Daumier, Ómnibus, acuarela y lápiz |
La vida de Honoré Daumier
¿Qué hace una caricatura por aquí? ¿Son parte de las llamadas “Bellas
Artes”? Sí, claro, en tanto son dibujos. Y de los buenos. Eso sí, no son
dibujos así nomás: tienen una finalidad muy definida, ya sea, el humor, la
sátira o crítica social.
¿Sabías que Monet había empezado como caricaturista de jovencito?
Daumier, Jugadores de ajedrez |
Hubo grandes exponentes de este género: Hogarth, que metía el dedo en la
llaga; Goya, que era lapidario con aquello a lo que criticaba; Spitzweg, a la
alemana… y quizás, el más censurado e influyente: Honoré Daumier.
Daumier, Nadar elevando a la fotografía a la altura del arte, litografía |
Vivió en una época de grandes cambios políticos y sociales en Francia (1808-1878). Era republicano de pura cepa y los reyes que se fueron sucediendo le proporcionaban una fuente inagotable para sus dibujos.
Empezó de muy chico: su familia era muy humilde y había tenido que salir a trabajar con 12 años (algo bastante común para la época, por cierto). Por esas cosas de la vida, terminó en una imprenta, donde aprendió la técnica de la litografía. En 1831 lo contrató un tal Philipon, que se dedicaba a imprimir folletos en contra del gobierno, para ilustrar una revista de sátira política, La Caricature. Así fue cómo Daumier comenzó su carrera como caricaturista. Llegó a hacer casi 4000 litografías en toda su vida, a un ritmo de 2 ó más por semana, siempre pendiente de los acontecimientos políticos.
Fue el azote del
rey Luis Felipe, quien, por más que había aligerado la censura, no tardó en
ordenar que se lo arrestara. Estuvo 6 meses en prisión por esta caricatura.
Daumier, Gargantúa, 1831 |
Desde entonces, a todos los políticos-casta y corruptos, como diríamos ahora, los representó con rostros con forma de pera…
Daumier, Libertad de prensa, 1834 |
Daumier, ¿Qué hora es, por favor?, 1834 |
Philipon no se dio por vencido y fundó en 1835 otra revista del mismo tipo, Le Charivari, para esquivar la censura cada vez más estricta, en la que también participó Daumier. La crítica a la sociedad ahora ya no se centrará en los políticos sino que sus dardos los dirigirá a distintos grupos humanos: los jueces, los abogados, artistas, coleccionistas, actores, los médicos, los obreros, los burgueses…
Le Charivari cerró en 1860 y se quedó sin trabajo. Se puso a
pintar acuarelas y aprendió a pintar al óleo. Era otro medio de expresión
totalmente distinto y era consciente de que le faltaba formación. No tienen la
misma calidad que sus dibujos, pero, cuando uno los contempla, ve allí el
germen de lo que será más tarde el Expresionismo alemán (lo vimos por aquí). Busca una atmósfera
oscura, llena de negros (como en la litografía); deforma a las figuras y
exagera sus rasgos, trasladando el lenguaje de sus dibujos satíricos a la Pintura.
También se nota esto mismo en sus esculturas.
Daumier, El vagón de 3ra., 1857 |
En 1864 lo volvieron a contratar; sin embargo, ya había comenzado a tener
problemas de visión. Su situación económica era tal, que se vio obligado a
vender sus muebles.
Daumier, El vagón de 2da, acuarela |
En 1868 se retiró a vivir a Valmondois, en una cabaña alquilada. Allí, en
el campo, conversaba con Baudelaire, Corot, Rousseau, Delacroix, Daubigny,
Millet: eran los tiempos de la incipiente Escuela de Barbizon (lo vimos por aquí). Tenía grandes
problemas económicos: le pagaban muy poco por sus caricaturas.
Casi ciego, retirado, con poco dinero. Mientras tanto, durante la Guerra
Franco-Prusiana, los diarios dejaron de aparecer: Daumier estaba en
dificultades, lleno de deudas.
Daumier, El vagón de 1ra, acuarela |
“Tenía una casita que no sabía qué hacer con ella, se me ha ocurrido
ofrecértela y como la idea me parece buena, la he inscrito ya en casa del
notario, no lo hago por ti sino para fastidiar a tu casero.”
Villa Daumier, en Valmondois |
El gobierno quiso condecorarlo y él se negó: iba en contra de sus
convicciones. Al tiempo recibió una pequeña pensión; al año siguiente se la
duplicaron.
Entretanto,
los amigos organizaron una exposición con sus obras. No sacaron mucho dinero,
pero esto bastó para ser reconocido y elogiado por el público. Habían pasado
casi 40 años de sus primeras caricaturas. Unos meses después fallecía en la
casa que le había comprado su amigo.
Daumier, Don Quijote, 1868 |
Daumier
fue un observador y crítico de la sociedad de su tiempo. Defendió la libertad
de expresión y los valores republicanos. Luchó contra la hipocresía y la
corrupción de los políticos. Su creatividad pasmosa, capaz de producir
caricaturas con una frecuencia imposible, fue el azote de los políticos de
turno.
Si
bien era muy respetado y admirado por los colegas (Van Gogh, entre ellos), el
reconocimiento público le llegó tarde, en vida, aunque no pudo disfrutarlo.
Daumier, Domingo en el museo, litografía |
Los
“memes” que circulan por ahí no son un invento nuevo. Acuérdate de Daumier
cuando te topes con uno.
Fuentes: Besson, G.
Daumier. Paris, Cercle d’ art, 1919
Leymarie, J. Corot. Génève. Skira-Fabbri, 1966
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