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jueves, 18 de febrero de 2021

Una manera distinta de ver

Millet, Las espigadoras, 1857


¿Qué es el realismo?
Pero si ya lo sabemos: realismo es la manera de tomarse las cosas como son, sin agregarle nada más. Ni nuestros sentimientos, ni nuestras opiniones: lo que se llama “ser objetivos”. Y hay gente que no es nada realista, sino que va por la vida soñando, fantaseando y construyendo mundos a su gusto. Digamos que son dos maneras de ver el mundo, ¿no? 

Corot, Fontainebleau, El roble, 1834



Bueno, lo mismo pasa en el arte: hay artistas que se preocupan de representar la realidad tal cual la ven, sin poner nada de sí mismos (algo imposible, pero lo intentan), y otros que la ven a través de sus emociones e ideales.
Repin, Tolstói en el campo de labranza, 1887

Millais, Muchacha ciega, 
1856

Por eso, circunscribir al “realismo” en el arte
exclusivamente a un movimiento artístico es decir las cosas a medias. Podemos encontrar durante toda la Historia del Arte a miles de artistas que pintan de manera realista y que no necesariamente pertenecen a este movimiento. Es una actitud ante la vida.















El término apareció en el sg. XIX (1830-1860 aprox.) en Francia y gracias a Courbet (de quien hablamos aquí). Por esas épocas la gente estaba cansada, cansadísima, de tantas togas neoclásicas o de la melancolía de los románticos (lo vimos aquí y aquí). Como reacción, hubo algunos artistas que comenzaron a pintar lo que veían, tal cual, sin aditamentos, ni con historias antiguas. ¿Dónde has visto tú a un dios griego andando por ahí? Lo que se presentaba ante ellos eran los campesinos que trabajaban de sol a sol, con la espalda curvada, las manos mugrientas… ¿A quién se le ocurre pintar a unos picapedreros? No eran temas dignos de ser pintados.

Courbet, Los picapedreros, 1849

Estas cosas no surgen así porque sí; no es que Courbet se levantó un día y dijo: “Voy a inventar el Realismo”. Había un espíritu de la época, un sentimiento generalizado que el artista interpreta y lo pone en imágenes. Pintar campesinos no era nuevo: la pintura costumbrista existía desde el sg. XVII (lo vimos aquí). Lo que está ocurriendo ahora es que hay una necesidad de volver a los temas humildes, a los valores del trabajo, del campo, de la gente sencilla. Es la época en que los obreros buscan mejores condiciones laborales; la industrialización avanza, se necesita mano de obra y el campesino deja el campo por la fábrica. El ser humano ya no está en medio de la naturaleza y pierde su esencia, ha abandonado el lugar al que pertenece. Esto es lo que los artistas realistas quieren recuperar. Quieren ser realistas, pero añoran una época que ya no existe. Todo esto a los críticos y académicos les sonaba como algo subversivo y peligroso: eran las ideas del recién nacido socialismo. 

Degas, Las planchadoras, 1884



Como te decía, Courbet es el que inaugura el término: denomina así el catálogo de su exposición en 1855, y luego cobra fuerza cuando lo menciona el crítico Champfleury. Courbet será el líder del movimiento, que no es exclusivo de las artes plásticas: también alcanza a la literatura y a otras artes. A él se unen pintores como Millet o Corot, Daumier, Fantin-Latour

Bastien-Lepage, El descanso, 1877



Su principal característica es la verosimilitud, su correspondencia con la realidad. Las figuras están captadas en gestos cotidianos, no en poses de estudio: rezar, quitarse el sombrero para saludar, peinarse, etc., etc. Son obras fáciles de entender: no hay que ser un experto en literatura o en mitología. Se inspiran en los hermanos Le Nain, Chardin, Ribera… Los temas van desde escenas cotidianas, retratos, bodegones o paisajes. Enarbolan la bandera de la libertad creativa en contra de las restricciones de la Academia y los salones.

Hopper, Luz de sol en la cafetería, 1958

Corot, La iglesia de Marissel
junto a Beauveais, 1867

Prefieren los colores terrosos, cálidos,
y las horas del amanecer o del crepúsculo. Los escenarios son siempre los mismos, a veces no relacionados con un lugar determinado: el campo con el ganado, un camino, una arboleda…

Dan un impulso especial al género del paisaje. Como ahora disponían de óleos en tubos, esto facilitaba el poder salir a pintar al aire libre. Tenían el ejemplo de Constable, quien prefería salir del taller y enfrentarse al modelo directamente, despreciando todas las reglas que imponía la tradición académica. Corot, Théodore Rousseau, Millet y Daubigny se largaron a pintar a las afueras de París y de a poco se le fueron uniendo otros colegas más jóvenes: Monet, Renoir, Bazille, Sisley… Se llamó a este grupo Escuela de Barbizon y fue el germen del Impresionismo. Estaban huyendo de la ciudad, querían refugiarse en la naturaleza, pero al representarla sólo querían mostrarla tal cual la veían. Ya no es una amenaza, como ocurría para los artistas del Romanticismo.


Sisley, Sendero en Louveciennes, 1873



Si hilamos muy fino, los impresionistas también eran realistas a su manera: ellos pintan lo que ven; lo que cambia es el lenguaje y la técnica.

Monet, Camino a Chailly, 1864



Esta manera de ver la Pintura se extendió por toda Europa: tenemos exponentes en Alemania, en Italia, en Rusia, en España, en Estados Unidos… con mayor o menor preponderancia, según cada caso.


Bonheur, Feria de caballos, 1835


Y, como te decía arriba, hay muchos más “realismos”. Hablamos alguna vez del Surrealismo (fíjate aquí), que de realismo, en sentido estricto, tiene muy poco: ellos traducen en imágenes el mundo de los sueños; los objetos son verosímiles, pero la relación entre ellos es disparatada. También se habla del “realismo mágico”, un término tomado de la literatura. O del “nuevo realismo”, propuesto por Klein en los años ’60 (puedes verlo por aquí).

Dalí, Cisnes reflejados en elefantes, 1937



Un movimiento realista, a su manera, es el POP, que usa elementos de la vida cotidiana, pero con el lenguaje de la publicidad (lo vimos aquí).

Hamilton, Interior, 1964



En ciertos contextos se habla de “pintura realista” (“figurativa” sería más correcto) para confrontarla a la “pintura abstracta”. De hecho, como reacción a la abstracción surge el “hiperrealismo” o el “fotorrealismo”.

Estes, Avery Fischer Hall, 2003



¿Realista vs. idealista? Podríamos armar una lista bien larga de pintores de uno y otro bando… En fin, son distintas maneras de enfrentarse a la vida (y al arte).

Honour, H.-Fleming, J. Weltgeschichte der Kunst, Munich, 1983

Laneyrie-Dagen, N. Leer la pintura. Barcelona, Larousse, 2010

 

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