Lanfranco, El consejo de los dioses, Galleria Borghese, Roma, 1615, fresco |
De vacaciones
Y llegaron las vacaciones. Algunos con frío; otros, con mucho calor. No da
para escribir (ni leer) cosas densas, la verdad.
Se me ocurrió este año traerte historias antiguas, ésas de líos entre
dioses y semidioses. (Ya que están por empezar las Olimpíadas, qué mejor.)
Pintura mitológica, diríamos, que es una rama de la Pintura de historia, con minúscula (te lo expliqué por aquí). Más allá del
cuentito de que Zeus hizo tal cosa y tal dios no sé qué y los mortales
sufrieron penurias por su causa, detrás de todo esto hay una moraleja. Estos
dioses son representaciones de los vicios y virtudes de los seres humanos. Era
un espejo de 2 caras: un mundo sobrenatural, ideado a imagen y semejanza de los
seres terrenales, y, a la vez, creado por esos mismos hombres que proyectaban
su propia experiencia a un mundo que no es el nuestro. No por nada los grandes
artistas acudieron a estas historias: son pinturas con una lectura lineal y
otra, más profunda, con mensaje.
La fuente, sin duda, fueron las Metamorfosis de Ovidio. La influencia de este poeta en el arte en general fue tremenda. Tiziano, Rubens, Veronese… Las historias que te voy a contar durante este mes la mayoría salen de este poema.
¿Empezamos?
El primer mito que te quiero contar es...
El rapto de Perséfone
Bernini, El rapto de Proserpina, 1621 |
Primavera, verano, otoño, invierno. De nuevo así al año siguiente. No cambia.
Cuando llega la primavera todo reverdece. Se acaba el frío, todo se llena
de flores, cosechamos frutas, verduras… La Naturaleza alcanza su apogeo. ¿Por
qué? ¿Por qué esta sucesión de lo que llamamos “las estaciones del año”?
Anónimo, El rapto de Perséfone, Tumba de Vergina, Grecia, sg. III a.C., fresco |
Eso se preguntaron los antiguos griegos y encontraron la causa en las
disputas de los dioses del Olimpo. El otoño y el invierno ocurren porque
alguien ha desaparecido. La tierra en invierno no es fértil porque alguien se
ha enojado.
Tiepolo, Plutón rapta a Proserpina, 1743, Palazzo Labia, Venecia, fresco |
Quien ha desaparecido es Perséfone (o Proserpina para los romanos) y hay
que esperar a que regrese para que el sol vuelva a brillar. Su madre, Deméter
(Ceres), está furiosa y desesperada.
Perséfone no se escapó de la casa por propia voluntad, qué va. Apareció
Hades, el dios del Averno, del inframundo, (para los romanos: Plutón) y la
raptó. Se la llevó al mundo de los muertos. Por supuesto, la autora intelectual
de este secuestro fue Afrodita (Venus), la diosa del amor, que envió a su hijo Eros
(Cupido) a que le tire una de sus flechas al dios de la oscuridad y se enamore
de la chica.
Rembrandt, El rapto de Proserpina, 1632 |
Deméter recorría la tierra buscando a su hija. Como modo de venganza, su
furia iba secando los campos a su paso. Al ver esto, Zeus (Júpiter), que sabía
perfectamente lo que había pasado, entendió que debía buscar una solución:
envía a Hermes (Mercurio), el mensajero de los dioses, al inframundo para que
trate de convencer a Hades de que suelte a la jovencita.
Llegaron a un acuerdo: Perséfone podía subir a la tierra a ver a su madre
durante 6 meses, pero debía regresar, cumplido ese plazo, para estar con su
marido. Él la hace comer unos granos de granada, la fruta símbolo de la fidelidad.
Algunos dicen que Hades la indujo a comerlos; otros dicen que fue una
casualidad, que ella no se dio cuenta.
Allori, El rapto de Proserpina, 1570 |
Es así como, cuando Perséfone llega a la tierra, nos trae la primavera y
los campos se llenan de flores y frutos. Cuando vuelve con su marido, llega el
frío, todo se marchita. Ella también sufre una transformación: en el mundo
inferior su rostro se vuelve terrorífico y temible; cuando visita a su madre se
convierte en una bella joven.
Es la diosa protectora de los matrimonios y de los niños y, junto con su
madre Deméter, es la diosa de la agricultura.
En la Pintura, el rapto de Perséfone fue representado muchísimas veces.
Después de todo, fuera de lo macabro del hecho, hay una luz de esperanza, una
salida. Una madre que encuentra a su hija y la recupera, aunque sea por 6
meses. (Mira en este cuadro de Leighton cómo la recibe, ansiosa por darle un
abrazo.)
Leighton, El regreso de Perséfone, 1891 |
Te podría traer muchos ejemplos. Rembrandt la muestra tratando de
defenderse, tratando de escapar de las garras de Hades. Lo mismo hace Rubens,
pero creo que la versión de Rembrandt es más desgarradora. En Rubens aparece Atenea
(Minerva) tratando de detener la acción de Hades. Junto a ella, tenemos también
a otras dos diosas, que pueden ser Artemis (Diana) y Afrodita (Venus).
Rubens, El rapto de Proserpina, 1636 (Imagen: Museo del Prado9 |
Allori y Tiepolo, bueno, suavizan el asunto para hacerlo más aceptable. En
cambio, Crane nos muestra el momento justo en que ella comprende lo que está
pasando. Curioso: Hades aparece como soldado romano.
Crane, El destino de Perséfone, 1877 |
Mira éste de Heinz el Viejo: es como si la tierra se convirtiera en un
torbellino de fuerzas que quieren impedir el rapto. (De paso: un ejemplo
perfecto de composición en óvalo.)
Heinz el viejo, El rapto de Proserpina, 1595 |
Nota: El rapto de Proserpina de Bernini es una maravilla: ¡mira cómo el mármol duro y frío se convierte en piel humana!
Bernini, El rapto de Proserpina (detalle) |
Fuentes: Cansik, H.-Schneider, H. Der
Neue Pauly. Stuttgart, Metzler V., 1996
Grimal, P. Diccionario de mitología
griega y romana. Bs.As., Paidós, 1981
Ovide, Les Métamorphoses. Paris,
Les Belles Lettres, 2021
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