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jueves, 15 de mayo de 2025

El manjar que desaparecerá en un instante

 

Chardin, Bodegón de gato y pescado, 1728


Chardin, Bodegón de gato y pescado

Creo que no te hablé nunca de Jean-Siméon Chardin, ¿no?

No me entusiasma demasiado el Rococó: lo encuentro superficial y recargado. No sé tú.

Pero Chardin, a pesar de ser hijo de su época, es otra cosa. 

Me quedo largo rato mirando sus naturalezas muertas (o quietas). Un género despreciado y poco valorado; sin embargo, este artista logró que sus bodegones se vendieran muy bien. Pero, aun así, siempre tuvo la necesidad de algún ingreso fijo para mantenerse y tuvo la suerte de ser designado para varios cargos en la Academia. Consecuencia directa: pintó pocos cuadros en su vida. Qué le vas a hacer: los trabajos administrativos se llevan todo tu tiempo. Agrégale que pintaba muy, pero muy lentamente.

Sus bodegones tienen algo de paz, de intimidad hogareña. Influyó muchísimo en Cézanne, Manet, Matisse y, por supuesto, Morandi. (Si pinchas en los nombres, puedes ver lo que conversamos sobre ellos...)

Esta vez te muestro este bodegón con animales. Un gato al acecho, con un manjar que no durará mucho, por lo visto.

A ver qué te parece.


Fuentes: Prigent, H.-Rosenberg, P. Chardin, la nature silencieuse.

Paris, Gallimard, 1999

Web Museo Thyssen-Bornemisza


 

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