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jueves, 6 de julio de 2023

Klein y sus mujeres-pinceles

 

Klein, La gran antropometría azul, 1960

De vacaciones

El arte de nuestro tiempo da para la polémica.

Hace mucho tiempo, cuando recién empezaba con este blog, te hablé sobre Yves Klein. No es un artista que me llame mucho la atención, pero tiene lo suyo, sin duda.

Klein, Monocromo azul, relieve
con esponjas, 1960

Por empezar,
la ocurrencia de patentar un tipo de azul, el azul Klein. ¿Patentar un color? Es como querer patentar la lechuga o el rayo de la tormenta o el aire que respiramos. Un color es algo inmaterial, propio de la luz, de la naturaleza… No es propiedad de nadie en particular y su uso es universal. Anish Kapoor resucitó esta polémica con su “Vanta Black” (que da para otro artículo). Sin embargo, tuvo sus ventajas: a ese azul aún lo llamamos “Klein”. ¿Sabrá la gente quién era ese Klein?

(De todas maneras: lo que hizo Klein fue declarar como propio el proceso de fabricación, pues según la ley francesa no se puede patentar un color.)








Se dedicó a pintar exclusivamente con ese azul. Azul de cielo y azul de mar. Entonces, ¿por qué no incorporar esponjas marinas en los cuadros? Y después dicen que eso es abstracción…. ¿Abstracción, con unas esponjas reales pegadas?

Ocurrencias como éstas tenía varias y lo de la "patente" es la más inocua. Eran los años ’60, había que romper con todas las convenciones, liberarse de todo lo que se interpretara como una atadura… Klein fue quizás el primer artista conceptual al representar happenings, como se decía en esa época y que hoy llamamos performances. Buscaba la inmaterialidad, ¿la nada?, ¿lo sublime? ¿A Dios? Era devoto de Santa Rita a escondidas.

Klein, Exvoto para Santa Rita, 1961


 

Zonas de sensibilidad inmaterial,
1962

Llegó a vender “zonas de sensibilidad inmaterial”. Esto consistía en talonarios de cheques o certificados de compra, en que vendía un espacio de aire a cambio de distintas cantidades de oro. Si el comprador accedía, quemaba el cheque delante de él y se comprometía a tirar la mitad del pago en oro al Sena. No era una venta en sí misma, sino más bien un intercambio entre algo que no vale nada y el oro, lo más preciado. La otra mitad del oro la utilizaba en sus obras. (Hay de todo en este mundo…)







Así vendió 8 zonas. Quedan todavía 5 talonarios con 31 cheques sin usar. Cada talonario contiene cheques en pago por distintas cantidades de oro. (Si te interesa, ya sabes… )



(Imagen: Wikipedia)

Toda su actividad se resumía en esta idea: el artista como demiurgo, creador. Decía que la obra de un artista debe ser una sola: su propia persona. Vaya. Y una cosa lleva a la otra. La culminación de esta máxima la alcanzó con sus “Antropometrías”. Y ya me dirás qué te parece. Poco aceptable ante nuestros ojos del sg. XXI.

Según Klein, el pincel es una herramienta mecánica, que se interpone entre el artista y la obra. Deberíamos ser capaces de pintar sin ellos, para poder tomar real distancia y que no interfiera nuestra subjetividad. Al comienzo usaba rodillos, una técnica impersonal: con ellos no hay gesto, no hay pincelada expresiva… Y de allí pasó a usar “pinceles vivientes”.

Klein, Antropometría, 1960

En marzo de 1960 hizo la demostración en la Galería Internacional de Arte Contemporáneo de París, con 100 ilustres invitados. Mientras una orquesta hacía sonar su Sinfonía Monótona Silencio (un único acorde sostenido durante 20’, seguido de otros 20’ de silencio), 3 modelos desnudas se embadurnaron de color azul, impregnaron la huella de su cuerpo en un papel blanco y se movían sobre el papel. Klein, de riguroso esmoquin, las dirigía. Hoy sería cancelado inmediatamente. Cosificación de la mujer. Da alergia.




Klein, La gran batalla, 1960

Pero en el contexto de la época… ¿qué pensarían esas chicas? ¿Se sentirían como el instrumento del gran artista? ¿Parte necesaria de un ritual?

¿Y quién es el autor de estas obras? ¿Klein? Como creador de la idea, sí. Pero, ¿no serían estas mujeres? ¿O sólo son pinceles? Ay.

Eran los ’60. Hoy esto sería impensable.

Klein fue el gran precursor de las performances. Con esta “acción de arte” ponía en entredicho toda la Historia de la Pintura, el género de los desnudos, el rol del artista, el del mercado del arte. Y el papel del espectador había cambiado para siempre.


Fuentes: Honour, H.-Fleming, J. Weltgeschichte der Kunst, Munich, 1983

Hopkins, D. After Modern Art. Oxford, Oxfort University Press, 2000

Web Museo Guggenheim Bilbao

 

 

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