Ribera, Capilla del Tesoro de San Gennaro, Nápoles
Domenichino, ¿envenenado por Ribera?
Hace poco hablamos de José de Ribera, Lo Spagnoleto (puedes
revisarlo por aquí). Un gran pintor del Barroco italiano (¿o español?),
ya que desarrolló toda su actividad en Nápoles. Te contaba en esa oportunidad
la mala fama que tenía: que era escabroso, que era un maleante, que derrochaba
el dinero… Bueno, lo de escabroso se lo tenía ganado, porque, si Caravaggio era
tremebundo en sus cuadros, Ribera lo era aún más. ¿Podemos deducir de lo que
vemos en un cuadro la personalidad del artista? ¿Hasta qué punto las pinturas
la revelan? En fin, Ribera era un español en el Reino de Nápoles, que era parte
de la Corona española. No podía caer bien dentro del circuito artístico: era uno
más de los que vinieron a dominar la ciudad.
Ribera, Martirio de San Lorenzo, 1628
Una de las leyendas que se cuentan por ahí es que pertenecía a la “cábala
napolitana”: era una asociación de artistas que se había propuesto no permitir
que no napolitanos recibiesen un encargo en Nápoles, y lo hacían con métodos
violentos. Dicen que la dirigía Ribera, Corenzio y Caracciolo. Si es verdad,
¿por qué lo hacía? ¿Para demostrar su italianidad? ¿Para expresar su compromiso
con la gente del lugar? ¿O sólo para evitar que le quiten un encargo? ¿O son
historias inventadas para denigrarlo?
Artemisia Gentileschi, El martirio de
San Gennaro en el anfiteatro de Pozzuoli, 1636
El momento crítico fue la ejecución de los frescos de la Catedral, donde se
resguardan las reliquias de San Gennaro, el patrón de la ciudad. Cosa seria.
Allí se desarrolla la liquefacción de la sangre del santo todos los años. Y si
no ocurre, seguro que está por venir alguna desgracia.
La Diputación, el organismo que custodiaba la Capilla del Tesoro de la
Catedral, decidió contratar a artistas que no fueran de Nápoles para los
frescos de la catedral, pensando en que, si se los otorgaban a alguien de
afuera, se evitarían las disputas entre los artistas napolitanos y que
conseguirían a un artista de mayor nivel.
Domenichino, La muerte de San Pedro Mártir
El primer elegido fue Cavaliere d’Arpino (Giuseppe Cesari), pintor romano.
Era conocido en Nápoles porque en 1589 había estado trabajando en la Certosa di
San Martino, aunque no había llegado a terminar el trabajo. Cuando llega a la
ciudad en 1630, recibe amenazas de muerte por parte de la Cábala y huye a
Montecasino. Él recomienda que llamen a Guido Reni, quien tampoco era
napolitano.
Reni llega a la ciudad con su asistente. Oh, sorpresa, a la mañana
siguiente lo encuentra muerto, mejor dicho, asesinado a cuchilladas, y huye
rápidamente a Roma. ¿Quién fue el asesino? Parece que un tal Corenzio, ¿te
suena? Lo apresaron como sospechoso, pero lo soltaron enseguida por falta de
pruebas.
Domenichino, El camino hacia el Calvario
Los administradores siguieron buscando, ninguno de los artistas les venía
bien. ¿A quién llaman, pues? ¡A Corenzio! Quieren a un napolitano, pues ahí lo
tienen. No les gustó el resultado, borraron todo lo que había hecho.
Es entonces, en 1630, cuando se les ocurre llamar a Domenico Zampieri,
mejor conocido por Domenichino. Tenía mucha fama, encargos importantes, pero no
era napolitano. Grave error. Cuando le llega la propuesta, estando en Roma,
duda en aceptarla. Casi al mismo tiempo le llega una carta con amenazas de
muerte desde Nápoles. Pensando en el apoyo del Virrey español, decide ir,
dejando los trabajos que tenía pendientes en Roma. Recibe nuevas amenazas de
muerte y pide protección al Virrey. Éste le dice que no se preocupe, que no
pasa nada, pero Domenichino no confía: sólo sale de su casa para ir a la
Catedral y cumplir con su trabajo. Y a la mañana siguiente, se encontraba con
que manos anónimas habían borrado lo que había pintado el día anterior.
Domenichino, Dama y unicornio, Palacio Farnesio,
Roma, 1602
En 1634 se cansó de la situación y huye a Frascati, donde pide asilo a la
familia Aldobrandini. Su mujer y su hija se habían quedado en Nápoles y el
virrey, enojado por su actitud, las arresta, casi considerándolas como rehenes.
Al año regresa a la ciudad de sus infortunios y entonces, liberan a sus seres
queridos.
Domenichino, Cristo con San Gennaro,
Capilla del Tesoro, San Gennaro
Así y todo, logró pintar 9 frescos de la cúpula. Pero la bóveda no la pudo
terminar. En 1641 hace testamento, porque sospecha que va a ser envenenado o
acuchillado. Vivía con miedo. Profecía cumplida: aparentemente fue envenenado a
través de la comida 10 días después. Su esposa estaba convencida de que
efectivamente sus temores se habían hecho realidad.
Ribera, San Gennaro saliendo ileso del horno, Capilla del Tesoro de San Gennaro |
Domenichino no alcanzó a terminar el encargo. El mismo año a Ribera le encargaron el retablo de San Gennaro y pinta su “San Gennaro saliendo ileso del horno”.
La Cábala dejó de actuar en 1641 cuando murió Domenichino.
Domenichino, La cabeza del Bautista
¿Realmente Ribera necesitaba participar en este tipo de amenazas?
Realmente, no: sus cuadros se vendían muy bien y era muy famoso. ¿Era una
cuestión de ser aceptado en ese medio?
¿Será verdad? Al menos, por ahora, parece ser una leyenda… ¿Sería una
manera de difamarlo?
Ay, la envidia….
Fuentes: Bellori, G.P. Das Leben von Domenico Zampieri, gen. Domenichino.
Göttingen, Wallstein V., 2022
Wittkower R. y M. Nacidos bajo el signo de Saturno.
Madrid, Cátedra, 2020
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