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jueves, 14 de agosto de 2025

Una batalla perdida

Salon del Cinquecento, Palazzo Vecchio, Florencia


Cuadros desaparecidos

¿Dónde estará? ¿Existirá todavía?

Esta vez no hay delincuentes, sólo ganas de redecorar.

Todo empezó en 1503 cuando la República de Florencia encargó a Leonardo y a Miguel Ángel la decoración de la Sala del Consejo del Palazzo Vecchio. A Leonardo le concedieron la pared de la derecha y a Miguel Ángel, la de la izquierda. Leonardo debía pintar la Batalla de Anghiari (1440) y Miguel Ángel, la Batalla de Cascina (1364), sucesos históricos en los que los florentinos salieron victoriosos. El espacio asignado era de 7 m de alto por 17 m de largo.

Leonardo, Estudio de caballos para "La
Batalla de Anghiari", 1503


Poner a los dos trabajando en un mismo sitio era mostrar al mundo la magnificencia de los artistas florentinos. Pero el problema era que estos dos eran como el agua y el aceite y ponerlos a compartir espacio, compitiendo entre sí, no era la mejor opción.

Leonardo comenzó con su trabajo, haciendo muchos bocetos, como era su costumbre, y que se conservan todavía. Le asignaron un gran taller para que pudiera trabajar cómodo con sus ayudantes y dibujó el cartón preparatorio con la escena en que los florentinos luchan por el estandarte, con un remolino de caballos y jinetes en el centro de la escena. Vasari, en sus Vidas (te conté quién era por aquí), lo describe con todo detalle; incluso cuenta que Leonardo había ideado un andamio especial para poder cubrir sin problemas semejante superficie. Iba a ser su gran obra, pero Leonardo no tenía buena mano para el fresco (o poca paciencia, quizás), así que se le ocurrió pintar el muro al encausto, es decir, con cera, en caliente. Mala idea: debía usar fuentes de calor para poder aplicar los colores y que se secaran rápido, pero éste no llegaba a las partes más altas y los colores se iban derritiendo de a poco. Leonardo dejó el trabajo inconcluso en 1506, aunque estaba prácticamente terminado, y se marchó de Florencia.

Leonardo, Estudio de guerrero para
"La Batalla de Anghiari", 1503


Mientras tanto, Miguel Ángel trabajó los bocetos para su parte hasta 1504, pero, como le subía la ira muy fácilmente, abandonó el proyecto. Consideraba que no estaba en igualdad de condiciones como para competir con Leonardo, pues, según él, le habían dado la peor zona de la sala, con poca iluminación. Se fue a Roma en 1505 y volvió en 1506 para terminarlo y, aunque no había avanzado casi nada con la pintura, tuvo que atender al llamado del Papa y partir hacia Bologna. Vasari nos cuenta los detalles de este dibujo, que asombró a todos y que fue modelo para el aprendizaje de otros artistas.

Rubens, Copia de "La Batalla de Anghiari"
de Leonardo, 1603

Lo que estos dos gigantes de la Pintura habían dejado en esas paredes permaneció a la vista del público hasta 1555 y fueron copiadas por muchos otros pintores. En 1558 Zacchia hizo un grabado del trabajo de Leonardo y Rubens, apoyándose en éste, lo copió en 1603.

Existe una copia de un fragmento del cartón que hizo Miguel Ángel y otra, más chica, que es una reproducción de Raimondi (vimos algo de él por aquí). Aparentemente, el original fue destruido por Bandinelli en un ataque de celos.

Sangallo, Copia de "La Batalla de Cascina" de
Miguel Ángel, sg. XVI


En 1563 Cosme I de Medici encargó a Vasari la redecoración de la sala (hoy llamada el Salón del Cinquecento). Le pidió que la agrandara para poder recibir a toda la corte y visitantes ilustres: Vasari la extendió a 54 m de largo y 18 m de alto y decoró el cielorraso con artesonados; las paredes, con frescos, y mucho oro. Imponente.

Vasari, La Batalla de Marciano en el Valle de Chiana,
1563


¿Y qué pasó con los murales de Leonardo y Miguel Ángel? ¿Dónde quedaron? ¿Vasari pintó los suyos encima de los de sus tan admirados maestros?

Poco probable.

Existe la sospecha de que Vasari construyó una pared falsa, cubriendo la obra de Leonardo, y que pintó sobre ésta su mural. En uno de los estandartes de “La batalla de Marciano” colocó la leyenda “Cerca trova” (el que busca, encuentra), como diciéndote: “Busquen, anda por aquí”. Aunque probablemente sea una alusión a un verso de Dante, en el Purgatorio (I, 70-72), aludiendo a la búsqueda de la libertad.

Fragmento de Vasari, La Batalla de Marciano
en el Valle de Chiana, "Cerca, trova" (uno
de los estandartes que están por el fondo)


Hacia 2007, Maurizio Seracini, experto en tecnología aplicada a la Pintura, comenzó la búsqueda de la pared falsa. Descubrió detrás del fresco de Vasari un hueco de entre 2 y 3 cm y pigmentos compatibles con los que Leonardo usaba. Pero en 2012 tuvo que detener sus investigaciones, pues sus colegas alegaron que se podía dañar el fresco de Vasari.

¿Lo sabremos alguna vez?

Fuentes: Charney, N. The museum of lost art. London, Phaidon, 2018

Vasari, G., Las vidas, Madrid, Tecnos, 2006

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