navigation + slideshow

jueves, 9 de marzo de 2023

Huir de Roma

Parmigianino, Autorretrato con espejo convexo, 1524


Hoy nos toca viajar a Roma, pero al pasado de Roma. Más exactamente, a la Roma de 1527. Año nefasto.

La Historia europea está llena de idas y venidas. Reinos que desaparecen, imperios que se expanden, luchas entre países vecinos, límites que no se reconocen, luchas por sucesiones a tronos… Si no eres historiador, especialista en el tema, cuesta mucho entenderlo.

El año 1527 fue uno de los más sangrientos, en el que ocurrió el llamado “Sacco di Roma”, el saqueo de Roma, aunque se lo conoce así, en italiano.

Lingelbach, El saqueo de Roma, sg. XVII


Tiziano, Carlos V sentado,
1548

¿Qué ocurrió?
Bueno, no es fácil de explicar. El ejército de Carlos I de España invadió la ciudad el 6 de mayo de 1527 y el Papa Clemente VII tuvo que huir. Perdón, ¿Carlos I no era católico? ¿Qué fue lo que pasó?

El problema venía de lejos. El Papa había hecho una alianza con Francia en 1526 y esto no fue bien visto en España. El rey decidió invadir Italia y para ello acudió a tropas españolas que estaban asentadas allí y a mercenarios alemanes luteranos. Gran error.






del Piombo, Clemente VII,
1526

Las tropas lograron tomar Milán.
El Emperador no paga bien, mejor dicho: no pagaba; estos mercenarios se sublevaron, el ejército se volvió inmanejable y obligaron a su comandante a dirigirse a Roma y, por supuesto, arrasando a cada ciudad por donde pasaban.

El 6 de mayo llegaron a las murallas de Roma, que estaba defendida por pocos soldados. El comandante de las tropas imperiales, el duque de Borbón, murió por un disparo y se desató el caos. No había nadie a cargo.







Tal fue la furia, la violencia de este ataque, que el Papa temió por su vida y se refugió en el Castillo de Sant’Angelo, mientras lo defendía la Guardia Suiza, que fue masacrada casi en su totalidad.

Los alemanes profanaron templos, robaron todo lo que fuera de oro y plata, destruyeron reliquias, imágenes religiosas, violaron a mujeres, mataron a cuanto se les cruzaba… Lo puedes leer en el “Diálogo de las cosas ocurridas en Roma”, de Alfonso de Valdés, aunque es un texto en defensa del Emperador y que señala que todo ha ocurrido como castigo divino por los innumerables pecados de los clérigos.

Amérigo, El saqueo de Roma, 1887


El 6 de junio el Papa se rindió, prometiendo ceder tierras del norte italiano al rey. Carlos I se avergonzó de lo sucedido, se disculpó ante el Papa. Éste no quiso tener más problemas con el rey y le dejó el camino libre. Carlos I pudo emprender así su lucha contra la Reforma luterana. (Y de hecho, luego el Papa lo coronó como Carlos V en Bologna, ceremonia a la que estuvo invitado Durero -te lo conté por aquí.

Los artistas que trabajaban en el Vaticano también tuvieron que huir y esto contribuyó a la difusión de lo que se estaba haciendo allí. Es lo que se llama “la diáspora de los artistas”. No había mucho que hacer en Roma, no había encargos, y encima, se desató la peste, que se llevó a la mitad de la población.

Parmigianino, Madonna
del cuello largo, 1534

Uno de ellos era Parmigianino
(Francesco Mazzola). Había llegado de Parma en 1520 y estaba fascinado con la obra de Miguel Ángel (que por ese entonces estaba en Florencia) y de Rafael, que murió ese año. En Roma, alrededor del Papa, se había formado un grupo de artistas y de intelectuales que fomentaban las nuevas ideas estilísticas, con gran influencia de Miguel Ángel y la bóveda de la Capilla Sixtina. Parmigianino logra escapar, gracias a su tío, y se refugia en Bologna un tiempo. Murió joven, a los 37 años.







del Piombo, Vittoria Colonna, sg. XVI

Otro que tuvo que huir fue Sebastiano del Piombo
(Sebastiano Luciani), a quien Miguel Ángel apreciaba y protegía. Se lo llamó “del Piombo”, pues el Papa le había confiado en custodia los sellos papales, con lo cual debía ir vestido de clérigo. Durante el saqueo se refugió en el Castillo de Sant’Angelo; después se lo vio por Orvieto y en Venecia, hasta que volvió a Roma en 1530. Sebastiano quedó muy tocado por la experiencia y aparentemente no logró recuperarse.






Fiorentino, Matrimonio de la
Virgen, sg. XVI

Rosso Fiorentino
(Giovanni Battista di Jacopo; ya te imaginarás por qué se lo apodó de esa manera: venía de Florencia y era pelirrojo) huyó a Francia, a la corte de Francisco I, quien buscaba armar un centro artístico a la manera italiana.  Allí había muerto Leonardo unos años antes. Nunca volvió a Italia.









del Vaga, Sagrada Familia, sg. XVI

Menos conocido, y quien también tuvo que dejar Roma,
fue Perin del Vaga, alumno de Ghirlandaio. Se asentó en Génova y volvió a Roma en 1538.










Polidoro da Caravaggio, lo mismo: después del Sacco, estuvo trabajando en Nápoles y en Sicilia. Parece ser que quería regresar a la Ciudad Eterna, pero sus planes no pudieron concretarse: lo asesinó un ayudante colérico.

da Caravaggio, Entierro de Cristo, sg. XVI


Clouet, Francisco I, 1525

Al norte, al sur, a Francia…
estos artistas llevaron a todos esos lugares las nuevas ideas, las figuras deformes, alargadas, las composiciones rebuscadas… Fueron los que dejaron la semillita para que unos años más tarde creciera el Barroco.


Fuentes: de Valdés, A. Diálogo de las cosas ocurridas en Roma. Madrid, Cátedra, 2018

Lenzi, M.L. Il sacco di Roma del 1527. Firenze, La nuova Italia, 1979 

Vasari, Vidas. Vasari, G., Las vidas, Madrid, Tecnos, 2006

web del Museo del Prado

 



2 comentarios :