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jueves, 7 de diciembre de 2023

El gran incendio

 

Palacio Real de Madrid (Imagen: Wikipedia)

El Alcázar de Madrid

Rubens, Las 3 Gracias, 1639

Cuando entras al Museo del Prado
y ves todas esas maravillas juntas, normalmente no te preguntas cómo llegó todo eso ahí. Ah, sí, claro, mecenas, reyes, nobles, obispos....

Sí, por supuesto. Nada de lo que ves allí hubiese sido posible sin el apoyo, promoción y dinero de unas cuantas personas del pasado, a las que, por diversas razones, les interesaba encargar una pintura determinada a tal o cual artista.



Ya te conté por aquí y por aquí cómo se gestó este Museo. En resumen, son los fondos de la colección de la Corona española, en su mayoría. Si hoy podemos ver “Las 3 Gracias” de Rubens o “Las Meninas” de Velázquez o hasta el mismísimo Goya, es porque a alguien le interesó que pintaran para él.

Aun así, la historia de la Colección Real no es lineal. No es que ah, bueno, se les ocurrió fundar el Museo y descolgaron los cuadros de los palacios y ya está, se los llevaron al Prado. No, porque todavía hay cuadros colgados en los Reales Sitios, en el Palacio Real o en la reciente inaugurada “Colecciones reales”.

Rubens, Adoración de los Magos, 1609-1628


Y no sólo de encargos: también hay regalos (como “La adoración de los Magos”, de Rubens) o compras en subastas (como la que se hizo después de la muerte de Carlos I de Inglaterra). Una colección es un producto en proceso, por decirlo en términos modernos, que surgió desde que se instauró el Reino hasta nuestros días. Vaya, que tienen para cubrir unas cuantas paredes con cuadros.

El gusto de los sucesivos reyes fue cambiando, así como cambiaba el gusto general. Cada uno dejaba su impronta propia en la Colección.

Sin embargo, hubo un suceso, un tanto sospechoso, que pudo cambiar totalmente la Historia del Arte.

Alcázar de Madrid, sg. XVII


Madrid había sido fundada por un enclave musulmán (el nombre original era Mayrit). Junto al río Manzanares, los árabes habían erigido una fortaleza, en una colina. Cuando se logró la Reconquista, en ese lugar se edificó el Alcázar, un palacio con fines defensivos y sede de la Corte, entre 1561 y 1598.

Al comienzo, el palacio era muy sencillo, pero con el suceder de los distintos reyes, cada uno lo fue modificando a su gusto y necesidades. Nunca se terminó; mejor dicho: nunca se dio por terminado, siempre estaba en reformas.

Alcázar de Madrid, autor desconocido


En 1734, casi 2 siglos después de su construcción, se estaba ampliando una parte del palacio. Felipe V no estaba conforme con el lugar. Había nacido en Versailles y echaba de menos el boato de la Corte francesa: quería emularlo en el Alcázar. Para ello, trasladaron casi 2000 obras de arte que allí había al Palacio del Buen Retiro (de éste queda sólo el Casón y el Salón de Reinos, además de los jardines, el Parque del Retiro). Este Palacio era más moderno; estaba pensado como lugar de esparcimiento y “cambio de aires” para el Rey.


Tiziano, Furias, Sísifo, 1548


En la Nochebuena de ese año el Alcázar sufrió un incendio pavoroso. Casi todos sus habitantes estaban en la Misa del Gallo, en el Palacio de El Pardo. A las 12 y cuarto dieron la alerta los guardias y los frailes del convento de San Gil, que estaba cerca (ya no existe: fue destruido en las Guerras Napoleónicas), comenzaron a tañer las campanas, que era cómo se avisaba en ese entonces las emergencias. La gente pensó que las campanadas eran por la misa y nadie prestó atención. Hasta que el incendio se desmadró y guardias, bomberos improvisados y frailes hicieron todo lo posible para apagarlo.



