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jueves, 21 de agosto de 2025

Una obra de arte en la basura

 

Tamayo, Tres personajes, 1970

Cuadros perdidos


(Y esta vez, recuperado)

A veces pasan cosas muy raras. Como encontrarte en la calle con un cuadro en el contenedor de la basura.

La historia tiene que ver con este cuadro de Rufino Tamayo, pintor mexicano. Creo que hasta ahora no te he hablado de él. Injustamente, pues me encanta. Si tienes oportunidad de ver alguna de sus obras en vivo y en directo, no pases de largo. Es que las fotos desmerecen muchísimo su trabajo.

Tamayo, Dos personajes, 1961


Tamayo fue parte del grupo de los muralistas mexicanos (Rivera, Orozco y Siqueiros) pero pronto se distanció de ellos, pues no coincidía con las propuestas ideológicas de aquellos tres y su estilo era muy diferente.

Su intención era proyectar sus raíces indígenas y renovarlas con una visión más moderna y sin cuestiones políticas de por medio. Nunca dejó de estar presente en México, aunque su actividad profesional la desarrolló durante mucho tiempo especialmente en Estados Unidos e Israel.

Tamayo, Vendedoras de frutas, 1938


“Tres personajes” es un cuadro al óleo, con polvo de mármol y arena, pintado en 1970 y de formato considerable: 182 x 97 cm.

 Fue robado en 1987 y recuperado en 2007.

Tamayo, El hombre ante el infinito, 1950


Un coleccionista de Houston lo había comprado en 1977 como regalo para su señora. Lo habían dejado guardado en un almacén especializado en obras de arte. Al tiempo, la empresa cerró y pidió a sus clientes que retiraran sus cosas. Cuando fueron a buscarlo, el cuadro ya no estaba allí. No pudieron cobrar el seguro, pues la empresa se declaró en quiebra. El dueño posteriormente se trasladó con su familia a Sudamérica y perdió las esperanzas de recuperar el cuadro.

Tamayo, La playa, 1974


 En 2003, Elizabeth Gibson andaba por las calles de Nueva York con su café en la mano, cuando le llamó la atención un cuadro junto a unas bolsas de basura, de colores llamativos y gran tamaño. Le pareció injusto que una obra de arte tenga ese destino y se lo llevó a su casa, sin saber si era valioso o no.



Durante todos esos años, Elizabeth se preocupó por buscar alguna pista sobre el cuadro que había colgado en su casa. Una amiga le mostró un catálogo de una exposición de Tamayo; con ese dato fue a la biblioteca a consultar obras de este artista y así pudo ubicar al suyo. Con miedo a que se lo roben, lo escondió en un fondo falso de un armario.

Tamayo, Bodegón con frutero, 1976


Siguió investigando en internet y descubrió que el cuadro había aparecido en el programa de TV “Antiques Roadshow”. Se contactó con Sotheby’s: nadie lo podía creer, ¡había desaparecido hacía 20 años!  La casa de subastas avisó a la viuda del antiguo dueño y ella lo puso en venta. Elizabeth recibió la recompensa (15000 dólares) y parte del dinero de la venta (1 millón de dólares). Hoy se encuentra en el Museo Tamayo.

 ¿Quién la robó? ¿Cómo apareció en Nueva York? Nadie lo sabe.

 

Puedes consultar las noticias de la época aquí y aquí.

 

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