Cézanne, Cesto con manzanas, 1893 |
Las manzanas de Cézanne
Siempre se dice que después de
Cézanne ya no se pueden pintar manzanas, pues este artista las llevó a su
máxima expresión y no hay mucho más por hacer.
¿Por qué esta obsesión con esta
fruta? Pues… por una razón muy simple: Cézanne se demoraba mucho en pintar un
cuadro (a veces 4 ó 5 años, aunque trabajaba en varios a la vez) y necesitaba
que su modelo no se echara a perder.
Ah, sí, pero pintaba flores, me
dirías. Claro, pero no eran naturales: comenzaba el cuadro con flores frescas,
pero después seguía con unas artificiales: un truco.
Cézanne, Naturaleza muerta: flores en un jarrón, 1885 |
Y ahora te estarás preguntando
qué sentido tiene depender de unas flores artificiales, de una fruta que no
madure rápido… Es que Cézanne no buscaba el modelo por sí mismo, sino como
excusa para encontrar un camino, para investigar y solucionar los problemas que
se le estaban planteando.
¿Te pensabas que pintar es sólo
sentarse frente al lienzo y echar a volar la imaginación? Muchas veces, sí,
pero en el caso de este artista, para nada.
Y de esto te quiero hablar en la
presentación de este mes.
¿Lo vemos juntos?
Fuentes:
Cézanne,
P. Briefe. Zürich, Diogenes Verlag, 1962
Düchting,
H. Cézanne. Köln, Taschen V., 2001
No hay comentarios :
Publicar un comentario