Velázquez, Las Meninas, 1656

El fuego se había iniciado
aparentemente en el taller del pintor Ranc; algunos sirvientes habrían prendido fuego a las cortinas por accidente. Como te conté por aquí, Velázquez, como pintor del Rey, había vivido en el Alcázar y había tenido su taller en la Casa del Tesoro. En “Las Meninas”, se puede ver en parte cómo era el interior. En 1734 había muchos pintores trabajando bajo el mismo techo que el Rey.

En el caos del incendio, guardias y frailes trataron de salvar la mayor cantidad de obras de arte, y arriesgando la propia vida. (Hubo sólo una víctima.) Muchas las tiraron así nomás por las ventanas. Pero, ¿qué hacer con esos cuadros tan inmensos? Algunos estaban fijados a la pared, imposible sacarlos. A “Las Meninas” lo salvaron sólo porque alguien atinó a cortar la tela para separarla del marco, lo enrollaron y lo arrojaron por la ventana. (Mide 381 x 276 cm, como para que te des una idea.) Salvaron también las joyas y objetos de oro y plata. Éstos, en su mayoría, terminaron fundidos por efecto del calor.

del Mazo, Felipe IV a caballo,
copia de Rubens,sg.XVII

¿Cuántos cuadros se perdieron?
Unos 500, entre ellos, una de las mejores obras de Velázquez, según decían, “La expulsión de los moriscos” (lo vimos por aquí). El fuego nos quitó la oportunidad de saber por qué era tan importante ese cuadro. Y no sólo de Velázquez: desaparecieron pinturas de Rubens, van Dyck, Tiziano, Tintoretto, El Greco, Veronés, Rafael, Brueghel, Reni, El Bosco…. En algunos casos han quedado copias o bocetos, que nos dan una idea de cómo eran. Sabemos cuáles se perdieron y dónde estaban colocadas por los inventarios que se habían realizado a través de los años.






Además de las pinturas, se perdieron numerosos documentos relacionados con la administración de las Américas, la colección de partituras de la capilla, documentos pontificios y la colección de arte indígena americano, traída por los conquistadores.

Coello, Las hijas de Felipe II, 1541 (se puede
ver el Alcázar por la ventana)

El incendio duró 4 días.
El Palacio quedó casi en ruinas. Fue la oportunidad de construir uno nuevo, más moderno, en el mismo lugar. Es lo que hoy conocemos como el Palacio Real, que se inauguró en 1764, bajo el reinado de Carlos III, a quien se le debe gran parte de la configuración del Madrid actual.

del Mazo, Mariana de Austria,
1666 (retrata el interior del
Alcázar)

Por supuesto, no faltan las teorías conspirativas.
¿Por qué un incendio justamente cuando no había nadie en palacio? ¿Cómo pudo ocurrir si estaba vigilado por guardias constantemente? ¿Por qué se habían llevado los cuadros al Buen Retiro? ¿Por qué la familia real no celebró la Misa del Gallo en la Capilla Real, como se hacía todos los años? Todos sabían hasta qué punto el rey odiaba al Alcázar. ¿Fue provocado?

Sea como sea, imagínate qué hubiese sido si el fuego nos hubiese quitado a “Las Meninas”. Una parte importantísima de la Historia de la Pintura hubiese desaparecido. ¿Echamos de menos lo que se perdió? Las series de las “Furias” de Tiziano o los héroes de Velázquez quedaron incompletas; las pinturas sobrevivientes nos dan una idea de las que se quemaron.




¿Y esos hombres que arriesgaron su vida por salvar ese trozo de cultura, de tradición? Si no hubiese sido por ellos, un trozo muy importante de la Pintura Occidental se hubiese perdido.


Velázquez, Mercurio y Argos, 1659


Fuentes: Charney, N. The museum of lost art. London, Phaidon, 2018

Riello, J. “El Alcázar de Madrid”. En: Descubrir el Arte, Madrid, Unidad Editorial, 2010, nº 133



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