio: si es un lugar para descansar, para fiestas o para
comer… No es lo mismo, de ninguna manera.
Jardín japonés, Jardín Suizenji-Jojuen, Kumamoto, Japón |
Hay estilos de jardines, así como
existen diferentes estilos en la Pintura. Desde el jardín minimalista y árido,
pasando por el jardín japonés y terminando con el jardín barroco. O el jardín
inglés, que no es lo mismo que el francés o el italiano.
Jardín inglés, Reino de los jardines, Dessau-Wörlitz |
Que juegas con colores, sí,
claro. No es lo mismo un jardín multicolor, que uno en el que se destaca el
blanco. Esos colores vienen determinados por las plantas que pondrás y que no
serán cualesquiera, no: depende de si son plantas de sol, de semisombra, de
sombra; del tipo de sustrato que tienes o del clima de la zona.
Jardín italiano, Jardín Giusti, Verona |
Por otra parte, la base de todas las armonías de color se da por el verde de las hojas. Los diseñadores de jardines trabajan con su propio círculo cromático: no hay negros, p.ej. Los tierra se dan por las hojas que caen en otoño; no hay flores marrones. Con lo cual, la paleta cambia según la estación del año.
Por supuesto, la teoría del color se aplica también en
esto: si el verde es la base, hay que pensar en complementarios
(rojo-naranja…), análogos (azules, violetas), contrastes múltiples… Puedes
dedicarte solamente a la combinación de colores de las flores, obviando el de
las hojas: contraste de complementarios
(p.ej., amarillo con violeta; los vimos aquí)
o armonías dentro de un mismo matiz (azul violáceo, violeta rojizo,
violeta, azul). También puedes diseñar un jardín con sólo colores fríos o
colores cálidos, como prefieras. (Vimos este tipo de contraste aquí.)
Jardines de La Granja de San Ildefonso, España (Imagen: C. del Rosso) |
La proporción de cada color
también importa. Puedes tener una mayor presencia de azules y algunos toques de
blanco, p.ej. (Esto lo vimos aquí.)
Con los colores puedes modificar
la percepción del espacio. P.ej.: en un terreno pequeño, para dar profundidad,
no hay nada mejor que colocar en el fondo flores azules. Tampoco deben faltar
los puntos focales, ya sea con plantas de colores vivos, un macizo o algún
objeto decorativo como fuentes, farolillos, estatuillas, la iluminación, etc. En
este sentido, el diseño debe guiar la vista del espectador, tal como hacemos
cuando componemos un cuadro.
Caillebotte, El parque en la Propiedad Caillebotte en Yerres, 1875 |
El jardín de Giverny de Monet es
un ejemplo de todo esto: puntos focales en senderos, flores en 3 alturas que van
cambiando según la estación del año, sombras reparadoras, los reflejos del
agua… Él decía que su mejor cuadro era su jardín, su mejor obra. Si nos ponemos
a comparar qué hizo mejor, creo que no sabríamos encontrar una respuesta: el
Monet pintor, ¿hubiera existido sin el Monet jardinero? Supongo que sí.
Monet, El jardín del artista en Giverny, 1900 |
Mientras los pintores tenemos que
arreglárnosla con un espacio plano y restringido, un paisajista trabaja con un
entorno en el que te integras, disfrutas y hueles. Y lo tienes que cuidar, para
que no se eche a perder. Un cuadro lo cuelgas y ya está; lo tienes ahí para
disfrutar, pero no tienes que hacerle nada más, no te involucras mucho más allá
de la contemplación artística.
Rusiñol, Jardines de Aranjuez, 1911 |
En fin, crear un jardín es muy
gratificante: tus cuidados tienen su recompensa y puedes compartirlo con tantos
como quieras. Pintar, bueno, es otra cosa: lo creas en la soledad del taller,
lo disfrutas mientras lo haces, pero hasta que no lo muestras al público o te
lo compran, sólo lo verás tú y nadie más. Claro, te romperás la espalda
haciendo hoyos en la tierra o moviendo macetas, mientras que delante del
caballete harás menos ejercicio (y quién sabe, también tendrás problemas de
espalda).
Sargent, Villa di Marlia, 1910 (acuarela) |
Sorolla, Fuente del Alcázar de Sevilla, 1908 |
En fin, mi colega logró que nuestra paisajista quisiera tomar clases con ella. Le sirvió de mucho tanto para su vida personal como para su profesión, pues empezó a entender mejor la teoría del color. Le picó el bichito éste de la pintura y se arrepintió de no haberse largado antes (es que esto tiene un no sé qué que te atrapa), tanto que ya tiene todas las paredes de su casa repletas con sus creaciones.
Pero,
querida colega, jardinear no es lo mismo que pintar.
Si te interesa el tema de los jardines, te dejo aquí los enlaces de artículos anteriores:
Los artículos del verano de 2020 sobre cuadros de jardines. Busca en el temario "De vacaciones".
No hay comentarios :
Publicar un comentario