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Courbet, Ciervos refugiándose en el invierno, 1866 |
Cuando te comprometes activamente
en política, hay cosas que no se perdonan y se pagan con la prisión o con el
exilio. Courbet pasó por esas dos situaciones.
Hablamos alguna vez de este
artista (pincha aquí). Fue un transgresor total, anticonvencional, anarquista,
socialista, republicano, podrías ponerle los adjetivos que quieras…
Venía de
Ornans, no estaba cómodo en París. Le molestaba tremendamente la hipocresía de
la élite parisina. Y llegó para meter el dedo en la llaga y revolucionarlo
todo.
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Courbet, Casas en Ornans, 1855 |
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Courbet, Autorretrato con perro negro, 1842 |
Era arrogante y chabacano; decía
que si no escandalizaba a los demás, no podía vivir. ¿Era una manera de llamar
la atención para conseguir más clientes? Sí. Pero también lo movían fuertes
ideales. Se inspiraba en las ideas del filósofo Proudhon y éste quería
convertirlo en el artista del proletariado. Courbet mismo se definía como
socialista y republicano, partidario de toda revolución (y esto le venía de
familia), pero también realista, en el sentido de querer mostrar siempre la
verdad.
Que era lo que hacía en sus cuadros: mostrar las cosas tal cual son.
Junto con Millet y Daumier, instauró la corriente llamada “realismo”: mostrar
la vida de los pobres, de los obreros, de los campesinos, algo que se
consideraba vulgar y poco digno de ser pintado. Courbet era caricaturizado una
y otra vez en los periódicos, objeto de burlas e insultos: y no le venían nada
mal para estar siempre presente en la opinión pública.
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Courbet, Los picapedreros, 1849 |
En septiembre de 1870, durante la
guerra franco-prusiana, escribió una carta al Departamento de Defensa, pidiendo
permiso para que lo dejaran derribar la columna de la Place Vendôme. Había sido
erigida por Napoleón I en honor a las victorias militares de Francia. Para Courbet
era el símbolo del imperialismo francés. Propuso trasladarla a un lugar más
apropiado, a una dependencia militar. Paralelamente, escribió una carta abierta
al Ejército y a artistas de Prusia, para crear un nuevo monumento, hecho con el
bronce de los cañones de ambos bandos, como símbolo de unidad y de paz. No
recibió respuesta.
En marzo, poco después de la
derrota de Francia ante Prusia, toman el poder en París los llamados
“comuneros”. Nuestro artista participa activamente en el nuevo régimen. Organiza
una federación de artistas: acuden a su convocatoria unos 400 colegas. Proponía
que el gobierno no tuviese nada que ver con el Salón y cerrar todas las
Escuelas de Bellas Artes de Francia (él no había asistido a ninguna de ellas). Un
mes después, el gobierno de la Comuna le encargó que abriera los museos (estaban cerrados
por la guerra) y que organizara el Salón. Y, además, fue decretado que la
columna de la Place Vendôme fuera derribada. Pronto fue elegido como delegado
del 6me Arrondissement (los Arrondissement son los distritos de París) y de
Bellas Artes. El 16 de mayo 1871 la columna fue derribada. No se sabe si el
pintor estaba presente.
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Fotografía de Franck, 16 de mayo 1871 (Imagen: Wikipedia) |
El 28 de ese mismo mes el
ejército francés derroca al régimen de los comuneros. Courbet huye,
refugiándose en distintas casas de amigos, hasta que es apresado. En el juicio
declara que él no quería destruir la columna, sólo trasladarla a otro lugar.
Recibió una condena leve: 6 meses de prisión y 500 francos (la mitad de lo que
costaba uno de sus cuadros pequeños). Era una cárcel para presos comunes; tenía
una celda especial, con comida que traían del exterior, pagadas de su propio
bolsillo. En la prisión se le permitió pintar, pero no con modelos. No le queda
otra que pintar naturalezas muertas.
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Courbet, Granadas y manzanas, 1871 |
Salió de la cárcel en marzo de 1872.
Volvió a Ornans. Se encontró con que su taller había sido destruido durante la
guerra. En su pueblo solía ir a cazar y a pescar. Usa a los animales como
símbolos para expresar su situación personal. Con sus truchas nos quiere
mostrar esa sensación de haber sido traicionado, de haber caído en la trampa
del anzuelo.
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Courbet, La trucha, 1873 |
La historia con la dichosa
columna continuó. Se lo vuelve a juzgar, esta vez ante un tribunal civil. El
nuevo presidente, Mac-Mahon, ordena reconstruir el monumento, pero cargándole
los costos a Courbet. La suma era exorbitante y el pintor decide autoexiliarse
a Suiza. En 1877 se le exige pagar 323091.68 francos. Le proponen un plan de
pagos de 5000 francos por año, o sea, la renta equivalente a 30 años de
ingresos. Pide volver a Francia, pues extraña a su padre y a su hermana.
Prepara un cuadro enorme sobre los Alpes para presentar en el Salón, pero como
no recibe respuesta, no lo termina. Cuando le tocaba el primer pago, Courbet
muere en Suiza, por cirrosis, con su padre a su lado.
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Courbet, Gran panorama de los Alpes, 1877 |
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Courbet, Juliette, 1874
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Había legado sus bienes a su
hermana Juliette. Ella rechazó pagar la deuda. En 1880 se le adjudicó post
mortem una amnistía. Sus restos serán trasladados a Francia recién en 1919.
Courbet es el ejemplo más patente
del artista revolucionario, políticamente incorrecto. Abogaba por la defensa
del campesino, amenazado por la creciente industrialización. Pero también es el
paradigma del pintor que pone por encima de todo la libertad de crear.
Fuentes: Castagnary, J.A. Courbet et la Colonne Vendôme.Paris, Hachette, 2018
Rubin, J.H. Courbet. París, Phaidon, 2003
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