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Chardin, Bodegón de gato y pescado, 1728 |
Chardin, Bodegón de
gato y pescado
Creo que no te hablé nunca de
Jean-Siméon Chardin, ¿no?
No me entusiasma demasiado el
Rococó: lo encuentro superficial y recargado. No sé tú.
Pero Chardin, a pesar de ser hijo de su época, es otra cosa.
Me quedo largo rato mirando sus naturalezas muertas (o quietas). Un género despreciado y poco valorado; sin embargo, este artista logró que sus bodegones se vendieran muy bien. Pero, aun así, siempre tuvo la necesidad de algún ingreso fijo para mantenerse y tuvo la suerte de ser designado para varios cargos en la Academia. Consecuencia directa: pintó pocos cuadros en su vida. Qué le vas a hacer: los trabajos administrativos se llevan todo tu tiempo. Agrégale que pintaba muy, pero muy lentamente.
Sus bodegones tienen algo de paz, de intimidad hogareña. Influyó muchísimo en Cézanne, Manet, Matisse y, por supuesto, Morandi. (Si pinchas en los nombres, puedes ver lo que conversamos sobre ellos...)
Esta vez te muestro este bodegón
con animales. Un gato al acecho, con un manjar que no durará mucho, por lo
visto.
A ver qué te parece.
Fuentes: Prigent, H.-Rosenberg, P. Chardin, la nature silencieuse.
Paris, Gallimard, 1999
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