¿Qué es el fauvismo?
Vlaminck, Restaurant de la Machine, Bougival, 1905 |
Estamos en 1905, Salón de Otoño en París. En la sala VII, los organizadores agruparon a ciertos jóvenes que habían presentado unos cuadros muy coloridos, demasiado coloridos. Agresivos, podríamos decir. En el centro, una estatua de un niño y un busto femenino en mármol de Albert Marque. En otras salas había otros también muy coloridos. Habían sido alumnos de Gustave Moreau.
Esa explosión de color apabulla a Vauxcelles, un
crítico. Ve al niño de bronce y exclama: “¡Donatello entre las fieras!”. En
francés: “¡Donatello au milieu des fauves!”, y a estos pintores se los llamó
desde entonces “fauvistas”, o sea, las fieras.
Matisse, Mujer con sombrero, 1905 |
¿Quiénes estaban exponiendo? Matisse, Derain,
Manguin; más allá, Marquet, Camoin, Vlaminck, Puy, Vuillard, Bonnard, Rouault;
en la sala rusa, Kandinsky y Jawlensky. Más tarde se les unieron Braque, Dufy,
van Dongen.
Los unía la amistad y solían trabajar juntos. Derain y Vlaminck pintaban juntos en Chatou;
Derain y Matisse, en Colliure….
Es un movimiento francés y duró muy poco tiempo, hasta 1907. Con el
advenimiento del cubismo muchos fauvistas evolucionaron hacia esta nueva forma
de ver la pintura. Sin embargo, Derain, Matisse y Vlaminck siguieron por su
camino inicial. Matisse fue el más famoso y el que tuvo más proyección
internacional. (Puedes ver este artículo sobre la relación fauvismo-cubismo.)
Dufy, La pequeña palmera, 1907 |
No tenían ninguna intención de romper con el pasado, al contrario: lo
absorben y lo desarrollan. En este sentido, no son vanguardistas, son bien
clásicos. Sus investigaciones son retomadas por los expresionistas, en
especial, por aquéllos de “El jinete azul”, Kandinsky, Münter, Klee, Marc,
Macke…
Y sí, usan colores puros, brillantes, sin gradaciones. Usan el color
con toda libertad, para canalizar emociones, como medio de expresión personal.
No les interesa para nada ser fieles a la realidad. Liberan al color de los
contornos y de las formas. El objetivo es lograr la profundidad sin necesidad
de dibujo, perspectiva o claroscuro. Las cosas ya no tienen sombra. El negro
aparece de nuevo en las paletas: los impresionistas lo habían desterrado.
Son cuadros que transmiten mucha energía, mucha alegría, y ellos eran
conscientes de esto.
Hay una nueva manera de entender el espacio. ¿Cómo lo logran? Las
formas son superficies planas que se acomodan en superposiciones dentro de los
límites del bastidor. Las figuras se yuxtaponen como si el cuadro fuese un
trabajo de patchwork. Los arabescos orientales tienen una función decorativa;
sin embargo, ayudan a diferenciar fondo y primer plano.
Entre ellos, las diferencias son mínimas. Matisse fue el que llegó más
lejos, el que logró manejar cabalmente el espacio por medio de las propiedades
de cada color. Incluso sus últimos trabajos de recortes en papel tienen este
objetivo (te lo conté aquí). Fíjate por ejemplo en este cuadro… Hay
profundidad sin perspectiva: la posición de los objetos señalan el espacio, la
mesa no existe, es pura ilusión. ¿A que
no sabías que este interior en rojo lo había pintado primero en azul?
Increíble, pero es cierto. Imagínatelo en azul: no por nada lo repintó, el
efecto hubiese sido totalmente diferente.
Matisse, Armonía en rojo, 1908 |
Matisse, La raya verde, 1905 |
Dufy, Jardín de invierno, 1907 |
Fuentes: Argan, G.C. Die Kunst
des 20. Jahrhunderts 1880-1940. Berlin, Propyläen V., 1990
Brettel, R.R. Modern Art 1851-1929. Oxford, Oxford University Press, 1999
Honour, H.-Fleming, J. Weltgeschichte der Kunst, Munich, 1983
Laneyrie-Dagen, N. Leer la pintura. Barcelona, Larousse, 2010
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